Vox es el único partido que puede permitirse una estrategia pensando en el largo plazo. De hecho, lo hace. Muchas de las decisiones que toma sólo son comprensibles teniendo en cuenta esta premisa. La salida de los gobiernos autonómicos, en julio de 2024, es la táctica más rentable que ha ejecutado un partido en los últimos años. Muchos les dieron por “amortizados” y auguraron malos tiempos para los De Santiago Abascal. ”Van a desaparecer”, repetían en las sedes de los partidos y en las tertulias televisivas. Nada más lejos de la realidad.
En la actualidad, el partido de Abascal está en máximos históricos. Todas las encuestas les colocan por encima del 17% del voto y, por primera vez en su historia, ya no es una amenaza -en términos de captación de voto- sólo para el PP. VOX ha culminado su “giro obrero” y ya está consiguiendo robar votos al PSOE. Según los sondeos, en dos últimos meses habría robado más de 300.000 al partido de Pedro Sánchez.
La formación crece en todas partes, pero proporcionalmente más en los barrios obreros. Ha cambiado su perfil. En 2023 era un partido que crecía con la renta. Ahora es transversal. Poco a poco está colándose en nichos electorales que algunos veían improbable en nuestro país. Pero sólo hacía falta mirar a Francia para ver lo que podría ocurrir. “La lepenización de VOX no ha hecho más que empezar”, dicen firmemente en la cúpula del partido. La dirección posee una estrategia pensada a 15 años vista.
VOX no quiere gobiernos autonómicos
Esa es la razón por la que no tienen prisa en entrar en los gobiernos autonómicos. Sin prisa pero sin pausa. Quieren evitar el desgaste propio de la gestión que ya vivieron durante el escaso año que compartieron gobiernos de coalición con el PP. Cuando poseían consejerías y vicepresidencias comenzaron a caer en picado en los sondeos internos. Al salirse de los ejecutivos experimentaron una subida instantánea.
Otra historia será la decisión que la dirección de VOX tome tras elecciones generales. Hay miembros de VOX que creen que deben pedir ministerios y gobernar, pero también existen los que creen que habría que esperar a una segunda legislatura y “fiscalizar” a Feijóo desde fuera del Gobierno. “Aprender de los errores de Podemos y Sumar”, explican. El número de escaños será determinante para la decisión final.
El PP se sacude los complejos para pactar con VOX
Lo cierto es que en el PP ya muchos barones empiezan a trasladar su “preocupación” con la subida de los de Abascal. Evidentemente no quieren gobernar con ellos, pero son conscientes de que hasta que VOX no “sufra” la erosión de gobernar, seguirán con esta tendencia de subida imparable. “VOX empezará a bajar cuando entre en los gobiernos y demuestren que sus políticas no son viables”, ha verbalizado esta semana el presidente de Andalucía, Juanma Moreno.
En este punto, hay dirigentes populares que creen que -durante las negociaciones de los gobiernos autonómicos- deberían ofrecer consejerías y puestos de responsabilidad a VOX para que sean ellos los que rechacen el ofrecimiento y queden “retratados”.
Desde la dirección nacional del PP también hacen la lectura forzada de la realidad. “En los últimos dos años todo ha cambiado mucho y la gente es menos reticente al pacto entre PP y VOX”, analizan en Génova 13. El propio Feijóo se ha visto obligado a reconocer lo inevitable. “El topicazo de la ultraderecha ya no cuela. Más del 60% en Extremadura apoyaron la suma de PP y VOX. ¿De verdad toda esa gente es ultra?”, aseguró durante su intervención de la última Junta Directiva Nacional del año.
Queda claro que el PP pactará con VOX donde haga falta. VOX ya no da miedo porque el PP naturalizó a la formación, en 2023, gobernando con ellos. Ahora, esa naturalización se les está volviendo en contra.
Semana clave en Extremadura
En Extremadura la noticia también ha sido VOX. Es el partido que más ha crecido. Ha pasado del 8% de los votos al 17% y ha subido 6 diputados. Por ello, es lógico que vayan a ser más exigentes a la hora de negociar una posible investidura de María Guardiola.
La candidata necesita su abstención y VOX está exigiendo las 200 medidas que la popular rechazó antes de ir a las urnas. Son las mismas exigencias que VOX puso encima de la mesa para aprobar los presupuestos. Ella no las aceptó y convocó elecciones anticipadas. Ahora, VOX recupera todas las medidas y con mayor poder para ahora volver a negociarlas.
El documento incluye la supresión de subvenciones para igualdad, patronal y sindicatos. También piden la derogación de la ley LGTBI, la eliminación de la ecotasa, el rechazo al pacto verde y al aborto. Además, exigirán la presidencia de la Asamblea de Extremadura y senadores por designación autonómica.
Esta semana es clave para que Guardiola consiga amarrar los apoyos que le permitan ser presidenta. La popular llamó el martes al representante de VOX en Extremadura, Óscar Fernández. Ambas formaciones aseguran que el tono fue “cordial” y que se emplazaron a “seguir hablando”. Lo volverán a hacer en los próximos días.
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