Si alguna vez te has sentido incómodo al volar, no estás solo. Muchas personas, especialmente las más aprensivas, se han preguntado en más de una ocasión si hay una zona en el avión donde sea más probable salir ileso en caso de accidente. ¿Mejor cerca de una salida de emergencia? ¿O en la parte trasera? La idea de que “todos los asientos son igual de seguros” suena tranquilizadora, pero aunque pueda parecer indiferente, la realidad es que no es del todo así.
Por ejemplo, si miramos los datos, estos apuntan a que la parte trasera del avión es la más segura en términos estadísticos, pero no existe una garantía absoluta. La seguridad aérea es alta en todo el avión, y la preparación personal y el cumplimiento de las normas de seguridad son factores clave, sin importar el número de tu asiento. Así que lo mejor es viajar con tranquilidad, pero vamos a indagar un poco más en el tema.
Los estudios al respecto lo tienen claro
En 2007, la revista Popular Mechanics publicó un análisis basado en accidentes aéreos ocurridos desde 1971 en los que hubo supervivientes. El objetivo era detectar patrones entre los pasajeros que lograron sobrevivir, y los resultados fueron reveladores: las personas sentadas en la parte trasera del avión tenían mayores probabilidades de sobrevivir, con un 69% de tasa de supervivencia. En cambio, quienes viajaban en los asientos delanteros tenían solo un 49% de posibilidades.
Unos años más tarde, en 2015, Time llevó a cabo un estudio similar, esta vez centrado en datos de accidentes ocurridos en Estados Unidos desde 1985. La conclusión fue prácticamente la misma: la zona trasera del avión sigue siendo la más favorable en términos de supervivencia. Específicamente, los asientos traseros junto al pasillo fueron los que ofrecieron mejores perspectivas, con una probabilidad de fallecimiento de solo un 28%.
¿Realmente hay una zona más segura?
Aunque estos estudios muestran tendencias claras, la comunidad aeronáutica es cautelosa al generalizar. Según la mayoría expertos en aviación consultados, “cada accidente es diferente”. Factores como el tipo de impacto, la maniobra de aterrizaje o el lugar del siniestro pueden influir significativamente en las consecuencias.

Por eso, muchos de ellos afirman que no existe un asiento “universalmente más seguro”. Además, todos los asientos deben cumplir con rigurosos estándares de seguridad: soportar hasta 16 veces la fuerza de la gravedad y estar fabricados con materiales ignífugos y libres de emisiones tóxicas en caso de incendio.
Más allá de la seguridad: el confort y la preparación
Para quienes priorizan la comodidad sobre la estadística, los asientos junto a las salidas de emergencia suelen ofrecer más espacio para las piernas. Aunque eso sí, quienes sean asiduos a ellos no pueden olvidar que también implican ciertas responsabilidades en caso de evacuación. Y aunque la posibilidad de sufrir un accidente aéreo es extremadamente baja y los mismos números lo avalan, pues el avión sigue siendo el medio de transporte más seguro, hay maneras de estar mejor preparado: prestar atención a las instrucciones de seguridad, contar las filas hasta la salida más cercana y mantener la calma son acciones sencillas que pueden marcar la diferencia.