Esta película de zombis se ha grabado con 20 iPhones y tiene a todo el mundo loco

El regreso de Danny Boyle al género zombi con '28 años después' promete una experiencia cinematográfica única para los fans

Rodaje de 28 años después - Cultura
Una fotografía de archivo del rodaje de '28 años después'
Sony Pictures

Cuando en 2002 se estrenó 28 días después, Danny Boyle cambió las reglas del juego en el cine de terror. Dos décadas más tarde, el director británico regresa con 28 años después, una secuela que no solo recupera el universo de los infectados, sino que reinventa por completo el lenguaje visual del género. Lo hace con un experimento tan ambicioso como inesperado: grabar toda la película con teléfonos móviles. Y no con uno ni dos, sino con hasta veinte iPhones 15 Pro Max funcionando al mismo tiempo.

La expectación por 28 años después no ha dejado de crecer desde que se confirmó su producción. No solo por tratarse del regreso de un título fundamental para el cine postapocalíptico, sino por el carácter radicalmente innovador de su puesta en escena. Este nuevo capítulo, previsto para estrenarse el próximo 20 de junio, promete ofrecer una experiencia sensorial que combina tecnología punta con la crudeza del horror más físico.

El ‘bullet time’ del apocalipsis zombi

En 28 días después, Boyle apostó por cámaras miniDV de baja resolución para captar el caos y la desorientación de un Londres desierto. En 28 años después, el salto técnico es evidente. Toda la película se ha rodado utilizando cámaras del iPhone 15 Pro Max, llevando la versatilidad de los móviles a su máximo potencial narrativo.

Este uso de móviles en 28 años después no es un capricho. Lejos de ser una simple maniobra de marketing, responde a una decisión estética: aprovechar la agilidad y movilidad de estos dispositivos para intensificar la tensión y multiplicar los puntos de vista en cada escena. Así, el director busca una inmersión total del espectador, una inmersión que solo es posible con herramientas de nuestro tiempo.

El director de fotografía Anthony Dod Mantle, colaborador habitual de Boyle, ha explicado cómo se diseñaron complejas configuraciones para grabar escenas con hasta 20 iPhones sincronizados. En una secuencia clave de la cinta, estas cámaras crean un efecto bullet time que, según el propio Boyle, marcará un antes y un después en el género zombi.

Gracias a esta técnica, 28 años después puede mostrar el horror desde múltiples perspectivas al mismo tiempo. El montaje final permitirá saltar entre ángulos en plena acción, fragmentar el tiempo o ralentizar momentos cruciales para potenciar el impacto emocional. Una estrategia visual que encaja perfectamente con la estética nerviosa y explosiva que caracteriza al universo narrativo de esta saga.

Un formato visual que juega con tu miedo

Otra de las decisiones formales más llamativas en 28 años después es el uso del formato panorámico 2.76:1, una relación de aspecto muy poco habitual en el cine contemporáneo. Lejos del encuadre cerrado de la original, este nuevo enfoque amplía el campo visual y fuerza al espectador a escanear constantemente la pantalla. “Si estás en un formato panorámico, los infectados pueden estar en cualquier parte”, ha explicado Boyle.

Póster de 28 años después - Cultura
Imagen promocional con el póster de ’28 años después’
Sony Pictures

Esta elección dota a 28 años después de una estética expansiva y amenazante, en la que la vulnerabilidad se multiplica. Todo esto se refuerza con cámaras montadas directamente sobre los actores, drones y rigs portátiles que hacen que cada plano respire energía, vértigo y realismo. El resultado no es una simulación del caos, sino el caos mismo puesto en escena.

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