Este invierno, el rojo se confirma como el gran protagonista del armario. Intenso, cálido y lleno de personalidad, es un color que transmite fuerza y sofisticación incluso en los días más grises del año. Sin embargo, su potencia cromática también genera dudas: ¿cómo llevarlo sin resultar excesiva? La clave está en saber combinarlo y elegir el tono adecuado según la piel. Con las mezclas correctas, el rojo puede ser tan elegante como atemporal.
Cinco combinaciones de color ganadoras
Rojo y camel: el equilibrio perfecto: El camel es uno de los mejores aliados del rojo en invierno. Aporta calma y neutraliza su intensidad sin restarle presencia. Un abrigo camel sobre un jersey rojo, combinado con vaqueros o pantalones crema, es una fórmula infalible para el día a día. El resultado es sofisticado, luminoso y muy fácil de llevar tanto en contextos formales como informales.
Rojo y rosa: la mezcla más actual: Durante años fue una combinación polémica, pero hoy es sinónimo de modernidad. El truco está en elegir tonos bien diferenciados: rojo intenso con rosa empolvado o fucsia con rojo cereza. Un pantalón rojo con un jersey rosa suave crea un contraste elegante y femenino, ideal para quienes buscan un look invernal con un punto creativo y contemporáneo.
Rojo y azul marino: elegancia clásica: Si buscas un resultado sobrio y refinado, el azul marino es la opción más segura. Esta combinación funciona especialmente bien en prendas estructuradas: un vestido rojo con abrigo azul marino o un traje oscuro con un jersey rojo debajo. Es una mezcla perfecta para la oficina o eventos más formales, donde el rojo actúa como acento sin romper la armonía.
Rojo y gris: sofisticación urbana: El gris, en cualquiera de sus versiones, suaviza el impacto visual del rojo. Un abrigo gris marengo con pantalones rojos o un jersey rojo con falda gris clara crea un look elegante y muy invernal. Es una opción ideal para quienes quieren incorporar color sin alejarse de una estética minimalista y urbana.
Total look rojo: impacto controlado: Vestirse de rojo de pies a cabeza puede ser un acierto si se cuidan los detalles. La clave está en jugar con diferentes texturas y matices: rojo burdeos con rojo cereza, lana con cuero, punto con satén. Para equilibrar, añade accesorios neutros en negro, nude o marrón oscuro. El resultado es potente, sofisticado y muy actual.
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Qué tono de rojo favorece más a cada piel
No todos los rojos sientan igual, y elegir el tono adecuado puede marcar la diferencia entre un look espectacular y uno que apague el rostro.
Pieles claras
Los rojos con subtono frío, como el rojo cereza, frambuesa o carmín, suelen favorecer más a las pieles claras. Evita los rojos demasiado anaranjados, que pueden endurecer los rasgos. Un rojo limpio y vibrante aporta frescura y luminosidad.
Pieles medias
Las pieles medias tienen la ventaja de adaptarse a una amplia gama de rojos. Los tonos clásicos, como el rojo tomate o el rojo pasión, funcionan especialmente bien. También el rojo coral oscuro puede ser una buena opción para looks de día.
Pieles oliva
En las pieles oliva destacan los rojos profundos y con carácter, como el burdeos, el granate o el vino. Estos tonos armonizan con el subtono verdoso de la piel y aportan sofisticación sin contraste excesivo.
Pieles oscuras
Las pieles oscuras brillan con rojos intensos y saturados: rojo fuego, escarlata o incluso rojo anaranjado. Estos tonos realzan la piel y crean un contraste elegante y poderoso, ideal tanto para looks de día como de noche.
Un color para dominar el invierno
Lejos de ser un color difícil, el rojo es una herramienta de estilo versátil y expresiva. Combinado con inteligencia y elegido según el tono de piel, se convierte en un aliado perfecto para el invierno. Elegante, cálido y lleno de personalidad, el rojo no solo se lleva: se domina.


