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Así es la reina más feliz del mundo, la Kate Middelton del Himalaya: elegante, comprometida y familiar

Jetsun Pema, reina de Bután, cumple 35 años consolidada como un símbolo de modernidad y ternura en el reino más feliz

Enclavado entre montañas y envuelto en espiritualidad, Bután no solo es conocido por medir el progreso en términos de Felicidad Nacional Bruta en lugar de PIB. También lo es por tener a una de las monarcas más queridas y admiradas del mundo: Jetsun Pema, reina consorte desde 2011 y aclamada como la “Kate Middleton del Himalayapor su elegancia, su dedicación al pueblo y su imagen familiar cercana.

Este 2025, Jetsun Pema celebra 35 años de vida junto a su esposo, el rey Jigme Khesar Namgyel Wangchuck, y sus tres hijos, apodados cariñosamente por los medios locales como “los tres príncipes dragones”. Una familia real que representa una nueva era para el pequeño reino budista del Himalaya.

Jetsun Pema, la reina de Bután que se comprometió con solo 7 años
Jetsun Pema, la reina de Bután que se comprometió con solo 7 años.

Una reina moderna en una monarquía milenaria

Jetsun Pema nació en una familia noble en Thimphu, la capital de Bután, y fue educada en India y el Reino Unido. Su formación en relaciones internacionales y psicología, así como su pasión por el arte y la literatura, le otorgaron una visión global, sin perder el apego por las tradiciones de su país.

Cuando en 2011, con solo 21 años, se casó con el rey, Bután fue testigo de una boda histórica. Él, diez años mayor, había anunciado su amor por ella tiempo antes, y dejó claro que sería monógamo, a pesar de que la poligamia aún era una posibilidad legal para los monarcas. La decisión supuso un giro radical en la monarquía, considerada hasta entonces más tradicional.

La reina Jetsun Pema junto a su esposo, rey de Bután.
La reina Jetsun Pema junto a su esposo, rey de Bután.

Elegancia serena y activismo silencioso

Desde entonces, la figura de Jetsun Pema ha fascinado a medios internacionales y ha enamorado a los butaneses. Su estilo sobrio y refinado, que combina ropa tradicional como el kira con una estética moderna y pulida, ha sido comparado en numerosas ocasiones con el de la princesa de Gales, Kate Middleton.

Pero su papel no se queda en lo estético. La reina ha desarrollado una agenda centrada en la educación, la salud mental y la protección del medioambiente. Apoya activamente proyectos para jóvenes y mujeres, en línea con la filosofía butanesa de equilibrio entre el desarrollo material y el bienestar emocional.

En un país de apenas 800.000 habitantes, donde la conexión espiritual y la armonía con la naturaleza son pilares sociales, Jetsun ha sabido cultivar una imagen de cercanía y compromiso real, apareciendo en escuelas, hospitales y aldeas remotas, siempre con una sonrisa.

Una familia de cuento

Con la llegada de sus tres hijos, la reina ha reforzado su faceta más entrañable: la de madre. Las fotografías del rey, la reina y sus pequeños príncipes durante festivales tradicionales o caminando entre arrozales butaneses son habituales en los canales oficiales del palacio. Este tipo de retratos ha humanizado la monarquía y ha fortalecido su popularidad.

Además, a diferencia de otras monarquías más distantes, los reyes de Bután mantienen una política de transparencia y comunicación directa con el pueblo a través de redes sociales. El objetivo: reforzar los lazos afectivos en una sociedad que valora la sencillez, la familia y la espiritualidad.

La reina de la felicidad

Jetsun Pema no solo es la reina consorte de un país, es también el rostro amable de una monarquía en evolución. Representa el equilibrio perfecto entre tradición e innovación, entre liderazgo institucional y calor familiar.

En un mundo marcado por las crisis y el desencanto, su imagen —alejada de escándalos, centrada en el bienestar común y comprometida con su tierra— recuerda que otro modelo de realeza es posible. En Bután, donde se mide la felicidad por encima del crecimiento económico, Jetsun Pema es más que una figura simbólica: es la reina más feliz del mundo… y, quizás, también la más querida.

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