Violencia de género

Australia declara la guerra a la misoginia “alimentada” por la pornografía

Tras el clamor popular contra la violencia de género, el Gobierno australiano anuncia una serie de medidas para hacer frente al fácil acceso de niños y jóvenes a la pornografía y a la misoginia extrema en línea

Australia

Las mujeres australianas han dicho basta a los asesinatos machistas Efe

La violencia de género es el tema que está abriendo todos los informativos y las portadas de los periódicos y portales en Australia durante los últimos días. Este miércoles, el Gabinete Nacional del primer ministro, Anthony Albanese, se reunió durante varias horas para trazar una nueva hoja de ruta que evite más víctimas de ataques machistas. Las cifras oficiales incluyen a 28 mujeres fallecidas en lo que va de año a manos de sus parejas o exparejas. Sin embargo, según la periodista y activista, Sherele Moody, que se dedica a investigar todas las muertes de mujeres en el país, el número es todavía mayor y llega a 34 asesinadas.

Estos datos son la gota que ha colmado el vaso de numerosos sectores de la sociedad australiana, que se echaron a la calle masivamente este fin de semana para que se declare la “emergencia nacional”. La primera consecuencia del sentir popular fue la reunión de urgencia de las máximas figuras gubernamentales, que dejó una conclusión preponderante: Australia declara la guerra a la misoginia.

Protestas en Australia

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, durante una manifestación este fin de semana contra la violencia contra las mujeres

“Acabar con la violencia de los hombres contra las mujeres y combatir la misoginia y el daño que genera requiere una acción concertada de todos los niveles de gobierno y de todos los sectores de la sociedad”, señaló la ministra de Comunicación, Michelle Rowland. “Nuestro Gobierno introducirá una serie de medidas para hacer frente al fácil acceso de niños y jóvenes a la pornografía y a la misoginia extrema en línea, que alimenta actitudes perjudiciales hacia las mujeres”.

Restringir el acceso de menores

Estas medidas incluyen un proyecto piloto que servirá para restringir el acceso de menores a material pornográfico y un continuo seguimiento sobre su eficacia para ajustarlo y perfeccionarlo constantemente. También se preparará una nueva legislación que prohíba los deepfake no consentidos, es decir las imágenes alteradas generadas a través de inteligencia artificial. En España, trascendió el año pasado un caso de más de 20 adolescentes en Extremadura que denunciaron la distribución en aplicaciones de mensajería de imágenes falsas con sus rostros en cuerpos desnudos que no eran suyos.

Además, la ministra australiana señaló que realizarán campañas de contra influencia en espacios como foros online en los que proliferan contenidos violentos y misóginos. También prometió reformas en la clasificación de pornografía para evitar una fácil exposición a porno violento y una nueva legislación contra el ‘doxxing’, es decir, la práctica en la que se publica información privada online que tiene el objetivo de hacer daño a sus víctimas.

Este paquete centrado en la influencia que tiene en la sociedad el material pornográfico y violento contará con una inversión de cuatro millones de euros (6.500 millones de dólares australianos), que se suman a los 1.400 millones de euros (2.300 millones de dólares australianos) destinados a abordar la seguridad de las mujeres y ejecutar planes de acción en los próximos cinco años.

Estereotipos de género nocivos

“Una investigación muestra que el 25% de los adolescentes australianos admiran a personajes de las redes sociales que perpetúan estereotipos de género nocivos. Los algoritmos pueden socavar la igualdad de género al difundir contenidos misóginos que normalizan actitudes sexistas entre los jóvenes”, destacó la ministra. “Tenemos que hacer más para garantizar que nuestras leyes y reglamentos se ajusten a los fines de la era digital”, sentenció.

Además de la guerra contra la misoginia, otras de las medidas tras la reunión de los máximos responsables del Gobierno australiano fue la aprobación de 564 millones de euros (925 millones de dólares australianos) en los próximos cinco años para ayudar a las mujeres que necesiten huir de relaciones violentas. Esto significa que las víctimas podrán contar con hasta 3.000 euros (5.000 dólares australianos) para empezar de cero.

Las críticas no se han hecho esperar. Conor Pall es un superviviente de violencia doméstica y es el miembro más joven del Consejo Consultivo de Víctimas y Supervivientes de Victoria. “¿Qué ocurre si eres un niño o un joven que abandona una situación de violencia y necesitas esta ayuda?”, pregunta en redes sociales. “Esa madre necesitaría más dinero que una mujer que se marcha sin hijos”. Otros sectores que no quedaron satisfechos con las medidas anunciadas denunciaron que no se haya dado prioridad también al uso del alcohol y de las drogas como una causa de riesgo en la violencia doméstica.

“No podemos seguir ignorando el papel que desempeña el alcohol en el aumento del riesgo y la gravedad de la violencia contra las mujeres y los niños”, destacó Caterina Giorgi, directora general de la Fundación para la Investigación y Educación sobre el Alcohol. Distintos estudios en Australia concluyen que entre el 23 y el 65 por ciento de los incidentes de violencia familiar denunciados por la Policía están relacionados con el alcohol.

El miércoles, 200 víctimas fueron alojadas en un motel

En varios ámbitos sociales se ha criticado que no se destinen más fondos para los trabajadores sociales que asisten a las víctimas o a proporcionar ayuda específica para buscarles alojamiento. Chelsea Tobin es la directora general del Centro de Respuesta a la Violencia Familiar, Safe Steps. “Recibimos 150.000 llamadas al año de personas que están asustadas y un 80 por ciento de ellos no denuncian a la Policía. A las personas que tenemos que están en riesgo las tenemos que alojar en hostales”, afirmó en un foro organizado por Australian Broadcasting Corporation, ABC. “Esta noche tenemos alrededor de 200 personas en un motel”, confiesa.

La violencia de género en Australia ocupa por obligación el foco de todos los debates y la indignación es el sentir generalizado de gran parte de la población. La conversación usa conceptos como la misoginia normalizada en la sociedad o el extremismo ideológico que trata de contrarrestar el peso del creciente movimiento por la igualdad de las mujeres y la diversidad. Según el Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI), un 23 por ciento de los hombres australianos “considera aceptable utilizar un lenguaje sexista o misógino en Internet y casi uno de cada cinco hombres cree normal compartir imágenes íntimas de una mujer sin su consentimiento”. Poco a poco, la violencia contra las mujeres se está tratando como una cuestión ideológica, hecho que le da otra dimensión a la respuesta de las autoridades.

John Coyne es director de Estrategia Policial y Aplicación de la Ley en ASPI y Danielle Cave es directora ejecutiva en la misma organización. Ambos coincidían días antes de la reunión del Gabinete Nacional: “El Gobierno australiano debe incluir el odio por motivos de género y la apología de la violencia contra las mujeres en la definición de incitación al odio”. Esta pretensión está un poco más cerca de realizarse.

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