En agosto de 2017, Pilar Mañas Brugat hizo historia dentro de las Fuerzas Armadas españolas al convertirse en la primera mujer al mando de una unidad del Ejército del Aire y del Espacio. Su nombramiento al frente de la Escuadrilla de Circulación Aérea Operativa (ECAO) de Madrid supuso un paso relevante en la incorporación de mujeres a puestos de responsabilidad dentro del ámbito militar, tradicionalmente ocupado por hombres.
Un perfil técnico y una trayectoria consolidada
Pilar Mañas ingresó en las Fuerzas Armadas en los años noventa, en un contexto en el que la presencia femenina era todavía testimonial. En aquella época, las mujeres representaban menos del 5 % de los efectivos militares. Optó por la especialidad de control aéreo. Una disciplina que requiere una alta preparación técnica, capacidad de liderazgo y coordinación constante con la aviación civil.
Su carrera se ha desarrollado dentro del sistema de control aéreo militar español, donde ha desempeñado diversas funciones operativas y de planificación. Antes de su nombramiento como jefa de la ECAO de Madrid, Mañas había ocupado distintos puestos de responsabilidad relacionados con la gestión del espacio aéreo, la comunicación entre unidades y la seguridad operativa de vuelos militares.

En 2017, el Ministerio de Defensa confirmó oficialmente su nombramiento como la primera mujer en asumir el mando de una unidad del Ejército del Aire. Un hecho que fue recogido por los medios de comunicación como un avance significativo en la igualdad de oportunidades dentro del ejército español.
Qué es una ECAO y por qué su liderazgo fue relevante
La Escuadrilla de Circulación Aérea Operativa (ECAO) es una unidad encargada de supervisar, coordinar y garantizar la seguridad del tráfico aéreo militar dentro del espacio aéreo español. En concreto, la ECAO de Madrid actúa como un punto de enlace entre las operaciones del Ejército del Aire y el control civil, coordinando vuelos de entrenamiento, transporte, misiones internacionales y maniobras de defensa.
El mando de una ECAO implica una elevada responsabilidad operativa. Su jefatura requiere tomar decisiones en tiempo real, coordinar personal especializado y asegurar la compatibilidad entre los vuelos militares y civiles. El hecho de que una mujer alcanzara por primera vez este puesto representó un hito no solo simbólico, sino también práctico, al demostrar la normalización progresiva de la presencia femenina en posiciones de liderazgo técnico dentro de la defensa española.
Un contexto de apertura y transformación
El acceso de las mujeres a las Fuerzas Armadas españolas se produjo en 1988, cuando se levantaron las restricciones legales que hasta entonces impedían su ingreso. En aquel momento, España fue uno de los últimos países europeos en abrir la carrera militar a las mujeres.
Desde entonces, la participación femenina ha aumentado de manera gradual. Según datos oficiales del Ministerio de Defensa, en 2024 las mujeres representan el 13,1 % del personal de las Fuerzas Armadas. Un porcentaje que sigue siendo bajo en comparación con la media europea, situada en torno al 17 %.

Dentro del Ejército del Aire, la proporción de mujeres en puestos de mando continúa siendo reducida. Aunque el número de oficiales y suboficiales mujeres se ha incrementado en la última década.
El caso de Pilar Mañas se enmarca en ese proceso de integración y consolidación. Su ascenso a un puesto de jefatura dentro del sistema de control aéreo coincidió con un momento en el que el Ministerio de Defensa impulsaba políticas de igualdad interna, formación de mandos femeninos y visibilidad institucional de sus logros.