‘La cronología del agua’: Kristen Stewart y el poder transformativo del arte

Kristen Stewart firma una declaración de intenciones en su primera película, ya en cines: una desgarradora historia de violencia infantil, narrada en un estilo personal y libre

'La cronología del agua': Kristen Stewart y el poder transformativo del arte
'La cronología del agua': Kristen Stewart y el poder transformativo del arte

Hay muchas formas de contar la herida que provoca el abuso sexual en las mujeres. El estilo de Kristen Stewart, que se estrena en la dirección de manera ambiciosa con La cronología del agua, es fulminante, feroz y arriesgado, como si utilizara esa furia acumulada en su interior al comprobar cómo una violación –más cuando es de un familiar cercano– te destroza la vida, te destroza a ti. Una furia que también vimos en la joven directora Gemma Blasco, motor para realizar La furia, su “venganza personal” contra el agresor, como ya confesó en su día.

La 70ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid ha ofrecido una amplia selección de películas con un tema tan complejo como es el trauma del abuso sexual machista, la mayoría con un marcado estilo intimista, dentro del género que caracteriza la principal sección de la SEMINCI, el cine de autor. Por un lado, Kristen Stewart debuta como directora con La cronología del agua, adaptación del superventas autobiográfico de la exnadadora Lidia Yuknavitch; por otro, Cuando un río se convierte en mar, del director catalán Pere Vilà Barceló disecciona con sosiego y deliberación –nada más y nada menos que 180 minutos de metraje– el trauma de una joven tras la reiterada violación de su novio, mientras que Sorry, Baby aborda las secuelas de un asalto sexual desde una mirada íntima, no lineal, en un estilo un poco más indie y Sound of Falling explora generacionalmente a mujeres unidas por una granja, con resonancias de memoria, pérdida y vulnerabilidad.

Cuando un río se convierte en mar, del director catalán Pere Vilà Barceló
Cuando un río se convierte en mar, del director catalán Pere Vilà Barceló

Cada proyecto, desde su propia estética y sensibilidad, se adentra en territorios donde el trauma, la memoria y la búsqueda de reparación ocupan el centro de la narración. En todas ellas, las protagonistas femeninas enfrentan heridas profundas: desde la violencia sexual hasta los ecos persistentes de la infancia, pasando por vínculos familiares marcados por la pérdida y la vulnerabilidad. Son relatos que hablan de atravesar el dolor para encontrar una forma de recomponerse, aunque sea desde la fragilidad.

Y esto es lo profundamente conmovedor de La cronología del agua. La película, así como la novela, recrea de manera fiel –la impronta creativa de Stewart la hace todavía más profunda– la amarga vida de adicciones, relaciones tóxicas y autodestrucción de Lidia, marcada por el trauma del abuso en su infancia. Pero hay una luz al final del túnel: su cuerpo violentado se convierte en el centro de un arduo camino de sanación, que Stewart plasma en pantalla con intensidad visceral, dando forma a una obra fragmentaria y sensorial sobre el poder transformativo del arte. Conforman el elenco Imogen Poots, Thora Birch, Jim Belushi, Earl Cave (hijo del músico Nick Cave) y Kim Gordon (Sonic Youth), entre otros.

La actriz británica Imogen Poots sostiene gran parte del peso dramático de la cinta, en un rol complejo y lleno de matices emocionales. Stewart sabía en quién confiaba para llevar la desafortunada vida de Lidia a la gran pantalla. Una intérprete con amplia experiencia: ya la habíamos visto trabajar en V de Vendetta, 28 semanas después, El padre y Vivarium, entre otros.

Kristen Stewart dirige a Imogen Poots en 'La cronología del agua'
Kristen Stewart dirige a Imogen Poots en ‘La cronología del agua’

Kristen Stewart, una cineasta independiente

Hacía tiempo que la actriz y cineasta nacida en 1990 en Los Ángeles deseaba dejar atrás esa imagen hiper mediática que la hizo famosa en la década de los dos mil por protagonizar Crepúsculo. Así, ha ido eligiendo sus proyectos de una manera prudente y coherente con sus valores, evitando entrar en el bucle centrifugador de Hollywood. En Certain Women (2016) aparece en un drama íntimo dirigido por Kelly Reichardt. En Spencer (2021) interpreta a Diana de Gales, un papel muy importante por el que recibió mucha atención, y su última interpretación en largometraje fue para Love Lies Bleeding (2024), donde da vida a Lou, empleada de un gimnasio, en un thriller romántico con elementos queer.

A competición en “Un certain regard” (Cannes), este film refleja el interés por el cine de autor que Stewart ya había demostrado en sus colaboraciones con cineastas como Olivier Assayas y Kelly Reichardt. Kristen Stewart por fin muestra en la gran pantalla cómo es su impronta creativa más íntima: un ave fénix resurgiendo de sus cenizas. Se confirma algo que ya intuíamos: la cineasta deja ver un estilo personal, maduro, firme y agresivo, poderoso y hasta elegante en la manera de ejecutar la imagen: hay cierta agresividad en el lenguaje cinematográfico de Stewart, especialmente en el montaje y en la repetición de planos con sangre o primeros planos incómodos.

Eso sí, se agradece ver una estructura diferente, arriesgada, innovadora en la forma. La narración es fragmentada, no es exactamente lineal; en la primera parte de la cinta hay elipsis muy marcadas, colores predominantes como el rojo, azul y beige. El punto de vista se marca desde un torrente de pensamiento, con fuerza y furia, una disrupción entre lo vivido, lo narrado, lo recordado y lo anhelado.