La pesadilla no termina, pero a los familiares de los rehenes israelíes en manos de Hamás no les queda otra opción que seguir luchando. Desde el 7 de octubre de 2023, cuando el grupo islamista lanzó un ataque sin precedentes en que 1.200 personas fueron asesinadas y otras 251 secuestradas, las familias de los cautivos paralizaron sus vidas. Aunque se sienten “abandonados y olvidados” por su gobierno y el mundo, su única misión vital es presionar para lograr el retorno de los suyos.
Al amanecer de este miércoles, decenas de personas formaron un lazo amarillo gigante en la costa de Tel Aviv, emulando el símbolo que exige la liberación de los cautivos. Anat Angrest, cuyo hijo Matan fue capturado en un tanque de la base de Nahal Oz durante los combates con los islamistas, dirigió su furia al ejecutivo de Benjamin Netanyahu.
600 días de cautiverio
“Me dirijo a todos los padres y madres, imaginad que estáis junto a mí, dándolo todo por el estado y la patria, pero sois abandonados. Desafortunadamente os puede pasar a todos”, indicó en la sede del Foro de Familias en Tel Aviv. Muchos parientes sienten que Netanyahu rechaza continuamente propuestas que podrían devolver a los suyos a casa a cambio de terminar la guerra.
Para conmemorar los 600 días de cautiverio, ex rehenes que fueron liberados en anteriores treguas también levantaron la voz. Arbel Yehoud, que fue encerrada en solitario durante 482 días y liberada en una escena terrorífica rodeada de milicianos encapuchados, compareció junto a Eitan y Lucas Cunio, hermanos de los rehenes David y Ariel Cunio. También apareció Yarden Bibas, cuya mujer Shiri y sus niños Ariel y Kfir fueron asesinados durante su cautiverio.

“Estuve ahí, se exactamente lo que están sufriendo los rehenes”, comenzó Yehoud. Todos los liberados coinciden: cuando la guerra se intensifica, los maltratos a los cautivos empeoran. “Exijo a la nación y sus lideres que abran las puertas, como ocurrió con Edan Alexander”, dijo la joven sobre el último rehén americano-israelí liberado gracias a la mediación de la administración Trump con Hamás.
Ofri Bibas, hermana de Yarden, sostenía imágenes del pequeño Kfir, el bebé de cabello pelirrojo que se convirtió en símbolo de los rehenes. Fue secuestrado con tan solo 10 meses de vida. Cuando el padre Yarden fue liberado, no sabía sobre el paradero de sus seres queridos. Días después, los recibió de vuelta en ataúdes negros, en una macabra ceremonia organizada por Hamás.

“Gritamos y tratamos de creer al gobierno. Pero nunca nos ayudaron”, lamentó Ofri. Y prosiguió: “primer ministro, usted falló ese día y ha fallado durante los últimos 600 días. No asumió su responsabilidad y no investigará lo sucedido. Demasiados soldados perdieron la vida, las guerras solo terminan con diplomacia”. La hermana del devastado Yarden Bibas se preguntó: “¿Cuántos soldados y rehenes deben morir para que esto termine?”.
Por la tarde, miles de israelíes acompañaron a las familias en una marcha por Tel Aviv, donde se congregaron en la Plaza de los Rehenes para leer testimonios y demandar un alto al fuego en Gaza. Ante las imágenes de la crisis humanitaria que sufren los civiles en Gaza, más israelíes exigen poner fin al conflicto más largo de la historia del país.
Trauma y agotamiento
Pese al trauma y el agotamiento físico y mental, la ex rehén Ilana Gritzewsky, cuyo novio Matan Zangauker sigue cautivo, también compareció junto al también ex rehén Luis Har. Barak Oz, primo del rehén Tal Kuperstein, contó su sueño más reciente: “Lo noté conmigo, podía olerle. Lloraba de felicidad”, recordó tras imaginar la vuelta a casa de su primo.
Las protestas en Israel empezaron a las 6:29 de la mañana, la hora en que Hamás lanzó su invasión sorpresa el 7 de octubre de 2023. Mayoritariamente, las concentraciones exigieron un acuerdo para liberar a los rehenes y la convocatoria de elecciones. En Jerusalén, la protesta se convocó junto al ministro de asuntos estratégicos Ron Dermer, el hombre de confianza de Netanyahu que dirige el equipo negociador israelí.
“Nos han dado la espalda”
“Salgan a su porche y mírennos”, dijo un padre frente al hogar de Amir Ohana, miembro del Likud, en Tel Aviv. Y continuó: “Nuestros hijos fueron asesinados y agredidos el 7 de octubre. Durante 600 días, nos han dado la espalda. No permitiremos que esto nos destruya y seguiremos luchando”.
Hamás mantiene a 58 rehenes en Gaza, y según estimaciones de la inteligencia israelí 35 estarían muertos. Cunde la preocupación por la salud del resto, dada la grave crisis humanitaria en Gaza y los continuos bombardeos del ejército israelí. En la tregua que empezó en enero y duró hasta marzo, el grupo islamista liberó a 30 rehenes vivos y 8 cadáveres, entre ellos los de la familia Bibas. En noviembre de 2023, liberó a 105 civiles israelíes capturados.
A cambio, Israel liberó a más de 2.000 presos palestinos, muchos de ellos terroristas con penas de sangre. Ocho rehenes fueron liberados en complejas operaciones militares, y los cadáveres de otros 41 fueron recuperados por el ejército. En las negociaciones en marcha en Doha, Hamás ofrece liberar a todos los rehenes de golpe a cambio de terminar definitivamente la guerra.