Giro de 180 grados en el caso de los hermanos Menéndez: pueden quedar en libertad

Aunque la reducción de condena no garantiza la excarcelación inmediata, sí representa un paso crucial para los hermanos Menéndez

Los verdaderos hermanos Menéndez, en el momento del juicio
Los verdaderos hermanos Menéndez, en el momento del juicio
Archivo

Uno de los casos criminales más mediáticos de las últimas décadas en Estados Unidos, el de los hermanos Menéndez, ha dado un giro inesperado. Este martes, un juez de California redujo la condena de cadena perpetua impuesta a Lyle y Erik Menéndez por el asesinato de sus padres en 1989. Eso abre la posibilidad de que ambos obtengan la libertad condicional tras más de tres décadas entre rejas.

Una sentencia histórica para los hermanos Menéndez

El juez Michael Jesic, encargado de revisar la pena de los hermanos Menéndez, determinó que su condena pasará de cadena perpetua sin derecho a libertad condicional a una pena de entre 50 años y cadena perpetua. Este cambio supone una diferencia crucial. Por primera vez desde su encarcelamiento en los años 90, los hermanos podrán solicitar una audiencia para ser puestos en libertad provisional.

Durante la audiencia celebrada en Los Ángeles, el juez justificó su decisión asegurando que “han hecho lo suficiente en estos 35 años como para que algún día tengan la oportunidad” de recuperar su libertad. Sus palabras marcan un antes y un después en uno de los crímenes familiares más célebres de la historia reciente de Estados Unidos.

Giro de 180 grados en el caso de los hermanos Menéndez: pueden quedar en libertad
Fotograma de la miniserie ‘Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez’
Netflix

En la misma audiencia, tanto Lyle como Erik Menéndez hicieron declaraciones cargadas de remordimiento. Lyle, el mayor de los hermanos Menéndez, expresó “profunda vergüenza” por sus acciones pasadas, reconociendo la brutalidad de sus actos. “Cometí un acto atroz contra dos personas que tenían derecho a vivir: mi madre y mi padre”, dijo.

Erik, por su parte, asumió sin matices la autoría del crimen: “Disparé las cinco balas contra mis padres y luego volví para recargar. Le mentí a la policía. Le mentí a mi familia. Lo siento de verdad”. Estas declaraciones no solo reflejan el arrepentimiento de los hermanos Menéndez, sino también la estrategia legal que han adoptado en los últimos años: asumir toda la responsabilidad para apelar a la posibilidad de redención.

El impacto de Netflix y la revisión del caso

El renovado interés por los hermanos Menéndez no se entiende sin el fenómeno mediático que ha supuesto la serie Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez, producida por Netflix. La ficción reabrió el debate público sobre el crimen cometido en 1989 y atrajo la atención de una nueva generación de espectadores que analiza el caso con mayor sensibilidad hacia posibles abusos familiares.

Además de la serie, varios documentales y reportajes han contribuido a matizar la imagen de los hermanos Menéndez, hasta ahora conocidos únicamente como asesinos fríos. En este contexto, se ha fortalecido el movimiento que exige revisar las circunstancias de su condena. Especialmente, por los supuestos abusos sexuales que ambos denunciaron haber sufrido por parte de su padre, José Menéndez.

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