Comida mortal: mata a la familia de su ex con setas venenosas

Erin acabó con la vida de tres personas con una trampa que fue servida al horno, envuelta en hojaldre… y en mentiras. Nunca sabremos por qué lo hizo

Erin Patterson era una mujer de 48 años, nacida en Melbourne, Australia. Estaba separada y tenía dos hijos de 9 y 14 años. Tenía una gran formación y había trabajado como controladora aérea.

El 29 de julio de 2023 Erin quiso reunir a varios familiares a comer. Le habían detectado un cáncer de ovarios y quería contarles la noticia. Invitó a su exmarido Simon, los que fueron sus suegros – Don y Gail – su exnuera y su marido. También estarían sus hijos.

El plato principal no podía ser otro que su receta estrella: solomillo Wellington. Este plato de carne envuelto en hojaldre era una de los favoritos de la familia. Lo acompañó de puré de patata y una generosa salsa. Su exmarido Simon canceló su asistencia en el último momento.

Mientras los comensales degustaban el festín, Erin les dio la noticia. Aunque todos se quedaron impactados, el hecho de que hubiera tratamiento les dejó más tranquilos. Se despidieron de Erin agradeciéndole el detalle de reunirles para compartir la noticia. Y de que hubiera elaborado el delicioso plato.

Don y Gail, los exsuegros.

Al cabo de unas horas todos los comensales comenzaron a sufrir vómitos, diarrea y dolor abdominal. Una indisposición. Pero los síntomas eran cada vez más fuertes y fueron al hospital. Efectivamente parecía ser una gastroenteritis.

El doctor Webster fue el médico que trataba a los cuatro familiares hospitalizados, todos con idénticos síntomas que no hacían sino empeorar. Pocas horas después llega una mujer a urgencias diciendo que tenía gastroenteritis. ¿Otro caso más? “Pregunté a la enfermera cómo se llamaba la paciente. Al decir el nombre caí en la cuenta…era la chef”. Habló con ella y le dijo que sospechaba que sus invitados estaban sufriendo una intoxicación mortal por setas venenosas. “Le pregunté dónde las había adquirido y me dió el nombre de un reconocido supermercado”. Según relató el doctor, “todo encajó en mi cabeza. Era imposible que un establecimiento de esa categoría las vendiera”. Cuando volvió a la sala de urgencias, Erin se había esfumado. El médico llamó a la policía y les contó sus sospechas.

Erin abandonando el hospital pese a la oposición de los médicos.

La seta en cuestión es la “amanita faloide”. Es la seta más mortífera para los humanos. Treinta gramos o medio sombrero son suficientes para matar a una persona. Entre las víctimas más ilustres de este hongo se encuentran dos emperadores: Claudio y Carlos VI de Habsburgo.

Amanita faloide, la seta más mortal.

El sabor es agradable. Este hecho y el carácter tardío de los síntomas (entre 6 y 48 horas después de la ingesta) hacen de ella una de las setas más peligrosas. Los síntomas iniciales son diarreas y vómitos, dolor abdominal y sudores frío. En la siguiente fase se deteriora el hígado y aparecen el delirio, las convulsiones y el coma debido a fallo hepático. La muerte acontece generalmente entre sexto y el décimo sexto día.

A vida o muerte

Los cuatro enfermos luchaban por su vida en el hospital. Estaban cada vez más graves. Necesitaron ventilación asistida para poder respirar y diálisis para intentar que los riñones eliminaran el tóxico. Además de potentes medicamentos para frenar el daño en el hígado.

La nuera de Erin y su marido.

Seis días después de la fatídica comida, su exsuegra y exnuera fallecieron. Al día siguiente, su exsuegro. Pese a los esfuerzos médicos, nada se pudo hacer por ellos. El marido de la que fue su nuera logró salvarse pero requirió un trasplante de hígado. Pasó semanas en cuidados intensivos.

El juicio

En su interrogatorio ante el jurado popular Erin dijo que la información médica sobre una intoxicación mortal le había pillado por sorpresa, y “abandonó el hospital para dar de comer a sus animales”.

“Después de que los médicos le dijeran que había ingerido un veneno mortal, ¿irse a casa no es lo último que haría?” le preguntó el fiscal.

“Quizás es lo último que haría usted, pero es lo que hice” respondió Erin.

En el juicio se demostró que la noticia de que tenía cáncer de ovarios era falsa. Fingió los síntomas de gastroenteritis en el hospital, pues ni ella ni sus hijos tomaron la salsa envenenada. El móvil reveló los últimos movimientos de la cocinera asesina: un lugar donde crecen ese tipo de hongos. El ipad mostró búsquedas en internet sobre hongos venenosos. También había una foto de setas en una balanza de cocina: había calculado la dosis para 5 personas.

Más de 50 personas testificaron durante el juicio que duró diez semanas. Fue declarada culpable de tres asesinatos y un intento de asesinato. Erin pasará el resto de su vida en la cárcel. La trampa fue servida al horno, envuelta en hojaldre…y en mentiras. Nunca sabremos por qué lo hizo.

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