Opinión

En defensa de Extremadura

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Es una conferencia de presidentes a la medida de Sánchez; la convocó para desviar la atención de sus WhatsApp con Ábalos y no le interesa nada más que su agenda. Le hemos obligado a incluir los temas que en realidad preocupan a los extremeños y a los españoles.

Pretendían llevarnos a una reunión en la que se iba a censurar el apagón y sus causas, se quería silenciar los debates sobre la financiación autonómica, la mejora de las infraestructuras básicas que necesitamos para converger, la sanidad, la dependencia o la política migratoria.

Extremadura no va a la conferencia del presidente, va a una reunión de Estado. No vamos a entrar en provocaciones, no vamos a permitir privilegios como la condonación que solo ha pedido ERC y no vamos a desviar la atención del verdadero objetivo: mejorar la vida de las personas, de todos los españoles.

Se ha intentado descafeinar y enrarecer esta reunión con toda clase de trucos. Como anunciar -vía carta del presidente- un plan de vivienda en el que nos invitan a pagar o la polémica de los pinganillos con traducción simultánea, como si no se hubiera hablado siempre en español en estas cumbres. Otro intento de polemizar y hacer una especie de guiño infantil a los que le mantienen en Moncloa.

Me temo que no habrá sorpresas. El gobierno necesita cambiar de canal, porque está asediado por las polémicas del PSOE y la corrupción, e intentará dar una falsa apariencia propositiva, anunciando titulares que quedarán en nada, igual que los que se dieron en la reunión de Cantabria. ¿Alguien se acuerda? Puro efectismo.