Sánchez exprimirá el aniversario de la muerte de Franco para marcar agenda y confrontar con PP y Vox

El Gobierno ha dispuesto que se celebren una quincena de actos. Sánchez viajará a Extremadura un día antes del aniversario de la muerte del dictador

El Gobierno encara la etapa cumbre de su programa para conmemorar los 50 años desde la muerte del dictador Francisco Franco y la posterior recuperación de la Democracia. El presidente del Gobierno desveló en diciembre de 2024 algunos detalles del extenso programa con más de un centenar de actos que se han venido desarrollando durante todo 2025 (coloquios, conferencias, representaciones teatrales, actuaciones musicales). Y buena parte de ellas se concentran en la semana del 20-N, el día de la muerte del dictador.

Sólo para esa jornada hay preparadas una quincena de actividades en distintas ciudades de todo el territorio, una de ellas en el Congreso de los Diputados. De hecho, la intención del Ejecutivo es extender la agenda de esta iniciativa, España en Libertad, hasta 2026. La coordina a través de un comisionado especial y depende de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, del Ministerio de Política Territorial de Ángel Víctor Torres.

En el Ejecutivo manifiestan preocupación por el desconocimiento de muchos españoles, especialmente los más jóvenes, sobre la ausencia de libertades, la violencia y la represión del régimen franquista. Están decididos a hacer pedagogía sobre esta materia. Aunque tampoco esconden lo evidente: frente a una ultraderecha que ha dedicado algunos gestos a la dictadura, retornar a este periodo de la historia les ayuda a cohesionar a los suyos, a movilizarlos.

Y a agitar el temor a un Gobierno apoyado o directamente integrado por Vox. Es una estrategia que Sánchez ya puso en práctica en las elecciones del 23-J, a la que suele volver con frecuencia. Le permite confrontar con el PP, que le reprocha que recurra a la figura de Franco para desviar la atención de los frentes abiertos del Ejecutivo. Y le ayuda a controlar la agenda informativa.

Oficialmente, el Ejecutivo enarbola la defensa de los principios democráticos y la necesidad de concienciar sobre los horrores de la dictadura. En privado, dirigentes del PSOE admiten que además es una baza que también deben jugar para retratar a la oposición. Y para apuntalar una de sus consignas estrella: que el PP cada día se parece más a Vox, aunque entre los conservadores no les sea tan fácil encontrar ejemplos de exaltación de la dictadura.

Recuerdan que, para llegar hasta aquí, las declaraciones de algunos de los principales dirigentes del PP o de Vox han sido de gran ayuda. “Para que no haya dudas: Pedro Sánchez ha enloquecido”; “Está en sus últimas horas, ha decidido quemar las calles y provocar violencia con grupos muy minoritarios, que últimamente salen justo cuando él lo pasa mal”, escribió en su perfil en X la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, después de que Sánchez desvelase el centenar de actos previstos para homenajear el retorno de la Democracia.

“Gracias a las redes sociales, muchos jóvenes están descubriendo que la etapa posterior a la Guerra Civil no fue una etapa oscura, como nos vende este Gobierno, sino una etapa de reconstrucción, de progreso y de reconciliación para lograr la unidad nacional”, afirmó en el Congreso de los Diputados el diputado de Vox Manuel Mariscal, hace prácticamente un año. En el PSOE aluden con frecuencia a estos ejemplos.

Viaje a Extremadura

Y, más allá de lo declarativo, o de las previsibles reacciones  -especialmente del partido de Santiago Abascal- ante este tipo de actuaciones, hay un tipo de políticas concretas a las que combaten activamente: se trata de las derogaciones de leyes de memoria autonómicas pactadas por PP y Vox en algunos territorios.

Relatores de Naciones Unidas pidieron adoptar “todas las medidas necesarias” contra esas nuevas normas, y Sánchez recogió el guante. Prometió que el Ejecutivo “velará para que ninguna falsa ley de concordia desvirtúe el deber de verdad, justicia y reparación”.

La agenda a desplegar estos días ha supuesto meses de trabajo, pero además coincide con la inminente e inesperada convocatoria electoral en Extremadura. Sánchez, que se sirvió de su última comparecencia ante el pleno del Congreso para diferenciar sus políticas a las que desarrolla el PP en los territorios que gobierna, prevé viajar a Extremadura el 19-N, aseguran fuentes del PSOE.

Esto es, un día antes de que se cumplan los 50 años desde la muerte del dictador en la cama. Las alusiones a Franco en sus discursos han sido y son frecuentes, especialmente cuando confronta con el partido ultraderechista: “Seamos francos, señor Abascal, ya que tanto le gusta a usted esa palabra”, espetó al líder de Vox el pasado miércoles, desde la tribuna de oradores.

De hecho, más allá de la agenda oficial de esta conmemoración, el Gobierno se mueve estos días para extinguir la Fundación Francisco Franco, y el martes pasado designó al proyecto ganador del concurso internacional para resignificar el Valle de Cuelgamuros, antiguo Valle de los Caídos.

Las críticas al Rey emérito

El viernes, 21 de noviembre, el Congreso acogerá un acto de conmemoración de los 50 años de la Monarquía. Los dos diputados de Sumar con asiento en la Mesa de la Cámara Baja, Esther Gil de Reboleño y Gerardo Pisarello ya han avanzado que no asistirán al coloquio ‘La Corona en el tránsito a la democracia”. Como tampoco se espera que estén presentes aliados del Ejecutivo como ERC, EH Bildu, Junts o Podemos.

Un día después, el sábado 22, se cumplen esos 50 años, y es la fecha escogida para la presentación en Francia de las memorias del Rey emérito, Juan Carlos I. Algunas de las citas conocidas estos días sobre su relación con el dictador –“Nunca permití que nadie lo criticara delante de mi”- también han servido al presidente para cuestionar al padre del jefe del Estado.

“Me resulta particularmente doloroso, en un país donde hay familias que todavía buscan restos de familiares en las cunetas, escuchar al emérito hacer y dar loas al dictador Franco”, defendió desde la tribuna de oradores en su última comparecencia.

El jueves, 20-N, varios actores recrearán en el Congreso algunos discursos de políticos comprometidos con la democracia –Enrique Tierno Galván, Santiago Carrillo, Adolfo Suárez, o Soledad Becerril-, realizados entre 1977 y 1979 en el hemiciclo. Los argumentarios del Gobierno, por su parte, enfatizarán esta conmemoración, para asegurarse de que copa buena parte de la agenda.

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