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Tu perfume puede durar más: 5 claves para que te huela desde la mañana hasta la noche

Con estos cinco trucos, cualquier perfume puede pasar de durar un par de horas a acompañarte desde la mañana hasta la noche

Perfume prohibido en restaurantes
Una mujer se aplica un perfume

El perfume es uno de los gestos de belleza más íntimos y personales. Un aroma puede convertirse en firma, en recuerdo y en presencia. Sin embargo, muchas personas sienten que su fragancia se evapora demasiado rápido, especialmente en invierno, cuando la piel tiende a secarse.

La buena noticia es que existen técnicas sencillas —y respaldadas por expertos en perfumería— que permiten prolongar la duración del perfume desde primera hora hasta el final del día. Con algunos ajustes en la aplicación y una rutina más consciente, cualquier fragancia puede ganar intensidad y fijación sin necesidad de abusar del atomizador.

A continuación, las cinco claves definitivas para que tu perfume perdure y te acompañe durante toda la jornada.

Hidratar la piel: la base de una fijación duradera

La piel seca funciona como una esponja: absorbe el perfume y lo desvanece antes de tiempo. Por eso, hidratar bien la piel antes de perfumarse es el primer paso imprescindible. Una crema o aceite corporal sin perfume —o a juego con tu fragancia— crea una capa humectante que ayuda a “atrapar” las notas aromáticas durante horas. Las zonas donde el perfume tiende a evaporarse más rápido, como el cuello y los brazos, agradecen una hidratación extra. Cuanto mejor esté nutrida la piel, más tiempo se quedará el aroma contigo.

Aplicar en puntos de pulso: donde el cuerpo genera más calor

La regla de oro para una aplicación estratégica es perfumar los puntos de pulso, es decir, las zonas donde la circulación de la sangre genera un leve calor natural que potencia la fragancia. Los principales son:

  • Muñecas
  • Detrás de las orejas
  • Base del cuello
  • Interior de los codos
  • Parte posterior de las rodillas

Este calor actúa como un difusor natural que libera progresivamente las notas del perfume. Al concentrar la aplicación en estos puntos clave, no solo dura más, sino que además se percibe mejor.

No frotar las muñecas: un gesto que estropea la fragancia

Es uno de los errores más comunes: pulverizar en la muñeca, frotar con la otra y extender. Sin embargo, este gesto rompe las moléculas aromáticas y acelera su evaporación. La norma profesional es clara: pulverizar y dejar secar al aire, sin frotar. De este modo, la fragancia mantiene intacto su equilibrio entre notas de salida, corazón y fondo, lo que se traduce en una mayor duración y profundidad.

Perfumar la ropa… con cuidado

Aunque los perfumistas recomiendan aplicar la fragancia directamente sobre la piel, rociar ligeramente la ropa puede ayudar a prolongar su presencia. Las fibras textiles retienen muy bien el aroma, especialmente en prendas de lana o algodón. No obstante, conviene hacerlo a cierta distancia y evitar tejidos delicados como la seda, que pueden mancharse. Un truco infalible es pulverizar el perfume en el aire y atravesar la nube: así se deposita de forma uniforme sin riesgo.

Crear capas: la técnica “layering” para un aroma imbatible

El layering consiste en combinar productos de la misma gama olfativa —o compatibles entre sí— para reforzar la duración del perfume. La secuencia ideal incluye:

  1. Gel de ducha con notas similares.
  2. Crema corporal o aceite perfumado.
  3. Perfume aplicado en los puntos de pulso.

Este método crea una base aromática persistente que acompaña durante toda la jornada. Además, permite personalizar la fragancia mezclando texturas y productos sin perder coherencia.

Un ritual que multiplica tu presencia

Con estos cinco trucos, cualquier perfume puede pasar de durar un par de horas a acompañarte desde la mañana hasta la noche. La clave no está en aplicar más cantidad, sino en hacerlo de forma más inteligente, estratégica y respetuosa con la fragancia. Convertir la aplicación de perfume en un ritual cuidado no solo mejora la fijación: también transforma el aroma en una experiencia más sensorial, íntima y memorable.

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