“La Guerra de los 12 Días”

Irán e Israel aceptan el alto el fuego de 12 horas de Trump

La pausa de las hostilidades durará 12 horas. El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, indicó que Irán ya no tiene la capacidad de desarrollar armamento nuclear

Donald Trump camina por el jardín sur de la Casa Blanca
EFE/EPA/STEFANI REYNOLDS / POOL

El anuncio cargado de triunfalismo político del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declarando que Irán e Israel han acordado poner fin a lo que él mismo ha denominado “La Guerra de los 12 Días” fue una verdadera sorpresa. El lunes por la tarde, Trump dijo que el conflicto, que comenzó el 13 de junio con ataques israelíes sobre instalaciones nucleares iraníes, llegaba a su fin. Trump hizo el anuncio desde su red social, Truth Social, celebrando lo que describió como una victoria de la paz y un éxito personal como mediador internacional. Sin embargo, ni Israel ni Irán confirmaron oficialmente la tregua en las primeras horas posteriores al anuncio.

Una paz por fases

Trump detalló que el acuerdo contempla una pausa de 24 horas en dos etapas. Irán cesaría las hostilidades primero, seguido por Israel 12 horas después. “Durante cada cese al fuego, la otra parte permanecerá en paz y con respeto”, escribió Trump en su publicación.

La propuesta llega tras días de intensos ataques, incluyendo una ofensiva aérea estadounidense sobre tres instalaciones nucleares iraníes, autorizada por Trump como parte de la respuesta al fracaso israelí de destruir completamente la planta de Fordow con bombas convencionales. Uno de los elementos más significativos —y menos destacados públicamente— ha sido la participación de Qatar en las negociaciones.

Trump agradeció al Emir y al Primer Ministro qatarí por su papel decisivo para alcanzar el alto el fuego. Fuentes cercanas al proceso afirmaron que el entendimiento se alcanzó tras discusiones al más alto nivel entre los gobiernos de EE.UU., Irán y Qatar.

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Este gesto es aún más notable considerando que apenas horas antes, Irán lanzó misiles contra la base militar estadounidense Al Udeid, ubicada cerca de Doha, en represalia por los ataques nucleares. Qatar interceptó exitosamente los misiles y condenó el ataque, pero no rompió los canales diplomáticos. “A pesar de haber sido atacados, los qataríes dejaron de lado sus agravios y priorizaron la seguridad regional”, comentó una fuente diplomática.

Trump se erige en arquitecto de la paz y protagonista absoluto

Donald Trump ha usado este conflicto para posicionarse nuevamente como el eje central dentro del escenario geopolítico internacional. En su mensaje escribió: “Me gustaría felicitar a ambos países por tener la resistencia, el coraje y la inteligencia de poner fin a lo que debería llamarse LA GUERRA DE LOS 12 DÍAS”. Y añadió que “este conflicto podría haber durado años y destruido todo el Medio Oriente”, pero que gracias a su intervención, se evitó un desastre mayor. Su vicepresidente, JD Vance, reforzó esta narrativa al declarar en Fox News que se había destruido el programa nuclear iraní sin una sola baja estadounidense. Pese al anuncio optimista de Trump, las reacciones oficiales de Irán e Israel no validaron de inmediato el acuerdo. De hecho, un funcionario iraní declaró a CNN que no se había recibido ninguna propuesta concreta de alto al fuego y que “Irán está en el umbral de intensificar sus ataques de represalia”. Por otro lado, Israel mantenía operaciones activas dentro del territorio iraní al momento del anuncio.

El ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi
EFE/EPA

La “Guerra de los 12 Días”

El nombre elegido por Trump, La Guerra de los 12 Días, recuerda a la Guerra de los Seis Días de 1967, en la que Israel logró una victoria rápida sobre varios países árabes. En este caso, sin embargo, la guerra fue limitada en tiempo pero no en impacto geopolítico, al poner en juego arsenales de alta potencia y arrastrar a EE.UU. directamente al conflicto.

La ofensiva comenzó con ataques israelíes a científicos nucleares y negociadores iraníes, seguidos por bombardeos masivos con aviones B-2. Trump se atribuyó el éxito de la operación, asegurando que las instalaciones fueron “totalmente destruidas”, aunque no presentó evidencia concreta de los daños causados.

El anuncio de Trump representa un alivio para una región que vive en tensión constante, la realidad sobre el terreno indica que estamos lejos de una paz sostenible. Las causas estructurales del conflicto —el programa nuclear iraní, la seguridad de Israel y la rivalidad geopolítica entre potencias regionales— siguen presentes. La aparente tregua también plantea interrogantes sobre el papel real de Estados Unidos como mediador.

El “acuerdo de paz” entre Irán e Israel anunciado por Trump refleja tanto una victoria diplomática parcial como una narrativa personal cuidadosamente construida. Si bien es positivo evitar una guerra prolongada, la falta de confirmación oficial y el silencio de los gobiernos involucrados sugieren que aún queda mucho por resolver.

Lo que sí queda claro es que Donald Trump ha vuelto a colocar su figura en el centro del tablero geopolítico, proclamándose como el gran negociador que salvó al Medio Oriente de la destrucción. Una vez más, la paz y la política se entrelazan, y el mundo observa, entre la esperanza y el escepticismo.

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