Las prendas blancas tienen ese encanto clásico que nunca pasa de moda: son símbolo de frescura, elegancia y limpieza. Sin embargo, también son las más delicadas a la hora de mantener en perfecto estado. Basta un leve roce, una gota de aceite o un poco de maquillaje para arruinar su impecabilidad. Por eso, conservarlas libres de manchas es uno de los mayores retos a la hora de hacer la colada o prepararse para un evento especial.
La acumulación de sudor, desodorantes o restos de detergente mal aclarados son solo algunos de los factores que deterioran el blanco con el paso del tiempo. Además, incluso después de lavar las prendas con esmero, es habitual que algunas manchas sigan ahí, resistentes al agua caliente y a los mejores productos del mercado.
En bodas, cenas formales o entrevistas de trabajo, una mancha puede convertirse en una pesadilla. Pero ahora, gracias a un consejo compartido por una de las referentes en orden y limpieza del país, existe una solución tan sencilla como efectiva.
Una solución rápida, práctica y sorprendente
Begoña Pérez, conocida en redes como La Ordenatriz, ha revolucionado Instagram con uno de sus trucos más inesperados y útiles: llevar una tiza blanca en el bolso para actuar contra las manchas de grasa o maquillaje en la ropa blanca.
Según explica en uno de sus vídeos virales, este modesto utensilio escolar puede marcar la diferencia en cuestión de segundos. Si detectas una mancha en tu prenda durante el día, solo tienes que frotar un poco de tiza sobre la zona afectada. El polvo de la tiza actúa como absorbente, “secando” visualmente la mancha y logrando que se disimule al instante.
Este método no solo sirve como solución de emergencia en mitad de una comida o evento: también prepara la prenda para un lavado más eficaz cuando llegues a casa. Aplicar la tiza sobre la mancha antes de meterla en la lavadora facilita que los restos desaparezcan con mayor facilidad durante el ciclo de lavado.
Un truco pequeño con grandes ventajas
Más allá de su eficacia inmediata, este truco destaca por su comodidad y accesibilidad. Una tiza blanca cuesta pocos céntimos, ocupa menos que un pintalabios y puede llevarse en cualquier bolsillo, neceser o bolso sin que nadie lo note. Es discreta, ligera y no requiere agua ni productos adicionales para cumplir su función.
Para quienes suelen vestir de blanco —ya sea por protocolo, gusto personal o estilo laboral—, incorporar una tiza al kit de emergencia diario puede convertirse en un hábito tan práctico como llevar un pañuelo o un espejo de mano. Y aunque no reemplaza al lavado convencional, sí ofrece una salida rápida cuando no hay opción de cambiarse o acudir a una lavandería.
Trucos que hacen la vida más fácil
Las soluciones domésticas sencillas, como la del uso de tiza blanca, están ganando popularidad gracias a figuras como La Ordenatriz, que ha conseguido acercar el mundo del orden y la limpieza a miles de personas a través de consejos cotidianos, aplicables y efectivos.
Pequeños gestos como este ayudan no solo a mantener nuestras prendas en mejor estado, sino también a reducir el estrés cuando algo sale mal en un momento inoportuno. Así que ya lo sabes: si usas ropa blanca con frecuencia, guarda una tiza blanca contigo y olvídate del pánico a las manchas.