El anuncio de Pedro Sánchez de cancelar su agenda pública durante cinco días para meditar su dimisión deja en el aire un sinfín de dudas y un primer desamparado en el camino: el líder del PSC y candidato a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa.
Sánchez tenía previsto desplazarse hoy, jueves, a Sabadell (área metropolitana de Barcelona) para protagonizar el primer mitin de campaña del PSC. Debía ser el primer gran impulso del presidente del Gobierno a la carrera electoral de Illa, llamado a ganar las elecciones catalanas del 12 de mayo (otra cosa será gobernar), según la totalidad de encuestas publicadas.
Pero el insólito anuncio de Sánchez de darse cinco días para reflexionar acerca de si abandona la presidencia del Gobierno deja en suspenso el que iba a ser prácticamente su principal cometido a corto plazo, que no era otro que propulsar la campaña del PSC en busca de un trofeo de caza mayor: el Palau de la Generalitat.
La dirección del PSC se apresuró a asegurar que, como no podría ser de otra manera, la campaña de los socialistas catalanes seguirá adelante según lo previsto, a pesar de no puedan contar con su mayor activo.
Conocida la reflexión abierta por el presidente @sanchezcastejon quiero decir dos cosas: en lo personal, como compañero y amigo, entiendo al presidente y seguiré a su lado decida lo que decida; y en lo político creo que debemos movilizarnos de forma contundente en su apoyo…
— Miquel Iceta Llorens /❤️🇺🇳 (@miqueliceta) April 24, 2024
El presidente del PSC y exministro con Sánchez, Miquel Iceta, fue uno de tantos dirigentes socialistas que alentó el apoyo al presidente para que se mantenga en el cargo. Este promete ser el guion de los próximos días, el de una retahíla de voces progresistas emplazando al líder del PSOE a sobreponerse y seguir de presidente.
Los actos que tenía agendados
Pero mientras esa confirmación de continuidad no se produce, la campaña del PSC, diseñada para que el jefe del Ejecutivo irrumpiera hasta en cinco ocasiones, se hará en su ausencia. “Cuesta trabajo creer que Sánchez va a desnudar toda la campaña del PSC en estos momentos. El anuncio está muy caliente, habrá que ver. Pero cuesta mucho verlo”, decían en la sala de máquinas de ERC.
El sábado 27, con la campaña catalana ya en marcha, está (todavía) convocado el comité federal del PSOE. Pero ningún dirigente socialista se atreve a asegurar que el cónclave socialista vaya a celebrarse en el actual contexto. ¿Un comité para elucubrar sobre el postsanchismo sin saber si, en efecto, comienza una nueva era?
El domingo 28, Sánchez debía regresar a Cataluña, nuevamente al área metropolitana de Barcelona, a Santa Coloma de Gramenet, para seguir su carrera con Illa. Pero tampoco será así.
Ahora la duda es si el resto de visitas que tenía programadas durante la campaña catalana (Sant Boi de Llobregat, 2 de mayo; Montmeló, 4 de mayo; y Barcelona, 10 de mayo) contarán o no con el presidente del Gobierno.
La línea roja del 30 de mayo
De lo que no hay duda es que eventual renuncia solo deja dos opciones en el calendario: una disolución de las Cortes para convocar elecciones que no puede producirse antes del 30 de mayo (habrá pasado entonces el mínimo de un año tras los últimos comicios que fija la ley) o bien someterse a una cuestión de confianza en el Congreso para forzar la designación de un nuevo presidente (que conllevaría consultas, investidura y votación).
Si la mencionada disolución de las Cortes se produjera en esa fecha, el calendario sería todavía más endiablado porque tan apenas faltarían 10 días para la celebración de las elecciones europeas del 9 de junio.