Violencia sexual

Denuncian por agresión sexual a Antonio Pelayo, corresponsal de Antena 3 en Roma

La Fiscalía de Roma ha cerrado la fase de instrucción y ha acusado formalmente al sacerdote y periodista español

El periodista y sacerdote Antonio Pelayo, corresponsal de Antena 3 en Roma, ha sido acusado por la Fiscalía de la capital italiana de presunta agresión sexual contra un periodista italiano de 40 años. Los hechos ocurrieron durante el pasado mayo, concretamente el día 23, tras la muerte del papa Francisco y el cónclave que eligió a León XIV como nuevo pontífice, según informa Corriere dela Sera. Un hecho histórico que reunió a cientos de profesionales en la ciudad italiana.

La denuncia, según siempre la información que firma Giulio De Santis, recoge que Pelayo invitó a un colega de profesión a su domicilio para cenar a raíz de la amistad que crearon en las diferentes coberturas.

Amistad que terminó en denuncia

Antonio Pelayo, veterano corresponsal en Roma y profundo conocedor del entorno vaticano, mostró interés por el joven periodista. Según la denuncia, a la que han tenido acceso medios como el Corriere della Sera y La Repubblica, ambos compartían el gusto por el arte y una pasión común por el artista Salvador Dalí. La relación se extendió fuera del ámbito profesional, estableciendo una amistad que parecía sincera. Los contactos iniciales eran profesionales; intercambios de mensajes, conversaciones sobre los comunicados del Vaticano, comentarios sobre sus artículos. Luego llegaron las invitaciones para reunirse de manera informal, “un encuentro cordial, de naturaleza profesional” que finalizó sin incidentes.

El incidente de agresión sexual habría tenido lugar el 23 de mayo, durante un segundo encuentro en el domicilio de Pelayo, en el centro histórico de Roma. Según el relato del periodista durante la velada, el sacerdote le ofreció whisky y él declinó la propuesta. Poco después, Pelayo “intentó propasarse” con un acercamiento físico repentino que fue rechazado con firmeza. Ante la insistencia del sacerdote con una actitud más agresiva, el joven periodista se vio forzado a marcharse de inmediato de la casa, alrededor de las ocho y media de la noche. Al día siguiente la víctima recibió varias llamadas del sacerdote aunque no respondió a ninguna, afirma en la declaración.