El clima mundial se prepara para un nuevo giro con la llegada de La Niña, un fenómeno climático que representa la fase fría del conocido ciclo ENSO (El Niño-Oscilación del Sur).
A diferencia de su contraparte, El Niño, que provoca un aumento de las temperaturas globales, La Niña se asocia con un enfriamiento de las aguas del Pacífico tropical. Y, en consecuencia, con un descenso de los termómetros en diversas regiones del planeta.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ya ha advertido que La Niña podría comenzar a afectar al clima global a partir de septiembre. Eso marcaría un cambio significativo en la dinámica atmosférica tras un pasado curso que, pese a las previsiones, no llegó a consolidar este fenómeno.
¿Qué es La Niña y cómo funciona?
Para entender La Niña, es necesario situarla dentro del ciclo climático conocido como ENSO. Este ciclo tiene dos fases principales: la cálida, llamada El Niño, y la fría, denominada La Niña.
Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), La Niña aparece cuando las aguas de la cuenca del Pacífico tropical oriental se enfrían por debajo de lo normal debido a un refuerzo de los vientos alisios.

Mientras El Niño se caracteriza por un debilitamiento de estos vientos y un calentamiento de las aguas, La Niña implica lo contrario: alisios más intensos que desplazan la humedad hacia el Pacífico occidental, favoreciendo lluvias torrenciales en Asia y Australia y condiciones más secas en América del Sur.
¿Cuáles son las previsiones meteorológicas en 2025?
El efecto de La Niña no es uniforme, pero sí tiene patrones reconocidos. En América del Sur, suele traducirse en sequías más severas. Mientras tanto, en Asia suroriental y Oceanía genera un aumento de las precipitaciones.
La NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos) apunta que este fenómeno también puede influir en la temporada de huracanes en el Atlántico, aumentando su actividad por la reducción de los vientos que suelen debilitarlos.
En este 2025, los expertos prevén que La Niña tenga una duración corta y de intensidad débil. Aunque suficiente para alterar la dinámica climática en varios continentes.
La OMM advierte que los efectos pueden sentirse de septiembre a enero, con posibles repercusiones en sectores como la agricultura, la energía y la gestión del agua.
La Niña en España: ¿qué podemos esperar?
La gran pregunta es cómo afecta La Niña a España. Según Meteored, la influencia de este fenómeno sobre la Península Ibérica es limitada. Pero no inexistente.

En los años de La Niña, suele observarse un otoño más seco de lo normal y con temperaturas superiores a la media. Eso prolonga el ambiente veraniego hasta bien entrado octubre.
El portavoz de Meteored, Samuel Biener, recuerda que en invierno la influencia de La Niña sobre España prácticamente se diluye. Al fin y al cabo, otros factores meteorológicos pasan a tener más peso. Sin embargo, durante septiembre y octubre, sí cabe esperar un patrón más cálido y seco de lo habitual. Lo que podría tener repercusiones en la sequía que ya arrastra buena parte del país.