Parece que Felipe VI sigue la máxima de Rudyard Kipling de tratar al éxito y al fracaso, “esos dos grandes impostores, con la misma indiferencia”. El Monarca mantiene el timón fijo, ante las tormentas sostiene la calma sabedor de que ésta llegará, y cuando sucede, la saborea con las velas preparadas para cuando vuelva la marejada.
La Familia Real española digiere el empacho de titulares favorables tras los fastos de esta semana para conmemorar los diez años de reinado. La prensa internacional también se ha hecho eco: “Una familia fabulosa”, titula el Daily Mail, o “Así se reconquista el país”, manifiesta la revista italiana Oggi.
En estos dos lustros en el Trono, a Felipe VI le ha tocado navegar en un país en permanente convulsión política. En esta efeméride era importante conseguir tres objetivos: transmitir unidad familiar, conectar con la sociedad y, ante el debate abierto respecto a su papel tras los pactos de Gobierno de Sánchez y la firma de la ley de amnistía, reivindicar su declaración de intenciones en su discurso ante las Cortes de hace 10 años y ceñirse a su papel constitucional.
Unidad familiar
“Your Majesty, mummy”, dijo el entonces Príncipe Carlos, durante el homenaje por el jubileo de platino de la Reina Isabel. Añadir simplemente mummy provocó la reacción masiva del público. En la sorpresa al Rey de la Princesa Leonor y la Infanta Sofía durante el almuerzo en el Palacio Real la fórmula fue al revés, “Mamá, papá, Majestades”, empezaron, “Perdón por colarnos pero tenemos algo qué decir”.
Este momento copó los titulares del día, y el agradecimiento público de las hijas de los Reyes a sus padres por haberles enseñado desde su nacimiento “el valor de la Corona y su propósito de servir a España” provocó emociones en la gente. La sorpresa no fue ficticia, el Monarca no sabía nada de este plan, y la conmoción que reflejó su semblante y sus ojos empañados fue real y, por tanto, surtió efecto.
Don Felipe y Doña Letizia han conseguido formar un equipo en el que cada uno sabe cuál es su papel. El Jefe del Estado se debe al papel institucional y la Reina ha enfocado su agenda a conectar con el sector más necesitado e intervenir en la comunicación, dada su preparación como periodista.
“Me dijeron: no te sorprendas”, contó el Rey que le indicaron en los momentos previos, a un círculo de periodistas el día después. Había un micrófono a la altura de la mitad de la mesa del comedor. “¿Y esto para qué es?”, se preguntaban los equipos técnicos y el personal del Palacio con extrañeza. Alrededor de 120 invitados, la Princesa de Asturias y su hermana sentadas cada una en un extremo de la mesa.
“¡Ahora!” Se lee en los labios de la Reina la indicación a sus hijas de que era el momento a través de la grabación. Después, lo que ya se vio.
Doña Letizia fue quien organizó este gesto hacia su marido que, además de acallar los rumores sobre la crisis dentro de la familia, la acercaron a la sociedad, presentándose como una familia normal. “Mamá, papá”. Y, al término, un beso a cada uno.
Otra imagen fue clave, y se produjo al término del día y que resume los tres conceptos. Fue durante la exposición del videomapping. Enfrente del Palacio Real, en la plaza, los Reyes y sus hijas, juntos y unidos, presenciaban la exposición de objetivos principales del reinado: Deber, compromiso, servicio, Constitución… Entre la multitud de gente que acudió a saludar.
Ni el Rey Juan Carlos ni la Reina Sofía estuvieron invitados al acto. La idea es clara: unión del núcleo central de la Familia Real, desde primera hora de la mañana. En el Relevo Solemne de la Guardia Real, Reyes, Princesa e Infanta salieron por primera vez juntos al balcón que da al patio de la Armería. El hecho de que en su discurso posterior Felipe VI pusiera en valor la “voluntad, dedicación, y sensibilidad” de la Reina, su agenda enfocada hacia el sector más vulnerable de la población, así como su apoyo, y la “ayuda” de sus hijas, que, expuso, han comprendido las “realidades de nuestra vida colectiva”. Durante esta intervención, las miradas entre ellos fueron más relevantes casi que las palabras.
Conexión con la sociedad
El acto central del día fue la imposición de la Orden al Mérito Civil a personas anónimas por sus méritos y contribuciones a la sociedad. En el almuerzo posterior, por primera vez, éstas fueron sentadas de manera intercalada con las autoridades invitadas, para realzar públicamente su valor. Por la tarde, las hijas de los Reyes recorrieron la Galería de las Colecciones Reales entre 40 jóvenes que, en su día, ganaron el concurso infantil de “Qué es un Rey para ti”. Y, al término del día, los cuatro salieron a saludar, y a hacerse selfies con los asistentes. No alcanzaron las 12 horas posteriores que los Reyes volvían al Palacio Real para ver la exposición de fotografías conmemorativas de los 10 años de reinado recopiladas y expuestas por Patrimonio Nacional y la Diputación de la Grandeza. Una exposición que estará abierta al público y será gratis hasta el mes de octubre.
Don Felipe y Doña Letizia ejercieron de anfitriones del Palacio y recibieron a los primeros visitantes, con los que hablaron en español e inglés, ya que muchos de ellos eran turistas.
Cumplimiento de la Constitución
Desde que Don Felipe dejara de ser Príncipe de Asturias para convertirse en Rey de España, el Monarca ha priorizado la Corona por delante de su propia familia, llegando hasta a revocar el título a la Infanta Cristina y apartando, de forma consensuada, al Rey Juan Carlos de la agenda oficial. Sumada a esta situación, el clima político no permite relajarse: un gobierno formado por una amalgama de partidos republicanos y separatistas, pendientes de cualquier movimiento de la Corona para atacarla. El que propusiera a Pedro Sánchez presidente después de las elecciones generales del 23-J, investido gracias a conceder la amnistía a los separatistas, además de su reciente rúbrica en la ley que lo permite le ha supuesto más de una crítica, incluso por parte de algunos partidos que lo defienden. “Me ceñiré siempre a la Constitución”, dijo en su discurso dos lustros después de aquel que pronunció ante el Parlamento. “Pese al coste personal“, añadió después.
Rumbo fijo y unos días de mar en calma, en los que dar la bienvenida al “impostor” del éxito.