El reciente episodio vivido en Lituania, donde más de 170 vuelos fueron interrumpidos por globos lanzados desde Bielorrusia cargados de cigarrillos de contrabando, ha encendido las alarmas en Europa sobre el auge del comercio ilícito de tabaco. Este método, tan rudimentario como eficaz, ha puesto en evidencia cómo las redes criminales se adaptan rápidamente cuando las vías legales se cierran.
El caso lituano no es aislado. Polonia y Letonia también han registrado un incremento del contrabando tras endurecer sus políticas fiscales y reducir los canales legales de venta. En este contexto, expertos advierten que España podría seguir el mismo camino.
La nueva Ley Antitabaco 2025, junto con las propuestas de la COP11 y la reforma fiscal europea, contempla medidas como la prohibición de fumar en espacios abiertos, la equiparación de vapeadores al tabaco convencional, la eliminación de vapeadores desechables y la reducción de puntos de venta. Además, la Directiva TED podría elevar el precio de los cigarrillos hasta un 139%.
Estas decisiones podrían empujar a los consumidores hacia el mercado negro. Actualmente, España ya pierde cerca de 879 millones de euros anuales por comercio ilícito de tabaco. Si se aprueban las nuevas medidas sin ajustes, el impacto económico y social podría ser aún mayor.
La experiencia de otros países europeos refuerza esta preocupación. En Francia, el contrabando alcanzó los 18.700 millones de cigarrillos ilegales en 2024, con pérdidas fiscales superiores a los 9.400 millones de euros. En el Reino Unido, los elevados impuestos y el empaquetado genérico no han reducido el tabaquismo, pero sí han incentivado el mercado ilegal. En los Países Bajos, el 60% de los fumadores cruzan la frontera para comprar tabaco más barato tras subidas fiscales del 24% y 45%.
Ante este panorama, algunos expertos en salud pública y economía recomiendan “una estrategia más equilibrada que combine regulación con evidencia científica, canales legales seguros y alternativas menos nocivas”. El caso de los globos en Lituania, lejos de ser anecdótico, se presenta como una advertencia para España, que aún está a tiempo de evitar que el cielo se llene de contrabando.






