Laurence des Cars, la directora del Louvre que está en el punto de mira

Laurence des Cars, primera mujer al frente del Louvre, afronta su mayor crisis tras el robo de las joyas reales del museo

Laurence des Cars (Museo del Louvre) - Cultura
Una fotografía de la directora del Museo del Louvre.
Archivo

La crisis en el Louvre ha puesto a Laurence des Cars, su directora, en el centro de todas las miradas. La primera mujer en dirigir el museo más famoso del mundo afronta el momento más delicado de su carrera tras el espectacular robo de las joyas reales de la Galería de Apolo. Un golpe que ha sacudido la imagen de una de las instituciones culturales más admiradas del planeta.

Visiblemente afectada ante las cámaras, Laurence des Cars rompió su silencio solo para confirmar la colaboración total del museo con las autoridades francesas. Este miércoles, deberá comparecer durante dos horas ante la comisión de Cultura del Senado para explicar cómo fue posible un robo de semejante magnitud en el corazón del Louvre.

De Orsay al Louvre: una carrera marcada por el prestigio

Antes de asumir la dirección del Louvre en 2021, Laurence des Cars ya era una de las figuras más respetadas del mundo del arte. Nieta del novelista Guy des Cars e hija del periodista y escritor Jean des Cars, su carrera comenzó en el Museo de Orsay, donde demostró un talento excepcional para combinar la erudición con la sensibilidad expositiva.

Durante su etapa al frente del Museo de Orsay y del Museo de la Orangerie, Laurence des Cars impulsó exposiciones que se convirtieron en referencia, como Sade. Attaquer le soleil o Le modèle noir: de Géricault à Matisse. Su capacidad para ofrecer una lectura contemporánea del arte clásico le valió el reconocimiento de la crítica internacional y la atención del presidente Emmanuel Macron, que la eligió para dirigir el Louvre.

La misión de modernizar un gigante histórico

Laurence des Cars (Museo del Louvre) - Cultura
Una fotografía de la directora del Museo del Louvre.
Archivo

Cuando Laurence des Cars llegó al Louvre, lo hizo con un objetivo claro: “reenchantar” un museo que, antes de la pandemia, recibía más de diez millones de visitantes al año. Desde el primer día, insistió en la necesidad de repensar la experiencia del público, ampliar los horarios y controlar la saturación de salas como la de La Gioconda.

Bajo su dirección nació el ambicioso proyecto “Louvre Nouvelle Renaissance”. Una reforma estructural que busca renovar el palacio, ampliar las salas y crear una nueva entrada más fluida y accesible. El presupuesto total asciende a 800 millones de euros y las obras se extenderán hasta 2031.

Para ello, Laurence des Cars ha viajado por todo el mundo en busca de financiación privada que complemente la inversión pública. El plan incluye la creación de una galería dedicada exclusivamente a La Gioconda, diseñada para ofrecer una experiencia más íntima y ordenada que la actual, donde los visitantes apenas pueden acercarse al icono de Leonardo da Vinci.

El robo que ha sacudido la reputación del museo

Sin embargo, el robo de las joyas de las colecciones reales ha supuesto un duro golpe para Laurence des Cars. Ocho piezas únicas desaparecieron de la Galería de Apolo en un asalto que duró apenas unos minutos. La Fiscalía francesa investiga las posibles brechas de seguridad, mientras los expertos en patrimonio hablan ya de un antes y un después en la gestión de los museos nacionales.

El suceso ha empañado el ambicioso proceso de renovación impulsado por Laurence des Cars y ha reavivado las críticas sobre la fragilidad del sistema de seguridad del Louvre. Hasta ahora, la directora podía presumir de haber devuelto vitalidad y prestigio al museo. Hoy, su liderazgo se enfrenta al escrutinio político y mediático más intenso desde su nombramiento.

Museo del Louvre

A sus 59 años, Laurence des Cars es considerada una de las grandes expertas mundiales en arte del siglo XIX. Pero también una gestora de mano firme. En el Louvre, ha tenido que equilibrar el peso de la tradición con la exigencia contemporánea de un público global y digitalizado.

Su carácter discreto contrasta con el enorme desafío que enfrenta: reconstruir la confianza en la institución más emblemática de Francia. Las próximas semanas serán decisivas. De su comparecencia ante el Senado dependerá en gran parte su futuro al frente del museo, así como la percepción internacional de la gestión cultural francesa.

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