Parecía que las reuniones preparatorias y el intercambio de documentación de cara a la Comisión Bilateral de Transferencias iban bien entre el Gobierno de España y el vasco, pero las alertas han empezado a sonar dentro del Ejecutivo de Vitoria- Gasteiz. “No estamos contentos, no está bien cerrado y no firmaremos nada a medias” nos confirman fuentes cercanas.
Entramos en tiempo de descuento para el cumplimiento del calendario de transferencias acordado entre el PSOE y el PNV por el que Pedro Sánchez obtuvo el apoyo de los jeltzales en la investidura. La próxima cita es el 15 de julio donde el presidente del Gobierno y el lehendakari, Imanol Pradales, tienen previsto rubricar el traspaso del primer paquete de la transferencia de la gestión económica de la Seguridad Social; lo referido a las políticas activas de empleo y a las prestaciones por desempleo.

Negociación del acuerdo
Hay preocupación en el seno del Gobierno vasco, aunque nos aseguran que los equipos negociadores siguen trabajando y que lo harán hasta el último minuto.
De momento, no quieren contemplar otro escenario que no sea el del acuerdo, pero preguntados por la posibilidad de que finalmente los trabajos acaben en desencuentro y si eso conllevaría el aplazamiento de la reunión, añaden “puntos suspensivos”.
La transferencia de esta primera parte referida a la Seguridad Social supondrá, antes de finalizar 2025 tal y como recoge el acuerdo político, un impulso importante para completar íntegramente el Estatuto de Gernika aprobado en 1979, cuyo nudo gordiano ha pivotado principalmente sobre este asunto. No solo por la complejidad del traspaso, sino por la marejada política que levanta la descentralización del Estado.
Relación positiva
Desde la parte vasca defienden el cumplimiento total de una Ley Orgánica como es el Estatuto de Gernika, así como, la conveniencia de que la gestión se proporcione desde la administración vasca, más cercana y más ágil a la hora prestar los servicios relacionados con la SS. Sin embargo, se vuelve a repetir un patrón de resistencia del Ejecutivo central a cumplir con los acuerdos. Cuando se está a punto de llegar a la meta surgen las pegas, las complicaciones y las dudas, hasta el punto de forzar que las cosas se tramiten según lo comprometido, pero sobre la campana.

La relación personal entre Pedro Sánchez e Imanol Pradales sigue siendo correcta nos dicen, y cada reunión que han mantenido, cuatro hasta ahora, ha estado dotada de contenido, enfocada a los temas agendados que conciernen a Euskadi. No obstante, con vista al encuentro del martes, el lehendakari lleva bajo el brazo otros asuntos que pondrá sobre la mesa como la inversión necesaria para redes eléctricas que aumenten la capacidad de la industria vasca. Pradales quiere acordar un cupo energético industrial que permita al País Vasco asumir la financiación de parte de las inversiones en la red eléctrica vasca.
Abordarán además, la creación de la Macroregión Atlántica, lo que apela a las comunidades litorales desde Galicia, Asturias, Cantabria hasta Euskadi, para no quedarse descolgadas de los planes de inversión de la Unión Europea. La oficialidad del euskera en las instituciones europeas y la política migratoria completan el orden del día de los asuntos a tratar.