Siria

Ahmed al Shara, el yihadista convertido en hombre de Estado que seduce a la ONU

Al Shara es el primer líder sirio en dirigirse a la Asamblea General de la ONU en 58 años

El presidente sirio, Ahmed al-Sharaa, durante una conferencia de prensa en el Palacio del Elíseo en París, Francia, el 7 de mayo de 2025.
EFE/EPA/STEPHANIE LECOCQ / POOL

El mensaje central de Ahmed al Shara en la Asamblea General de la ONU fue que Siria está iniciando un nuevo capítulo en su historia. Al tomar la palabra, el dirigente sirio hizo hincapié en las seis décadas de opresión sufrida por su pueblo bajo el régimen de la familia Asad: injusticia, torturas, desapariciones masivas e, incluso, armas químicas usadas contra su propio pueblo. Siria fue destrozada”, lamentó.

El mundo siguió con atención la intervención del ex yihadista convertido en estadista. A pesar de que algunas de las sanciones internacionales que ahogaban la economía siria han sido retiradas, Shara pidió ayuda para reconstruir el país, sus instituciones y leyes, y así garantizar los derechos de todos los sirios, algo que ayudará a “pasar pagina de un pasado miserable”.

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El presidente sirio, Ahmed al Shara, y el presidente francés, Emmanuel Macron, en la sede de Naciones Unidas
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Hace pocos meses, antes de tomar el poder en Damasco tras el triunfo de la insurrección de los rebeldes islamistas sirios en diciembre de 2024, al presidente sirio se lo conocía como Abu Mohammed al Jolani. Antes de vestir elegantes americanas y recortarse la barba, gestos que le abrieron las puertas a la diplomacia occidental -incluido el beneplácito de Donald Trump-, Al Jolani fue un yihadista radical que combatió contra las fuerzas de ocupación estadounidenses en Iraq en el año 2003.

El presidente sirio, que en el pasado formó parte de una miliciana afín a Al Qaeda, soñaba entonces con retomar Irak y extender su poder hacia Siria, donde entonces gobernaba el régimen laicista de Bachar al Asad. Al capturar el palacio presidencial en Damasco, al Jolani abandonó su nombre de guerra y reivindicó su nombre original, Ahmed al Shara. Pese a sus palabras afables, algunos compatriotas desconfían de su verdadero propósito.

El presidente francés, Emmanuel Macron (no en la foto), recibe al presidente interino sirio, Ahmed al-Sharaa, en el Palacio del Elíseo en París, Francia, el 7 de mayo de 2025.
EFE/EPA/MOHAMMED BADRA

Por primera vez en 58 años, un presidente sirio se dirigió a la Asamblea General de la ONU. En el pasado, el antiguo régimen se negó a participar en las sesiones por considerarlo un ente proisraelí. “Con el tiempo, al-Shara parece ser menos islamista yihadista y trata de mostrarse como pragmático y autoritario, que trata de establecer un gobierno estable”, comentó al New York Times Robert S. Ford, exembajador estadounidense en Siria. En 2012, en plena guerra civil, Ford ordenó el cierre de la delegación por temor a que las fuerzas de Al Jolani bombardearan el edificio.

Poco después de asumir la presidencia interina de Siria, un país fragmentado entre múltiples etnias y religiones, Ahmed al Shara prometió que protegería e integraría a todas las minorías del país. Las milicias yihadistas leales al nuevo presidente, incapaz de unificar y disciplinar a sus fuerzas armadas, operaron en sentido opuesto. Primero, secuestrando y asesinando a unos 1.500 alauitas -minoría a la que pertenecía el dictador Bachar al Asad-, y posteriormente lanzando brutales pogromos contra la minoría drusa al sur del país, en que cientos de drusos fueron asesinados impunemente por islamistas.

“Siria giró 180 respecto a la situación en que se encontraba”, remarcó el presidente sirio en una reciente entrevista al New York Times. Desde su toma de posesión, Ahmed al-Shara ha viajado a capitales regionales como Ankara o Riad, donde trata de promocionar a Siria como una oportunidad de inversión y como baluarte de la estabilidad regional. Con un país arrasado por más de una década de guerra civil -con más de 500.000 muertos y 10 millones de refugiados-, la prioridad del nuevo líder es la reconstrucción.

Los sirios miran un discurso del presidente sirio Ahmad al-Sharaa, después de la decisión de Trump de levantar las sanciones a Siria, en el Café Al-Rawda en el centro de Damasco, Siria, el 14 de mayo de 2025.
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Tras la caída de Bachar al Asad, la retirada rusa del país y el declive del “anillo de fuego” iraní en Oriente Medio, dos actores regionales influyen en Siria: Turquía e Israel. Ankara ejerce gran influencia sobre el nuevo régimen de Damasco. Dada su debilidad militar, Al Shara apuesta por un acuerdo de paz con el estado judío, cuyo ejército ocupa actualmente una franja de varios kilómetros al sur del país.

Israel apoya a los drusos amenazados por islamistas en la región de Suweida. Desde la caída del régimen de Bashar al-Assad, el ejército israelí bombardeó frecuentemente Siria, para destruir arsenales del antiguo régimen o neutralizar elementos islamistas junto a su frontera. Dado que los sirios están familiarizados con los horrores de la guerra, Ahmed al-Shara reafirmó su apoyo a Gaza.

“El mundo debería dejar de asociar a Siria con el conflicto, los refugiados y las drogas ilícitas”, afirmó Al-Shara. Su gobierno ha tomado medidas enérgicas contra la producción y exportación de drogas ilegales, está abierto al retorno de los refugiados -aunque no tengan donde volver- y coopera con organismos internacionales en cuestiones como la limpieza del país de armas químicas. Sobre el terreno en Siria, el joven Elías reconoció a la BBC que “el país se está despertando de un coma. Va poco a poco”.

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