Alberto Núñez Feijóo no ve en estos momentos margen de maniobra para reconducir las relaciones con Vox de cara a la aprobación de los presupuestos en Aragón, Extremadura y Baleares. El líder del PP ha estado al habla con sus barones territoriales y ha llegado a la conclusión de que Santiago Abascal está “en bloquearlo todo”, en palabras de su equipo. “Quieren hundirnos, desgastar la imagen de Feijóo”, denuncian en Génova, que llevan días avisando de una pinza con el Gobierno. Según el diagnóstico popular, el PSOE, consciente de que no ganará, se esfuerza ahora porque “no gane el PP”.
Así, todos los puentes están rotos de cara a la negociación presupuestaria en las tres citadas comunidades. El punto de inflexión fue la reunión desvelada por Artículo14 este lunes entre Jorge Azcón y la dirección de Abascal. El encuentro fue un fracaso y sirvió de termómetro para el partido en su conjunto. “Buscan precipitar las elecciones en estas comunidades”, es el diagnóstico de la dirección nacional.

Otro elemento clave para el PP fue lo que ocurrió este mismo miércoles en las Cortes de Castilla y León, según su propio relato. El partido de Abascal votó en contra del techo de gasto presentado por Alfonso Fernández Mañueco, y que obtuvo la abstención del PSOE. “A ver si va a resultar que la oposición más descarnada al PP no la va a hacer el partido de Pedro Sánchez, sino el de Santiago Abascal”, respondían contundentemente fuentes oficiales del PP. En Castilla y León, aun molestos con Vox, aseguran que su voto en contra no supone ninguna novedad ya que en los años anteriores también rechazaban el techo de gasto.
Con estos mimbres, la consigna de Feijóo a sus barones es que tomen la decisión que consideren mejor. Esto es, convocar ya las elecciones o aguantar aunque sea sin presupuestos. “Respaldo total a que convoquen elecciones cuando lo vean necesario. Plena autonomía”, explican las fuentes consultadas. Es la misma receta que Feijóo se aplicó durante sus 14 años como presidente de la Xunta de Galicia. “Hay decisiones que son indelegables”, dicen en su entorno.

De momento, tanto Azcón como María Guardiola o Marga Prohens abogan por no precipitarse y que cale el mensaje de que es Vox el que pretende romperlo todo, sin ni tan siquiera sentarse a negociar. Si Vox no quiere colaborar, insisten, “tendrán que explicar por qué”, resuelven desde una de las comunidades implicadas.
El caso valenciano
En caso de que estas comunidades no puedan aprobar sus presupuestos y decidan aguantar lo que resta de legislatura –hasta mayo de 2026-, no aplicarán la misma vara de medir que Feijóo ha exigido a Pedro Sánchez. El presidente del PP anunció que si llega a Moncloa reformaría la ley para obligar por ley a elecciones a un Gobierno en caso de que acumule dos prórrogas presupuestarias, tal y como dio cuenta este diario. Si bien, Génova asegura que son escenarios distintos. Sobre todo porque en todas sus comunidades se ha aprobado, al menos, un presupuesto.
La Comunidad Valenciana sigue un carril distinto y después de haber aprobado los “presupuestos de la reconstrucción”, Carlos Mazón se ha marcado el reto de aprobar también las cuentas públicas para 2026. Vox también tiene disposición. En el resto de comunidades no quieren equipararse a este territorio y entienden que la situación es distinta debido a la necesidad de contar con la mayor capacidad de gasto posible para contribuir a la reparación de los pueblos afectados por la Dana. Tampoco están dispuestas en otras comunidades a otorgar demasiadas “cesiones” a Vox, como en Islas Baleares o Extremadura. Cuanto menos ruido, mejor, para llegar a un electorado más transversal.