Opinión

A Delia y Amelia, con admiración

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Este final de año se está haciendo cuesta arriba con malas noticias en forma de pérdidas. Algunas directamente relacionadas con el deporte, con el fútbol y con la familia de quienes cubren informativamente la liga.

Cualquier periodista que haya ido a algún partido del Levante en los últimos 25 años conocía a Delia Bullido, una mujer con la que me encontré en el palco del Ciutat de València allá por la temporada 2004/2005, mi primera haciendo el palco para el partido de Canal +. La miré con curiosidad, en aquel tiempo era rarísimo que una mujer dirigiese la comunicación de los equipos de fútbol de Primera, ella y Luz Monzón, en el Getafe, debieron ser las primeras.

Pronto me di cuenta que era una mujer con carácter, como Luz. Imprescindible tener personalidad y energía , las cosas bien claras y una fuerte determinación para manejarse en un mundo exclusivo de hombres, tan dado a exigir mucho más a cualquier mujer por el simple hecho de serlo. Ella despejaba rápido las posibles dudas.

A Delia no se le desmandaba nadie. Desde su corta estatura, subida a unos tacones que parecían anunciar que con ella pocas bromas, resolvía cualquier incidencia, siempre con firmeza pero al mismo tiempo con una sonrisa cómplice. Escaleras arriba y abajo, entre el palco y el vestuario, todo pivotaba entorno a ella y todos en el club te remitían a ella, resolutiva y clara. Esto sí y esto no.

Nunca hubo más relación con Delia que la propia de nuestros partidos en el estadio, que podían ser dos o tres por temporada. Me hubiera gustado decirle alguna vez que es de esas mujeres que a otras, como yo, nos hizo sentir orgullosas. De rompe y rasga. Desde el primer día que la vi supe tres cosas. Que amaba al Levante, que estaba en ese puesto por su profesionalidad, y que una mujer como ella abriría el camino a otras.

Ahora veo a Puri Naya y me acuerdo de aquella sensación tan agradable que me ha producido ver a mujeres como Delia o como Luz abrirse camino en un mundo tan machista como era y es, aunque se avance, el del fútbol . ¿Qué no habrán escuchado estas mujeres en los últimos 20 años, por ejemplo, en esas comidas de directivos? ¿Cuántas barreras y estereotipos habrán tenido que derribar?

La muerte de Delia sin cumplir los 50 me apena tremendamente, hace algo más de un año supe se enfrentaba a un cáncer y equivocadamente pensé que la fortaleza que transmitía la mantendría a salvo. La reacción unánime de todos los clubes de la Liga ante su pérdida dan idea de la huella que deja en todos nosotros.

Mucho antes que ella, en octubre de 1963 otra mujer española, de Pinto, hizo historia en España. Amelia del Castillo fue la primera mujer presidenta en la historia del fútbol español. Una verdadera pionera, ejemplo y referente en aquellos años en los que una mujer no podía jugar al fútbol porque la práctica del mismo estaba prohibida para las mujeres.Así lo decía el reglamento, que no podían jugar, ni entrenar ni ser delegadas, pero no ponía nada de presidir, circunstancia que Amelia aprovechó con astucia para fundar, con solo 18 años un club llamado “La flecha de Pinto” que presidió durante una década. Amelia hacía de todo, desde lavar las equipaciones hasta conseguir que le dejasen sacarse el título de entrenadora. Pero sobre todo, lo que hizo fue derribar barreras a base de inteligencia y amor por el fútbol. También tuvo tiempo para ser madre de nuestra querida Gemma Santos, que ha tenido el privilegio de recibir semejante ejemplo siendo hija de esta gran mujer y que hoy llora su muerte .

Vaya mi abrazo desde aquí para Gemma y la familia de Delia. Que la tristeza de paso a la alegría por haber disfrutado de la grandeza de ambas.