Al papa Francisco le encantaba hablar. Y poco le importaba que sus interlocutores no compartieran su fe. “Recen por mí”, dijo desde los primeros minutos de su pontificado. O, al menos, “envíenme buena onda”. Esa facilidad para entablar conversación hizo que Francisco tejiera relaciones que pueden parecer sorprendentes, entre ellas, con algunas políticas españolas.
La “gran” Manuela Carmena
Francisco no lo disimulaba: “¡Manuela Carmena es una grande! ¡Una gran mujer!”, llegó a decir el Pontífice. Se encontraron en 2019, cuando la ex alcaldesa de Madrid y su entonces homóloga de Barcelona, Ada Colau, viajaron a Roma para tratar la situación migratoria europea con otros alcaldes italianos. Un encuentro que Carmena definió como “muy estimulante” y que abrió la veda de elogios de una y otra parte. Por parte de la ex alcaldesa, y desde el más puro agnosticismo, reconocía que el Pontífice era “el único líder que condena nuestra inhumanidad con los migrantes”, así como su cercanía en muchos otros temas.
“Si el papa Francisco tiene hoy tanto protagonismo y centra tantas sintonías, es porque en estos momentos las grandes organizaciones humanitarias están fracasando. Ha venido a cubrir una laguna esencial”, elogió la jueza en la Universidad Complutense en marzo de 2023.
Tres días de luto en Madrid
Él no se quedaba atrás: “Ah, usted es el heredero de la gran Manuela Carmena”, le dijo a José Luis Martínez-Almeida en su encuentro en 2023, cuando una delegación de la Archidiócesis de Madrid era recibida por Francisco en el Vaticano. En aquel encuentro encabezado por el arzobispo emérito de Madrid, Carlos Osoro, estaba también Isabel Díaz Ayuso, quien transmitió al Papa “la cercanía del pueblo de Madrid”.
“Queremos transmitir nuestro pésame, el mío propio y de todo el Gobierno de la Comunidad a los 1.400 millones de católicos de todo el mundo por la muerte del Papa Francisco, el primer Pontífice hispanoamericano”, expresaba ayer la presidenta regional tras conocerse la noticia del fallecimiento.
Yolanda Díaz: “No aflojaremos”
“Se ha ido un faro para la humanidad”, decía ayer Yolanda Díaz a RNE. En su cuenta de X, reconocía que el Pontífice le enseñó “que la esperanza nunca defrauda”. Y, como “gran embajador del trabajo decente, de la paz y de la justicia social”, que “utilizó su posición para impulsar un mundo mejor”, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social ha asegurado que “le haremos caso: no aflojaremos”.
En dos ocasiones se encontró Díaz con el Papa: la primera, en 2021; la segunda, en 2024. “Tengo una magnífica relación con el Papa Francisco y lo admiro”, ha llegado a asegurar Díaz.

Una ‘relación discreta’ con Margarita Robles
Sin embargo, según informan fuentes del Vaticano, al contrario que estas reuniones con Díaz en la Santa Sede, hay una política española a la que el Papa recibía “de forma periódica” en su residencia en Casa Santa Marta: la ministra de Defensa, Margarita Robles. Una relación discreta que nace de la fe de la ministra, pero que se ha visto alimentada por la convicción, de ambos, de establecer el diálogo como garantía de paz en un mundo marcado por el conflicto.
“¿Qué miedo hay a Francisco dentro de la propia Iglesia?”, preguntaba Robles en 2022 durante la presentación del libro del historiador Andrea Riccardi, La Iglesia arde. “Me preocupa que ante unos valores católicos comunes podamos tener unas visiones tan diferentes”, confesaba entonces la ministra.