En las últimas semanas se ha agravado el clima irrespirable en política. Sí, aún más. Una atmósfera de “fin de ciclo” e inestabilidad constante se expande invadiendo el día a día de la actividad parlamentaria, según el Partido Popular. Las últimas informaciones conocidas en las que aparece una señora llamada Leire Díez como presunta ‘fontanera’ del PSOE -amenazando a fiscales y arremetiendo contra la UCO- han llevado a los de Alberto Núñez Feijóo a elevar hasta el extremo su discurso. “No hay un Gobierno; hay un capo y sus gánsters”, señalan desde Génova 13.
Entre reiteradas acusaciones de “prácticas mafiosas” y exigencias de dimisión de Pedro Sánchez, Feijóo ha tenido una idea: volver a las calles. Una concentración en la capital. Así, el presidente del PP convocaba de urgencia esta semana una intervención ante los medios -que no estaba prevista- en la sede nacional.
Mientras los periodistas corríamos para poder llegar a dicha cita sorpresa, los grupos de WhatsApp de fuentes populares y dirigentes echaban humo. “¿Qué va a anunciar?”, se preguntaban miembros del partido. Llamadas cruzadas y muchas especulaciones. Entre esas quinielas sonó una hipotética moción de censura. “También puede llamar, por fin, a Sánchez a la comisión de Investigación en el Senado”, pensó un líder autonómico.
La realidad es que, cuando escucharon el anuncio que Feijóo hizo de la concentración, a algún dirigente le supo a poco. Sectores del partido esperaban más que una manifestación: “Si vendemos que es el fin del mundo, no vale con manifestarse”, piensa un líder territorial. “Hay que utilizar todos los instrumentos, también la moción de censura, aunque sea simbólica”, según su argumento.
En este punto, algunos recordaron que se cumplen cuarenta y cinco años desde que Felipe González, secretario general del Partido Socialista Obrero Español, defendió en el Congreso de los Diputados una moción de censura contra el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez González. González perdió, pero esa moción le sirvió fortalecer su figura e impulsó su proyecto político que le llevó al éxito electoral en 1982. A la mayor victoria del PSOE.
Si bien las cuentas objetivas no le salen a la dirección nacional, miembros del PP creen que la victoria puede ser simbólica e, incluso, muy útil para que se retraten los socios del Ejecutivo. “No podemos hablar de cloaca mafiosa y ponernos de perfil ante una moción de censura. Hay que batallar en las calles, tribunales y parlamentos”, reflexiona un miembro del Comité Ejecutivo Nacional.
Por el momento, Feijóo rehúye presentarla si no cuenta con apoyo numérico: “Si hacemos una moción de censura en el Congreso y Sánchez vuelve a reunir los votos suficientes para que no podamos convocar elecciones, es una confirmación del presidente del Gobierno”, ha defendido Feijóo en varias ocasiones. Aún así, dice estar dispuesto a “liderarla” y pide a los socios del Gobierno que retiren su apoyo a Sánchez
En los últimos días, el portavoz nacional, Borja Sémper, daba una de las claves. Recordó que tras presentar una moción de censura no se puede presentar otra hasta un año más tarde. “Es inoportuno quemar más balas”, dijo Sémper. Una palabras muy similares a las del expresidente José María Aznar quien pedía, esta semana, esperar: “Cabeza fría, pero tensión vital máxima. Faltan dos años para las elecciones y aún queda mucho por ver”, sentenció el expresidente. Quien sabe si esas “balas” puedan quemarse a medio plazo.
Además, había quienes esperaban que se anunciara que el PP llamaría al presidente del Gobierno a la comisión de investigación en el Senado valiéndose de su mayoría absoluta en la Cámara Alta. “Está más cerca”, dicen en Génova, sin dar una fecha concreta.
VOX pide más a Feijóo y se borra de la foto
El descontento -por la ausencia de más acciones- en algunos sectores del PP también se espolea en VOX. Su presidente, Santiago Abascal, se ha dirigido a Feijóo para recriminarle que “no es hora de asambleas ni manifestaciones”, tachando la concentración convocada por el PP como un “acto de partido”. “Si la situación es tan grave, ¿por qué Feijóo no se ha dignado a involucrar desde el principio a la sociedad civil y al resto de la oposición en esta convocatoria?”, critican desde la sede de la calle Bambú. Hay cabreo latente en la cúpula de VOX. Creen que Feijóo debería haber llamado a Abascal para poder ponerse de acuerdo en una convocatoria: “No vamos a ir a un acto de partido, es oportunismo partidista. Así no”, sentencian desde VOX.
Además, Abascal ha presionado a Feijóo para que presente la moción de censura: “Es la hora de romper con el PSOE, sobre todo en Bruselas, y de presentar una moción de censura que explique a los españoles cuál es la alternativa que ofrecemos a este Gobierno de delincuentes. No hay que pedir permiso a los separatistas, señor Feijóo”, pidió el líder de VOX.
Feijóo ha respondido a estas críticas de su homólogo: “No esperaba que me criticasen por convocar una concentración contra el Gobierno. Y lo que quiero contestarles es nada. La gravedad de lo que hace este Gobierno no merece discusión entre los partidos”, sentenció.
Una concentración sin logos ni siglas
Ya hacía tiempo que parte del partido consideraba que era conveniente convocar una nueva manifestación. Esta cita será la sexta desde que Feijóo llegó a la dirección nacional, tras el carrusel de manifestaciones que convocaron por la ya lejana amnistía. Tendrá lugar el próximo domingo, día 8 de junio, en la Plaza de España. Será bajo el lema “Mafia o democracia” y asistirán todos los presidentes autonómicos populares. Si nada cambia, también se espera que acuda el presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, tal y como avanzó este periódico.
Génova ha pedido implicación a todas las estructuras territoriales y se fletarán autobuses desde las provincias. Además, al igual que en convocatorias pasadas, los dos expresidentes populares, José María Aznar y Mariano Rajoy, estarán en esa foto con Feijóo.
En este punto,el presidente del PP ha dado instrucciones de que la concentración no tenga logos ni escenografía de partido: “Sin siglas porque he pedido que no se pongan, que esto va mucho más allá de los límites de nuestro partido”, ha explicado Feijóo. El líder popular pretende que la concentración no sea un acto de partido sino un acto de país al que puedan acercarse personas de diferentes sensibilidades, explican en la dirección nacional.