El Gobierno asume ya en privado que llegará a 2026 con los Presupuestos Generales del Estado para 2023, que fueron aprobados en noviembre de 2022. El Ejecutivo no renuncia a presentar e intentar aprobar unas nuevas cuentas, como establece la Constitución, pero ya ha incumplido el plazo que le marca la Carta Magna, el último día de septiembre.
Los Presupuestos tienen prioridad sobre el resto de normas en tramitación, pero difícilmente suelen requerir de menos de un mes y medio o dos meses de intenso trabajo en la Cámara Baja. De obtener luz verde, tendrían que ser remitidos al Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta, y a todas luces retrasaría todo lo posible su retorno a la Cámara Baja para su aprobación definitiva.
Y antes que eso, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, debe convocar al Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), y presentar la senda de déficit, la primera piedra para unas cuentas públicas.
Así las cosas, en Moncloa aceptan que los Presupuestos que hoy están en vigor volverán a ser prorrogados de manera automática el 1 de enero. “Si se diera un milagro, se podría correr mucho”, elucubran. “Nos gustaría llegar antes”, abunda otra fuente del Ejecutivo. El “milagro” sería que lograsen sumar los votos precisos, pero no se contempla hacerlo en menos de tres meses.
Las cuentas que se prorrogarán son de otra legislatura, de cuando Montero era ministra, aunque aún no ostentaba el rango de vicepresidenta. Y pertenecen a una época en la que la también candidata andaluza sudaba la camiseta en la negociación, y sí lograba atar los apoyos. Públicamente, Montero reitera que espera presentarlas “pronto”, y ya advierte que el Consejo de Ministros de la próxima semana todavía no aprobará la senda de déficit.
Presumen de haber hablado con varios socios: ERC, Podemos o Compromís niegan contactos
El propio Sánchez ha dejado claro que su voluntad de permanencia en Moncloa no depende de la aprobación de unos nuevos Presupuestos, y el Gobierno presume de haber abierto conversaciones con varios socios. Entre ellos, PNV, EH Bildu y BNG.
Fuentes de la formación de Néstor Rego confirman que hay canales abiertos para abordar su apoyo a la senda, pero también a las cuentas públicas. Desde EH Bildu también conversan con el departamento de Montero desde hace “unos días”: “Pondremos el foco en avances sociales y económicos además de partidas territoriales”, apuntan.
Sin embargo, hay aliados parlamentarios de Sánchez que abiertamente niegan haberse sentado a la mesa de negociación, y hasta haber sido convocados. ERC, Podemos y una de los dos diputados de Compromís (Àgueda Micó), aseguran que no han iniciado las conversaciones. En ERC se niegan a abrir nuevos canales de diálogo antes de que el Ejecutivo dé un nuevo impulso a la financiación singular catalana. “Hasta que no cumplan con los acuerdos anteriores, no tiene sentido hablar de nuevos”, zanjan.
Por su parte, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, también ha sido tajante en rueda de prensa en la Cámara Baja: “No hemos tenido ningún contacto para los Presupuestos”. “Nuestra distancia con este Gobierno es cada vez mayor y, si quieren contar con los votos, ya saben lo que tienen que hacer: intervenir el mercado de la vivienda, dejar de ser cómplices del genocidio” y “apostar por una política social que sea de verdad”.
El Gobierno aspira a “seducir” a Podemos con partidas sociales
Los aliados que se muestran más duros de roer son Junts y Podemos. Con el primero, fuentes del Gobierno reconocen que el panorama “es difícil”, pero dicen estar manteniendo conversaciones. Con el partido de Belarra, por su parte, la idea es “seducirlos” con partidas de gasto social, aunque asumen que hoy están “negados a apoyar cualquier medida”.
Después de un par de semanas elevando el tono con los morados -Sumar también lo ha hecho con Junts-, hoy en el ala socialista insisten en que van a poner toda la carne en el asador para tener nuevas cuentas. Y restan importancia a que un diputado de Sumar, Jorge Pueyo (Chunta Aragonesista), haya exigido elecciones si el Ejecutivo no logra aprobar nuevos Presupuestos.
En Sumar han obviado sus palabras, y en el PSOE han ironizado sobre lo que pensará la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, al respecto. Lo único que defienden con claridad es que presentarán la senda de déficit en las próximas semanas, siempre recordando que su previsible naufragio “no es impeditivo de nada”. Posteriormente, aprobarán el proyecto de ley de Presupuestos en Consejo de Ministros y los enviarán al Congreso.
Siempre, sin correr el riesgo de pillarse los dedos anticipando plazos concretos. E, incluso, planteando que el redactado actual de la Constitución, que les obligaba a presentar las cuentas antes del 1 de octubre, está pensado para un Parlamento mucho menos fragmentado y complejo: “Los constituyentes no tenían en mente que haya tantos partidos”, sentencian.