Recordar a Robe Iniesta es, en el fondo, volver a escuchar los mejores discos de Extremoduro. Esos trabajos que moldearon a varias generaciones y que hoy cobran un significado distinto tras su muerte. Cada álbum es una forma de reconstruir al artista, de escuchar de nuevo su voz quebrada, sus versos imposibles y esa mezcla de crudeza y poesía que definió para siempre el universo de Extremoduro. En un momento de duelo colectivo, revisitar sus mejores discos se convierte en un acto íntimo y necesario para comprender la dimensión real de su muerte.
La figura de Robe Iniesta siempre estuvo ligada a la transformación, a esa capacidad suya para desafiar lo establecido y llevar el rock español a territorios donde nadie más se atrevía a entrar. Esa evolución puede rastrearse con claridad en los mejores discos de Extremoduro, obras que nacieron desde la urgencia creativa pero que terminaron convertidas en clásicos indiscutibles. Ahora, al revisarlos con la perspectiva de su pérdida, se entiende todavía mejor cómo Robe logró convertir el desgarro en belleza y la irreverencia en un lenguaje propio.
Por eso este repaso a los mejores discos de Extremoduro no es simplemente una lista. Es un homenaje directo a Robe Iniesta. Una invitación a volver a esos álbumes que marcaron un antes y un después en la música española. Escucharlos hoy es revisitar una época, un sentimiento y una forma de entender la vida que él supo traducir en canciones eternas. Honrar su memoria, al fin y al cabo, es volver a aquello que mejor definió su legado: la música.
5) ‘Canciones prohibidas’
El álbum Canciones Prohibidas marca un momento clave en la evolución de Extremoduro y reafirma a Robe Iniesta como artífice de cambios en su propuesta musical. Publicado el 28 de septiembre de 1998, este séptimo disco de estudio se distingue por incorporar por primera vez en la discografía del grupo una instrumentación más rica: vientos, cuerdas y arreglos más elaborados. Eso le da un aire más experimental sin perder la crudeza rockera que define a la banda.
En Canciones Prohibidas, la colaboración entre Robe Iniesta y el guitarrista/ productor Iñaki “Uoho” Antón cristaliza en canciones que mezclan potencia, melodía y riesgo. Temas como Salir, Golfa, Autorretrato o Su culo es miel muestran una cara distinta de Extremoduro, donde la intensidad rock se combina con texturas más ambiciosas.
4) ‘Iros todos a tomar por culo’
El álbum Iros todos a tomar por culo es el primer —y único— disco en directo oficial de Extremoduro. Una pieza fundamental para entender la fuerza cruda, salvaje y auténtica que definió a Robe Iniesta en vivo. Fue publicado el 21 de abril de 1997, tras la gira que la banda realizó junto a la banda Platero y Tú, en un momento en que Extremoduro ya estaba en plena sintonía con su nueva audiencia.

Este directo captura la intensidad de los conciertos de Extremoduro, con un sonido intencionalmente crudo que no busca pulidos de estudio sino la urgencia, la rabia, la vida real. Las canciones seleccionadas recorren buena parte del repertorio de la banda hasta ese momento —desde clásicos hasta menos habituales— y muestran a Robe Iniesta despojado de filtros: voz rota, guitarras furiosas, público entregado.
3) ‘Agila’
El álbum Agila marcó un antes y un después en la historia de Extremoduro y en la carrera de Robe Iniesta. Publicado el 23 de febrero de 1996, Agila es considerado el sexto disco de estudio de la banda y el que los elevó del circuito underground al éxito nacional.
El repertorio de Agila incluye himnos inolvidables —como So payaso, Buscando una luna, Prometeo, Sucede o El día de la bestia—, piezas que hoy son parte del imaginario colectivo del rock en español.
Con Agila, Robe Iniesta dio forma a un trabajo de gran ambición artística, dotando a Extremoduro de un sonido más pulido y de una frescura renovada que supuso su consagración. Bajo la producción de Iñaki Uoho Antón, las canciones ganaron en intensidad, arreglos y alcance. Eso convirtió a Agila en la plataforma que lanzó a la banda al gran público.
2) ‘Yo, minoría absoluta’
El disco Yo, minoría absoluta representa un retorno potente y visceral a las raíces más crudas del rock de Extremoduro, reafirmando el pulso único de Robe Iniesta. Publicado el 4 de marzo de 2002 tras un parón de cuatro años, este álbum marcó una vuelta a la dureza y la honestidad: guitarras directas, letras sin filtros y una energía que recobraba la esencia punk-callejera del grupo.
Con Yo, minoría absoluta, Robe Iniesta compuso lo que él mismo definió como “el mejor álbum que he hecho nunca”. Y no es exagerado. El disco contiene algunos de los cortes más memorables de Extremoduro, himnos que siguen resonando con la misma fuerza que entonces.
1) ‘La ley innata’
El álbum La ley innata es probablemente la obra más ambiciosa y ambivalente del grupo extremeño. Y uno de los mejores discos de Extremoduro para mantener vivo el espíritu rebelde y poético de Robe Iniesta. Publicado el 9 de septiembre de 2008, este trabajo marcó un giro radical en la trayectoria de la banda. Ya no era sólo rock crudo, era una declaración artística mayor. Una pieza redonda que desbordaba intensidad y profundidad.

La particularidad de La ley innata radica en su concepción. Se trata de un disco conceptual que articula una única “canción-álbum” de 45 minutos, dividida en seis movimientos: desde “Dulce introducción al caos”, pasando por “Primer movimiento: El sueño”, “Segundo movimiento: Lo de fuera”, “Tercer movimiento: Lo de dentro”, “Cuarto movimiento: La realidad” hasta cerrar con “Coda flamenca (Otra realidad)”. Esa estructura, tan arriesgada como impresionante, convierte la escucha en un viaje sonoro y emocional, casi ritualista.

