Japón

Takaichi se prepara para su primera gran prueba: el cara a cara con Donald Trump

La primera ministra Sanae Takaichi se enfrenta a su primer gran desafío político con la visita de Donald Trump a Tokio entre el 27 y el 29 de octubre

Japón se prepara para una cita decisiva en su nuevo rumbo político. Apenas unos días después de asumir el cargo como primera ministra, Sanae Takaichi afrontará su primera gran prueba internacional: la visita oficial del presidente estadounidense, Donald Trump, que tendrá lugar entre el 27 y el 29 de octubre. Será el primer encuentro cara a cara entre ambos líderes, en un momento en que Tokio busca reafirmar su papel estratégico en Asia y redefinir su relación con Washington.

El gobierno japonés confirmó oficialmente la visita este miércoles. El portavoz del Ejecutivo, Minoru Kihara, aseguró en rueda de prensa que “será la primera reunión cara a cara, por lo que esperamos que sea una ocasión de construir una relación personal entre ambos líderes”. Para el nuevo gabinete de Takaichi, el encuentro representa una oportunidad crucial para forjar un vínculo directo con el mandatario republicano y consolidar la alianza con el principal socio estratégico del país.

Según detalló el Ministerio de Exteriores, Trump también se reunirá con el emperador Naruhito durante su estancia en Tokio, antes de continuar su viaje a Corea del Sur, donde tiene previsto un encuentro con el presidente chino, Xi Jinping, tras participar en la cumbre de la ASEAN en Malasia.

La primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, habla durante una conferencia de prensa en su oficina en Tokio.
EFE

Una primera ministra bajo los focos

Takaichi, elegida el martes por la Dieta tras imponerse en las primarias del Partido Liberal Democrático (PLD) el 4 de octubre, se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra de Japón, un hecho histórico que ha despertado expectación dentro y fuera del país. En su primera comparecencia ante los medios, la mandataria prometió elevar la relación con Estados Unidos “a nuevas alturas”, aunque también dejó claro que su gobierno intentará “aliviar el impacto de los aranceles estadounidenses”.

La cercanía estratégica y la defensa de los intereses nacionales marcarán la reunión con Trump. En julio, ambos países alcanzaron un acuerdo comercial tras meses de negociaciones, que obliga a Japón a pagar aranceles del 15% y a invertir 550.000 millones de dólares en Estados Unidos. La propia Takaichi advirtió entonces que Japón “observará el acuerdo”, especialmente en lo referente a la implementación de esas inversiones, dejando abierta la posibilidad de una futura revisión.

Sanae Takaichi - Internacional
Una fotografía de archivo de Sanae Takaichi.
EFE

Defensa y gasto militar

Más allá del comercio, la seguridad y el gasto en defensa prometen ser temas candentes. Washington ha insistido en que Tokio debe aumentar su presupuesto militar y asumir más costes por el mantenimiento de las tropas estadounidenses desplegadas en el archipiélago. Durante su primer mandato, Trump ya presionó a Japón para elevar su gasto hasta niveles de la OTAN, y parece dispuesto a retomar esa demanda.

El ministro japonés de Exteriores, Toshimitsu Motegi, recalcó este miércoles que “no se trata de la cantidad de dinero ni cuánto suponga del producto interior bruto, sino del contenido de las fuerzas de defensa”. Motegi subrayó que Japón mostrará a Trump su “determinación de fortalecer la defensa para adaptarse a las nuevas realidades de la guerra”, haciendo referencia al uso de drones o ciberataques.

En 2022, Japón ya había decidido duplicar su presupuesto anual de defensa hasta el 2% del PIB para 2027, el mayor rearme del país desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Este plan incluye la adquisición de misiles hipersónicos y de largo alcance, lo que marca una ruptura con su tradicional principio de defensa exclusivamente pasiva, protegido por su Constitución pacifista.

El nuevo ministro de Defensa, Shinjiro Koizumi, reforzó ese mensaje al asegurar que su país está “llevando a cabo una reforma drástica para fortalecer la defensa, necesaria en el ambiente de seguridad actual”. Koizumi evitó concretar cifras, pero repitió casi literalmente las palabras de Motegi al afirmar que “no se trata de la cantidad de dinero ni de cuánto supone del PIB, sino del contenido de las fuerzas de defensa”.

La nueva primera ministra de Japón, Sanae Takaichi (centro, primera fila), posa para una sesión de fotos con miembros de su gabinete en la oficina del primer ministro en Tokio.
EFE

“Fortalecer aún más la alianza”

Desde Estados Unidos, la primera reacción oficial ha sido conciliadora. El secretario de Estado, Marco Rubio, felicitó a Takaichi y expresó el deseo de trabajar con su nuevo gobierno para “fortalecer aún más la alianza entre Estados Unidos y Japón y alcanzar nuestros objetivos comunes”. Rubio también destacó la importancia de la cooperación bilateral en materia de prosperidad económica y seguridad regional.

Takaichi, que asume el poder tras la dimisión de Shigeru Ishiba, llega a esta cumbre con un gabinete conservador y una agenda cargada de desafíos diplomáticos. En cuestión de días deberá enfrentarse no solo a Trump, sino también a dos cumbres regionales en las que se abordarán cuestiones estratégicas sobre la seguridad en el Indo-Pacífico.

El encuentro con Trump será, en definitiva, una prueba de fuego para la nueva líder japonesa, llamada a equilibrar el pragmatismo económico con la firmeza diplomática. La mandataria deberá mostrar capacidad de diálogo, pero también defender la autonomía de Japón en asuntos clave como la defensa o las tarifas comerciales.

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