Alerta

¿Qué le ocurre a las adolescentes inglesas?

Están a la cabeza en consumo de alcohol, tabaco y vapers. La OMS lo atribuye a angustia, presión escolar e impacto de las redes

Alerta por el consumo de alcohol

Alerta en Reino Unido por el consumo de alcohol en menores Freepik

Las adolescentes británicas atesoran el infausto récord en consumo de alcohol, tabaco y vapers en Europa, una tendencia en la que superan ostensiblemente a sus contrapartes masculinas y que revela el pernicioso impacto del paulatino aumento de la presión social y el empeoramiento de la crisis de salud mental repetidamente apuntada por estadísticas sanitarias.

El último estudio en confirmar una epidemia en ciernes ha llegado de la mano de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que considera que hay una correlación directa entre los preocupantes números recabados en Inglaterra, Escocia y Gales y el estado mental de las jóvenes en Reino Unido posterior al coronavirus. En consecuencia, ‘Comportamiento de Salud en Niños en Edad Escolar’, como se llama el informe, representa una llamada de atención a familias, sistema educativo y sociedad en general ante una realidad que refleja un fenómeno acuciante que afecta desmesuradamente a las adolescentes.

Inglaterra, índices más graves de ingesta de alcohol

Tras analizar la conducta de más de 280.000 menores de 11, 13 y 15 años, la conclusión es inapelable: de las cuatro naciones británicas, Inglaterra, que aglutina casi el 85 por ciento de la población británica, presenta los índices más graves en ingesta de alcohol entre los menores de hasta 44 países, entre ellos también España, con las adolescentes inglesas como poseedoras del dudoso honor de aunar los porcentajes más elevados.

De los hábitos analizados, el alcohol es, probablemente, el más alarmante, debido a su amplia extensión, su impacto social e individual y los efectos a largo plazo. Con tan solo 13 años, el 12 por ciento de las niñas en Inglaterra habían estado ebrias al menos dos veces en su vida; y a los 15, el volumen se dispara a más de un tercio, frente a uno de cada cuatro chicos de la misma edad. En esa misma franja, más de la mitad de las adolescentes de 15 años en Inglaterra admite haber consumido alcohol en los últimos 30 días.

Alcohol, normalizado y “asequible”

Los estudios prueban consistentemente que el segmento social más proclive son aquellas procedentes de hogares más acaudalados: el 55 por ciento corresponde a unidades de altos ingresos, frente al 50 por ciento de aquellas con menor capacidad económica, un índice que cae al 39 por ciento en el caso de los chicos. La explicación, según la coordinadora internacional del estudio, Jo Inchley, de la Universidad de Glasgow, responde a “patrones culturales” entre las clases medias y una mayor posición adquisitiva de los adolescentes procedentes de familias más pudientes, en las que el alcohol está “más normalizado” y financieramente es más asequible.

Desde el Instituto de Estudios de Alcohol condenan, de hecho, la percepción de que “introducir a los menores a un consumo moderado es una manera sana de enseñarles hábitos más saludables”. Su directora, Katherine Severi, advierte de que el razonamiento “no es verdad”, puesto que “cuanto antes comience a beber una persona, más probable es que desarrolle problemas con el alcohol más adelante en su vida”.

34% de las niñas de 11 años

De ahí que preocupe que, según las cifras, empiecen antes: si en España el porcentaje de niñas que prueban el alcohol con 11 años es de apenas el 7 por ciento, casi la mitad del 13 por ciento de los niños de nuestro país; en Inglaterra el índice de niñas de esa edad se va al 34 por ciento, unos veinte puntos por encima de la media global. Cuando cumplen los 13 años, las adolescentes inglesas ha adelantado ya notablemente a sus contrapartes masculinos: el 57 por ciento de ellas ha probado el alcohol, frente a cinco de cada diez de niños de esa edad; ambos, aun así, muy por encima de 33 por ciento de la media general.

Tendencia acelerada por el coronavirus

La tendencia podría haberse acelerado como consecuencia de la pandemia, un fenómeno que afectó severamente a los más jóvenes, al aislarlos y exacerbar pautas de conducta. De acuerdo con Jo Inchley, las evidencias en el caso de las chicas revelan “indicadores muy duros” que, en su opinión, “reflejan elevados niveles de angustia mental, presión escolar e influencia de las redes sociales”.

Las consecuencias son graves, de ahí la claridad de la ley en Reino Unido: los menores de 18 años no pueden comprar alcohol, y a los de 16 y 17 solo se les puede servir vino, cerveza o sidra si están acompañados de un adulto y van a comer. Las normas no son aleatorias: el alcohol puede dañar severamente órganos como el cerebro o el hígado, así como los huesos y afectar a las hormonas. Además, diversos estudios han asociado el consumo de alcohol a una edad temprana con peligros para la salud y comportamientos tóxicos, como violencia, consumo de drogas o conducir en estado de embriaguez.

La popularidad de los vapers

Otras prácticas como vapear, también al alza en Inglaterra, con niveles notablemente superiores a países del entorno, como España, Francia o Alemania, indican que existe una conexión ante una realidad que, según los expertos, va más allá de la mera experimentación propia de la edad. Aunque el tabaco no resulta tan popular como en el pasado, las jóvenes también lo consumen en Inglaterra en mayor nivel que ellos; una dinámica que se repite con el vapeo, en la actualidad, el equivalente a lo que solían ser los cigarrillos: cuatro de cada diez chicas admiten haber vapeado antes de los 15 años en Inglaterra, un 15 por ciento más que los jóvenes de la misma edad.

Ambas cifras están, en cualquier caso, ampliamente por encima de la media y aunque todavía se desconocen los efectos de respirar sustancias químicas sobre los pulmones, casi un tercio de las adolescentes de 15 años y un 17 por ciento de los chicos de esa edad han vapeado en Inglaterra en los 30 días previos, de nuevo, una evolución notablemente superior a los niveles globales.

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