Entrevista / Eva Longoria

“Es difícil decir que soy buena en lo que hago: no sólo lo disfruto, sino que realmente tengo talento”

La estadounidense Eva Longoria protagoniza 'Tierra de mujeres', que se estrena en AppleTV+. Coprotagonizada por Carmen Maura y Victoria Bazúa, la ficción está creada por los responsable de 'El caso Asunta'

Eva Longoria, en un evento en Beverly Hills, California
Eva Longoria, en un evento en Beverly Hills, California

Tierra de mujeres es una nueva e innovadora comedia dramática de la productora ejecutiva y estrella Eva Longoria. Una serie que se filmó tanto en inglés como en español y está ya disponible en ambos idiomas en la plataforma de Apple+.

En ella, Eva Longoria interpreta a Gala, una neoyorquina de la alta sociedad cuya vida da un vuelco cuando su marido implica a la familia en un escándalo financiero, lo que la obliga a huir junto a su madre y su hija adolescente. Para escapar de los peligrosos criminales con quienes el marido, ahora desaparecido, está en deuda, las tres mujeres se esconden en una encantadora ciudad vinícola del norte de España de la que la madre de Gala huyó 50 años atrás jurando no volver nunca más.

Las mujeres buscan empezar de nuevo, pero los chismes en el pequeño pueblo se extienden rápidamente, desvelando secretos familiares escondidos. Producida para Apple TV+ por Bambú Studios, Tierra de mujeres cuenta con Carmen Maura en el papel de la madre de Longoria en la ficción. En Los Ángeles, Artículo14 tuvo la oportunidad de entrevistar a Eva Longoria en exclusiva.

Eva Longoria protagoniza la serie 'Tierra de mujeres', de Apple+

¿Puede hablarnos de las diferencias entre Gala y Gabrielle, su personaje en Mujeres desesperadas?

¡Dios mío, ambas empiezan con G! Me acabo de dar cuenta. Pero son dos mujeres muy diferentes. Gala se encuentra en una crisis de identidad al comienzo de la serie. Toda su vida ha sido una mentira y tiene que huir de un día para otro, con su madre, que puede o no tener Alzheimer, y con su hija, que está en una fase rebelde, a un país que no conoce y con un idioma que realmente no habla. Además, no sabe dónde está su marido, que ha desaparecido.

¿Qué es lo que más le gusta del personaje?

Es una mujer sumida en una crisis demencial que al llegar a España se encuentra como un pez fuera del agua. Se ve obligada por primera vez a ser la proveedora. Tiene que ser ella quien decida el futuro de las tres y necesita dinero. Gabby, el personaje de Mujeres Desesperadas, dependía siempre de los hombres de su vida. Para mí, era importante que Gala no se sintiera a salvo. La solución a sus problemas se encuentra en ella.

Sorprende la forma en que se incorporan el inglés, el español y el catalán.

La forma en que ahora consumimos las series ha descompuesto el contenido, no solo en España, sino también en Estados Unidos. Una de mis series favoritas se produce en francés, y también veo series coreanas. Hemos perdido el miedo a los subtítulos. Ahora es muy normal ver series con diferentes idiomas integrados, porque vivimos en una comunidad global. Y creo que, temáticamente, cuando se trata del amor o la paternidad o el divorcio o el dolor, no hay idiomas. Son temas universales que todo el mundo conoce y no necesitas el lenguaje para entender. Gala habla en inglés con su hija porque es estadounidense. Habla español con su madre. Y con las señoras del viñedo, que son de Cataluña, habla en catalán. Eso crea un ambiente muy rico y divertido porque una de las grandes fuentes de la comedia es la falta de comunicación.

'Tierra de mujeres', en Apple TV+

‘Tierra de mujeres’, en Apple TV+

En los 12 años transcurridos desde el final de Mujeres desesperadas ha actuado en varios proyectos, pero principalmente ha estado produciendo y dirigiendo. ¿Cómo los elige?

He querido ponerme detrás de la cámara para tener más control de mi carrera. Quería contar las historias de mi comunidad, desde la perspectiva de una mujer. Y comencé a hacerlo durante Mujeres desesperadas. Esa serie fue mi escuela de cine. Filmé mis dos primeros cortometrajes durante los años de Mujeres Desesperadas, y luego, Marc Cherry y yo produjimos Devious Maids. Entonces comencé mi carrera como directora de episodios. Mi intención siempre fue crear currículum y generar experiencia detrás de la cámara. Y me encanta; de hecho, creo que soy buena. Es difícil, especialmente siendo mujer, decir que soy buena en lo que hago: no sólo lo disfruto, sino que realmente tengo talento. Por eso rodé Flamin’ Hot el año pasado. Fue una experiencia increíble, pero nunca perdí el deseo de estar frente a la cámara. Soy muy exigente con lo que elijo para interpretar y esta serie era una gran oportunidad porque nunca había rodado en España y quería actuar junto a la legendaria Carmen Maura.

¿Por qué le gusta tanto hacer series que combinan drama y comedia?

Bueno, esto para mí es un drama. Es una mezcla y me encanta ese género. A Mujeres desesperadas nadie se atrevió a ponerla en la categoría de drama en los premios. Era la época de Los Soprano, y nosotros no éramos como Los Sopranos. Decidimos encontrar nuestro espacio haciendo dramedia, porque tampoco éramos comedia. Flamin’ Hot también es una comedia dramática. Creo que ese es mi tono. Siento que cada vez que hay drama, hay comedia. En ocasiones, hay gracia en el drama. Se trata de equilibrar tonalmente cada guion. Yo he tenido la suerte de haber trabajado en series que consiguen ese tono y esta serie no es una excepción. Quiero decir, a veces es muy divertida, pero también es desgarrador ver la relación de estas tres mujeres. Esta serie es tan azul, tan escapista, que el público la va a disfrutar. Hemos tenido una ola de series distópicas y la audiencia ya no quiere deprimirse más. Cuando ves mi serie piensas: quiero ir a España y beber vino. Si pudiera inspirar al público a hacer eso, habremos hecho bien nuestro trabajo.

¿Cuánto empodera esta serie a las mujeres?

Obviamente me encanta contar historias de mujeres, y cómo se fortalecen las identidades de las mujeres en esta serie. Para mí era importante que un hombre no la salvará al final de sus problemas. Nos hemos asegurado de que Gala aprenda cómo salvarse. Y eso es algo que verás a lo largo de la serie, que ella tiene que resolver cada obstáculo que enfrenta. Hay muchos hombres que quieren ayudarla y tratan de ayudarla, pero ella es lo suficiente como para valerse por sí misma.

Santiago Cabrera y Eva Longoria en 'Tierra de mujeres¡, de Apple+

Santiago Cabrera y Eva Longoria en ‘Tierra de mujeres¡, de Apple+

No solo destaca interpretando a estas mujeres fuertes que no necesitan un hombre. Parece que también cumple con personajes femeninos que no se reprimen, que no tienen miedo de que sus acciones no gusten…

Sí. Me encantan los personajes que no dicen lo que la gente desea. Gala dice y hace lo que la gente desearía poder decir y hacer. Creo que este papel, en particular, lo hace más que ninguno que haya interpretado nunca, porque realmente no entiende cómo funcionan las cosas en España. Ella dice: “Este vino es una mierda. ¿Por qué lo venderías?” o “Espera, ¿lo vendes y la gente paga por él? No lo entiendo”. No creo que veamos suficientes mujeres así en la televisión

¿Qué ha significado para usted rodar en español?

Ha sido una experiencia muy diferente. Queríamos interpretar la realidad… y es que todos somos diferentes. Por suerte, tuve el trabajo más fácil porque soy el pez fuera del agua. A medida que avanza la narración se ve cómo mi personaje se equivoca diciendo palabras fuera de lugar y hay momentos embarazosos. Así me ocurre también con mi marido. Sobre todo cuando me enfado y quiero comunicar algo de una forma articulada sobre lo que estoy diciendo. Yo vivo en Ciudad de México, pero mi acento es muy diferente al de la gente porque vengo de Estados Unidos. Mi propia circunstancia es parte de la historia de la serie. La falta de comunicación es fértil para la comedia, el drama y el romance, porque hay algunas cosas que no necesitan palabras. El primer mes fue muy estresante porque pasé de estar emocionada por irme a vivir a España a darme cuenta de que iba tener que interpretar el personaje memorizando en español. Carmen me decía: “Deberías cambiar esa palabra”, y yo no sabía cuál era. Ahora mi español ha mejorado mucho y la grabación se hace más fluida, pero al llegar estaba dando tumbos como mi personaje.

¿Qué le gusta de trabajar en España?

Es como tener una mentalidad completamente diferente y realmente lo disfruté. Primero dije: “Quiero filmar en España porque me encanta Madrid”. Y, sin embargo, acabamos rodando en Gerona y me fascina. Girona tiene algunos de los restaurantes con más estrellas Michelin del mundo. Terminé viviendo en Peralada, grabando en una cooperativa que funciona en la realidad. Las uvas estaban ahí, las vides estaban ahí, la gente, toda la gente del pueblo eran nuestros figurantes. Todo el mundo hablaba catalán y yo estaba experimentando como Eva, lo que estaba experimentando Gala. En España también tienen algo llamado ‘el tiempo del bocadillo’, donde tienes que hacer una pausa a las 10:00 para comer un refrigerio. Yo solo quería parar y comer. Me encanta que en España se come todo el tiempo y los servicios artesanales son los mejores. Lo que realmente me molesta es que ahora que estoy de regreso en Estados Unidos haciendo series, no hay vino. Ya quiero volver a España

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