CASTILLA Y LEÓN

Ni Las Cabañas ni Casa Antón: este es el restaurante más antiguo de Castilla y León y tiene 130 años de historia

La gastronomía castellana es casi infinita, sin embargo, en Segovia, el templo del cochinillo, sobresale por enciman de todos un restaurante, el más antiguo de la Comunidad

El cochinillo asado de Casa Duque, en Segovia
Casa Duque

A la hora de buscar el restaurante más antiguo de Castilla y León nos encontramos con Casa Duque. Este lugar es mucho más que un restaurante, pues es, ante todo, una historia de familia que comenzó en 1895 en Segovia. Sus fundadores, Jacinta y Dionisio Duque, levantaron una modesta casa de comidas que, con el paso del tiempo y cinco generaciones al frente, se ha convertido en un símbolo de la gastronomía castellana en la ciudad. Situado a pocos pasos del Acueducto, en la calle Cervantes, su evolución ha ido de la mano del respeto por las raíces y el compromiso con el buen hacer, lo que les ha llevado a poseer un sol Repsol.

En sus inicios, Casa Duque ofrecía asados por encargo y platos caseros a diario. Hacia 1900, dio el salto definitivo a restaurante, siendo el primero de la ciudad. Mantenía su esencia tradicional, pero introdujo también elaboraciones innovadoras para la época, como lubina Bellavista o hojaldres rellenos. Fue así como empezó a forjarse una reputación que la colocaría en el mapa gastronómico nacional.

El cordero asado de Casa Duque, en Segovia
Casa Duque

El cochinillo, el gran protagonista

Aunque la carta es extensa y variada, hay un plato que define a Casa Duque desde hace más de un siglo: el cochinillo asado, todo un símbolo de la ciudad. Asado lentamente durante tres horas en horno de leña, sin más aditivos que agua, sal y la leche materna del animal, este manjar se ha convertido en su gran reclamo. Marisa Duque, actual responsable del restaurante, explica que no buscan hacer “el mejor cochinillo del mundo”, sino el mejor de cada día, con mimo y dedicación.

De generación en generación

Cada etapa de Casa Duque ha estado marcada por un miembro clave de la familia. Julián tomó las riendas en los años 20; en los años 50 lo hizo Dionisio, figura clave en su expansión en tiempos del auge turístico en España. En 1997, su hija Marisa continuó con el legado, y hoy su hijo Luis ya se prepara para seguir los pasos familiares. Casa Duque no es para ellos un negocio, sino un hogar que transmite cultura y tradición.

Hay de todo en la carta, pues si bien el cochinillo y el cordero lechal son los reyes de la misma, el restaurante también presume de platos como los judiones de La Granja, la perdiz en escabeche, la sopa castellana o unas sorprendentes manitas de cerdo rellenas de boletus. Además, creaciones únicas como el soufflé de colas de cangrejo con salsa de gambas  demuestran el carácter personal que impregna su cocina, que está abierta a ciertas evoluciones.

Un espacio con alma

El local ha crecido, pero no ha perdido su esencia. Mantiene su ubicación original y ha incorporado casas adyacentes, lo que le da un aire singular, con comedores a distintas alturas. Hoy en día, cuenta con 13 salones, una taberna más informal y una barra de entrada. Su horno de leña, el más antiguo de Segovia, sigue siendo el corazón del restaurante.

Por eso mismo podemos decir que Casa Duque es más que un restaurante centenario. Es una institución viva que ha sabido adaptarse sin perder su identidad. Su compromiso con la calidad, la tradición y el producto local lo han convertido en una parada imprescindible para quien visita Segovia. Su historia no solo habla de gastronomía, sino de esfuerzo, herencia familiar y amor por una tierra.

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