Moncloa trata de recomponer los puentes con Junts y no ve riesgo de moción

El Gobierno cree que tocará hacer nuevas cesiones para apaciguar a los de Puigdemont. ERC anticipa que Illa ejercerá de palanca para desbloquear las negociaciones presupuestarias

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sale del hemiciclo durante la sesión de control al Ejecutivo que se celebra este miércoles en el Congreso, en Madrid.
EFE/ JJ Guillen

“No es una amenaza”. El Gobierno suaviza, matiza e intenta aterrizar la última advertencia de Junts per Catalunya, que este miércoles ha elevado hasta nuevas cotas el umbral de decibelios. “Habría que hablar menos de cambios de horarios y empezar a hablar de la hora del cambio”. La frase pronunciada por su portavoz en el Congreso de los Diputados, Miriam Nogueras no quedó abierta a la interpretación, como acostumbran en su partido.

Por si las dudas, Nogueras repitió esta idea, en términos similares, en una entrevista en Telecinco. “Si no cambia el PSOE, el Gobierno actual y el señor Sánchez, vamos a tener que cambiar nosotros”, alertó la diputada independentista. Les acusó de haber “estirado el chicle demasiado, hasta el final”, y anticipó que esta situación “no se puede alargar más”.

Y fuentes del Ejecutivo, como ya es casi costumbre, corrieron a intentar apagar el fuego. Aseguraron que, lejos de suponer una amenaza, Nogueras hizo un “juego de palabras”. Según otro interlocutor de Moncloa, la portavoz recurrió a una frase “que van a colar en el telediario”, “nada más”. No aprecian riesgo de una hipotética moción de censura, que sí presagia ERC.

De hecho, desde el Ejecutivo se afanan por convencer de que el tono empleado no es “distinto” al que utilizan siempre que “quieren poner altas sus exigencias”. “Es el tono que usan para apretar”, sentencian. Incluso, fuentes del PSOE niegan que se trate de un “ultimátum”, aunque dan por hecho que tocará hacer nuevas cesiones para apaciguarlos.

Más allá de la exigida aplicación de la ley de amnistía para Carles Puigdemont, que depende del Tribunal Constitucional, Junts aspira a reavivar propuestas como la fallida delegación de competencias en materia de inmigración a la Generalitat de Catalunya.

La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, pasa por delante de Pedro Sánchez.
EFE/Kiko Huesca

O la también frustrada oficialidad del catalán en la UE. Este miércoles, además, distintas voces aludieron a la proposición de ley de los neoconvergentes para hacer frente a la multirreincidencia o a las okupaciones, ambas bloqueadas en la Cámara Baja. El Ejecutivo no cierra la puerta a pactar sobre la primera cuestión, aunque tampoco aclara sus próximos movimientos.

Lejos de darse por aludidos ante los toques de Junts, en el PSOE aluden a la buena salud de las relaciones negociadoras con Carles Puigdemont. Y venden que esta deriva es reconducible. Sin aclarar si hay nuevas reuniones con Puigdemont en el horizonte.

El Consejo de Política Fiscal y Financiera, “muy pronto”

Por más que resten hierro a las palabras de sus socios, en el Gobierno reconocen que Junts aún sigue en contra de prestar sus votos para las cuestiones prioritarias: la senda de déficit y los Presupuestos Generales del Estado para 2026. La previsión del Ejecutivo es presentar la senda de déficit y el techo de gasto -que no se vota- en el mes de noviembre, a más tardar.

Antes, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tiene que convocar al Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF). En el Gobierno afirman que citarán a las comunidades autónomas en este foro “muy pronto”, sin más detalles.

La portavoz de Junts, Míriam Nogueras, interviene durante la sesión de control al Ejecutivo.
EFE/ JJ Guillen

ERC advierte: Junts acabará “rompiendo la baraja”

En ERC recelan de las palabras de Junts, y pronostican que es “cuestión de tiempo” que acaben dando la puntilla al Ejecutivo. “Serán ellos”, afirman, quienes terminarán “rompiendo la baraja”, y no así Podemos, otro de los socios más distanciados de la coalición.

Desde el partido republicano advierten de que no existe “incompatibilidad” entre Junts y Vox, y aseguran que tampoco ha habido avances con el Gobierno en lo referente a la carpeta presupuestaria. No hablarán de los Presupuestos, afirman, hasta que Montero ponga en marcha la financiación singular catalana, en línea con los términos del pacto PSOE-ERC.

De hecho, sostienen que un peso fundamental para desbloquear estas conversaciones recae sobre el president de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa. “La palanca es Illa”, sostienen, porque a él le interesa “más que a nadie” lograr los apoyos de los republicanos para sus propios Presupuestos. Las conversaciones a varias bandas se suceden, en Madrid y en Barcelona.