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El jersey perfecto: hablamos con expertos textiles para encontrarlo (y cuidarlo como merece)

Cada año, con la llegada de las bajas temperaturas, resurge el deseo de envolvernos en jerseys cálidos y confortables que nos protejan del frío. Pero este placer invernal a menudo viene acompañado de una preocupación recurrente: ¿Cuánto durará esta prenda en perfecto estado?

Massimo Dutti

Las temidas bolitas, las deformaciones y el desgaste prematuro amenazan con convertir nuestra inversión en una decepción. Entonces, ¿cómo asegurarnos de que el jersey que elegimos no solo nos proporcione abrigo, sino que resista el paso del tiempo y mantenga su elegancia? Para resolver esta duda, hemos consultado a expertos en tejidos y confección, quienes ofrecen una guía detallada para identificar las fibras, técnicas de fabricación y cuidados que marcan la diferencia entre un jersey efímero y una anhelada prenda duradera.

Cuando buscamos un jersey que combine estilo, durabilidad y calidad, el primer punto de atención parece ser la materia prima. Sin embargo, elegir correctamente es más complejo de lo que parece. Consultamos a María Tamames, investigadora especializada en sostenibilidad textil en la Universidad UDIT, quien comparte sus criterios fundamentales a la hora de elegir un jersey: “Lo primero que analizo en la etiqueta es la composición del material. Prefiero fibras naturales sin mezclas, ya que suelen ofrecer mayor calidad. Si la prenda contiene una combinación de fibras, me aseguro de que la materia adicional tenga una función específica. Por ejemplo, el lyocell aporta transpirabilidad, ligereza y suavidad, características muy valoradas”.

ZARA

Tamames también subraya la importancia de la estación del año al seleccionar materiales: “En invierno, opto por lana rizada o con pelo, ya que ofrecen mayor aislamiento térmico. Para el verano, prefiero opciones como la lana fría o fibras vegetales de bajo impacto ambiental, como el cáñamo, el lino o el ramio”. Además de la composición, la experta aconseja prestar atención a la textura y construcción del tejido: “Las superficies texturizadas, irregulares o rizadas no solo son visualmente interesantes, sino que también tienden a disimular mejor el pilling (formación de bolitas), uno de los problemas más comunes en los jerseys”.

Según explica la académica la calidad de una prenda no depende exclusivamente de su composición, sino de una intrincada combinación de factores: la mezcla de fibras, los procesos de hilatura, tejeduría y los acabados finales. Para profundizar en este enigma, le mostramos tres etiquetas y precios:

• Prenda 1: 78% alpaca, 20% poliamida, 2% elastano. Precio: 60 euros.
• Prenda 2: 100% lana. Precio: 39,95 euros.
• Prenda 3: 69% lana, 31% seda. Precio: 29,95 euros.

Le preguntamos cuál elegiría y qué diferencias hay entre ellas. La respuesta sorprende: no hay una opción correcta. “Esto es parte de la magia y el desafío de la industria textil. Solo conociendo la composición es imposible prever el comportamiento de una prenda, porque depende de un conjunto de factores técnicos”, explica.

Alberto Ramos, ingeniero textil e investigador en la universidad de Boräs, nos ayuda a entender un poco más sobre estas estructuras textiles. “Las prendas de mayor calidad se realizan con la técnica del menguado: cada componente de la prenda se teje con la forma del patrón necesario en una máquina que va menguando los puntos de manera que sale ya con la forma para ensamblar la prenda. De esta manera no se tira de los tejidos. Las prendas menguadas suelen tener menos costuras, lo que consigue un mejor acabado y se optimizan las hilaturas y residuos. Al estar modeladas directamente en el proceso de tejido, las áreas menguadas tienen mayor resistencia, ya que no dependen de un ensamblaje posterior que podría debilitar las uniones y no rompen la secuencia natural. Eso sí, esta forma de tejer es mucho más cara. La máquina cuesta entre 100.000 y 140.000 euros y vas a poder tejer unas 40 prendas en un día, solo las mejores marcas pueden permitírselo”.

Sandro

Incluso materiales premium como el 100% cashmere no son garantía de durabilidad. Es totalmente posible que un jersey de cashmere genere bolas tras unos meses de uso. Para Tamames, la pureza del material no siempre es un sinónimo de calidad, aunque sí tiene ventajas. “Lo bueno del 100% es su mejor reciclabilidad”, añade, destacando cómo las prendas monomateriales son más sostenibles en términos de economía circular.

Eso sí, Ramos se atreve a recomendarnos que si queremos un buen jersey optemos por la lana Merino: “La optimización en la cría y selección de las ovejas merinas ha permitido alcanzar una notable mejora en la calidad de la fibra. No es tan suave como el cashmere, pero es fácil de cuidar, lavar en casa, que no encoja y mantenga sus propiedades óptimas”.

Entonces, si no podemos jugársela a la carta de la etiqueta, veamos qué marcas que los que más saben: hacemos una pequeña encuesta en un grupo de whatsapp de expertos textiles y salen varias marcas: Uniqlo, Cos, Pedro del Hierro, Hoss y Adolfo Domínguez son las tres firmas que pueden unir esa calidad precio más idónea. Para jerseys de buena calidad, aparecen prendas de Marlota, Sandro, Rita Row, Isabel Marant, Max Mara, The new society, Moutaki o Babba.

Cuánto cuesta un buen jersey

Hablemos de precios. ¿Es necesario gastarse 800 euros euros en un jersey, como los de la marca Extreme Cashmere para hacerte con el jersey definitivo? Claramente no. Un precio aceptable para los más apasionados sería de 175 euros. Un jersey de Cashmere de Sandro se encuentra por 265 euros. “Desafortunadamente, -nos advierte Tamames-, el precio no es garantía de calidad en todos los productos aunque sí es un indicador relevante”.

COS

Hablamos con Ramos sobre los jerseys de cashmere de 100 euros que podemos encontrar en marcas de moda low cost. “No suelen ser de alta calidad. El buen cashmere se obtiene de la fina capa interna de subpelo de cabras de Kel o de Changthangi. Cada cabra produce, un promedio de 200 y 300 gramos de esta fibra premium al año. Sin embargo, algunos productores buscan aumentar la cantidad recolectada por animal, logrando sacar hasta 500 o 700 gramos, incluso un kilo, por cabra. Esto implica incluir no solo el subpelo fino y más suave y esponjoso, sino también el pelo externo, más grueso e impermeable. Esas dos fibras se juntan alrededor del eje de hilo que se crea y se hacen las bolas. Y nadie tiene en casa un laboratorio para saber si el cashmere es de calidad media o alta”.

Uno no sabe lo que es un jersey de lujo hasta que no tiene entre sus manos un Loro Piana. La marca, que cumple cien años este mes y que goza de una saludable vida -pues ya posee colecciones de hogar, de esquí, accesorios…-, es el ferrari de los jerseys de calidad y se precia por tener algunas de las prendas más caras del mundo. El sello de la marca es el origen de sus hilaturas. La Vicuña y la Alpaca del Perú, el cashmere de Mongolia, la lana de Nueva Zelanda y Australia… El precio de un jersey puede alcanzar los 3.500 euros.

Loro Piana

Según su CEO, Damien Bertrand, aterrizado en la marca desde Dior (lo que nos demuestra cual es la estrategia de la marca), el precio es justo: “la calidad es prioridad y las prendas están hechas para durar toda una vida. La filosofía de Loro Piana que consiste en obtener las fibras más hermosas y transformarlas en obras maestras, de manera sostenible, con el trabajo de más de 1.000 artesanos”, explica para WWD. Ramos nos explica que el cashmere de esta marca es de las cabras Kel que habitan a 4,800 metros de altura, y cuyo pelaje tiene un tacto fantástico y unas propiedades naturales increíbles porque los animales han de guarecerse de fríos astronómicos y vientos salvajes del altiplano tibetano. De una oveja de lana merino se pueden sacar hasta dos o tres kilos de lana, de estas cabras, solo se sacan unos 300 gramos.

Sin duda a este precio tendremos un jersey perfecto, pero siempre que lo cuidemos. Llama la atención sus consejos de cuidado en sus prendas. En un jersey de angora por ejemplo: “Sugerimos no utilizar el producto dos días seguidos para que las fibras recuperen su estructura y textura naturales. Consulte la etiqueta para ver las instrucciones de lavado y planchado. Utilice un servicio de limpieza profesional, especialmente si su producto incluye detalles delicados. Dóblelo con cuidado y guárdelo con bolas de cedro de Loro Piana-repelente de polillas en un lugar seco, alejado del calor y de fuentes de luz”.

Massimo Dutti

Es decir, hasta el mejor jersey del mundo exige cuidados extremos. Por tanto, cada vez que no cuidamos una prenda como debemos, estamos cavando su tumba de alguna manera. Ramos, nos recomienda lavar el cashmere “a mano, a 30 grados, con champú para el pelo neutro. Se enjuaga y se deja suavizante para el pelo durante 6 o 7 horas. Luego se enjuaga y se escurre sin retorcer, evitando cualquier movimiento mecánico que implique deformar la prenda. No se cuelga si no que se pone sobre el tendedero en plano”. El ingeniero nos sugiere además guardar los jerseys de lana y cashmere en bolsas al vacío porque son una golosina para las larvas de las polillas. “Ponen los huevos para que al nacer las crías, puedan alimentarse”.

Hablando de un jersey más común, Tamames nos recomienda lavar poco, a mano o a máquina en ciclos muy cortos. Sin centrifugados ni estiramientos porque estos afectan a la estabilidad y a la aparición del pilling (así llaman los profesionales a las temidas bolas). Si este aparece en el jersey se puede reparar con una máquina, a mano o rasurando suavemente y cuidadosamente con una cuchilla. El problema en este punto es el desperdicio de materia, el desgaste y la contaminación del agua con este tipo de fibras. Explica la académica muy preocupada por la sostenibilidad, objeto de su estudio.

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