No es la primera vez que una novela de Rosa Montero da el salto a la gran pantalla, y probablemente no será la última. Esta vez le ha tocado el turno a La buena suerte, que llegará a los cines el próximo 6 de junio. Gracia Querejeta se ha encargado de la adaptación del texto junto a la guionista María Ruiz, y también de la dirección de la cinta, que protagonizan Hugo Silva y Megan Montaner.
La película presenta a Pablo, quien ha decidido repentinamente bajarse del tren en la estación de un pueblo de mala muerte, comprarse un viejo y ruinoso apartamento junto a las vías y hacer su vida en el lugar, como si no fuera el reconocido arquitecto que es en verdad. Posiblemente esté huyendo de alguien, de algo, o incluso de sí mismo.
Es en este entorno, que parece detenido en el tiempo, donde conoce a Raluca, una mujer optimista y abierta a las sorpresas que puede cambiar su vida para bien. Ella ha decidido confiar en su suerte, incluso cuando la vida no siempre le muestra su mejor cara.
En esta entrevista con Artículo14 la directora y la autora de esta historia hablan sobre sobre el proceso de adaptación de la novela al cine, la construcción de personajes como Raluca desde una sensibilidad luminosa y los desafíos de abordar temas complejos como la violencia familiar o la reconstrucción emocional en contextos marcados por la adversidad.

Raluca: un personaje con brillo propio
¿Qué experiencias personales influyeron en la creación de este personaje tan entrañable y complejo?
Rosa Montero: No tengo experiencias personales, conscientes, por lo menos. La verdad es que los personajes y las historias salen de tu inconsciente y son como sueños que sueñas con los ojos abiertos. De hecho, Raluca me sorprendió porque apareció por una esquinita de la novela. Al principio yo estaba escribiendo la novela al rebujo del personaje del protagonista, y cuando apareció Raluca, apareció tímidamente y luego se comió la novela. Cambió hasta el título, o sea, que a mí me sorprendió. Es el personaje más luminoso que he escrito en toda mi vida y no sé de dónde ha salido.
Este brillo de Raluca, que contrasta con el entorno sombrío, ¿cómo se abordó de forma visual y narrativa, para la construcción de este personaje y para resaltar su fortaleza y resiliencia en este contexto adverso?
Gracia Querejeta: Todo lo que ha intervenido en la construcción del personaje de Raluca realmente me lo ha dado la novela, o lo he extraído de la novela. O sea, he podido aportar un rostro, un tipo de interpretación, un tipo de actriz, un tipo de movimiento corporal; he podido incorporar cosas, pero no siento que haya inventado nada. Todo lo he extraído de su matriz original, que es la novela. Y me parecía esencial buscar una actriz que, efectivamente, tuviera casi internamente esa luminosidad y que pudiera dárnosla en la pantalla.
Rosa Montero: Ha hecho una elección magnífica, porque realmente el personaje de la película es magnífico. Da esa luz y esa especie de esperanza que transmite Raluca.

Relaciones complicadas en distintos formatos
Los dos protagonistas son dos personas heridas que tienen una historia de amor, ¿Cómo abordaste la construcción de esta relación desde una perspectiva feminista, evitando caer en los estereotipos de dependencia emocional?
Rosa Montero: Simplemente te dejas contar la historia por los personajes, que aparecen como una alucinación. De alguna forma, un autor o autora madura, lo que tiene que hacer es borrarse, convertirse en una especie de médium para que sus personajes vivan.
Mi mirada última del mundo debe ser así. Todas mis novelas son de supervivientes, porque evidentemente tú escribes con todo lo que tú eres. Y yo creo en verdad eso, si no, no lo escribiría. Entonces, yo creo que el ser humano tiene una capacidad de reacción y de adaptación y de regeneración y de reconstrucción inacabable y quiero celebrar eso cuando lo escribo. Así que sale natural y por eso además la gente se lo cree, porque yo me lo creo y creo que la vida es así y sale solo.
Una relación complicada en la historia es la de Pablo con su hijo, representación de la violencia filioparental y un tema poco tratado en cines. ¿Qué desafíos enfrentaste al trasladar esta problemática a la gran pantalla y cómo decidiste enfocarla?
Gracia Querejeta: Hay veces que en cine tratamos temas más agradables y a veces que tratamos… bueno, en cine, en literatura, en cualquier forma de narración. Lo que sí hubo fueron ciertas dificultades de rodar secuencias que a mí me resultaban verdaderamente repugnantes. No tengo otra palabra. Hay una escena muy terrible con la que hice solo una toma. En cuanto supe que técnicamente estaba correcta, no quise ni intentar. Ya con esto que he visto me vale y le va a valer al espectador, estoy segura. Entonces, eso sí es una dificultad, pero es una dificultad que acarreo yo, no como directora, sino como Gracia Querejeta, que me tengo que enfrentar a rodar algo que me resulta terrible, pero me ha pasado más veces. Es parte del oficio. Y también, en este pueblo suceden como muchas cosas, digamos, de mala muerte y es realmente un contraste con la esperanza que encarna Raluca.
Superación personal pese a la adversidad
La ambientación en un pueblo de mala muerte crea un contraste con la esperanza que encarna Raluca, ¿cómo utilizaste el entorno para reforzar el mensaje de empoderamiento y transformación personal?
Gracia Querejeta: También viene de la novela. El personaje (Pablo), como explica Rosa, muy bien dicho, es expulsado de la vida y cae en ese sitio que él mismo debe entender que es espantoso, pero que le importa un bledo.
Rosa Montero: Bueno, se castiga.
Gracia: Se castiga, sí, en todo caso no se va al Hilton, sino que se va a un sitio muy terrible y ahí se esconde y se tira en el suelo y, de alguna manera, sobrevive como puede. Y tiene la fortuna de encontrarse con un personaje insólito (Raluca) en un paraje semejante. También ella tiene sus porqués y sus heridas y sus porqués está en ese lugar. Y de dónde viene y cuál es su pasado, que no es precisamente la alegría de la huerta.
Sin embargo, tienen dos maneras distintas de ver la vida, dos maneras distintas de entender lo que es cada cual su situación vital y eso es lo bonito de la novela. Y lo que está recogido en la película, espero. Que es como esos dos caminos de repente se entrecruzan.
Rosa Montero: Y salen chispas maravillosas, como fuegos artificiales.