Fundado en Barcelona en junio de 1914, el Spanish Girl’s Club fue el primer equipo de fútbol femenino en España. Aunque su existencia fue breve, limitada a unas pocas semanas, su aparición supuso un hito en la historia del deporte femenino nacional. En un contexto social profundamente conservador, el club representó una ruptura con los roles tradicionales de género y sentó las bases sobre las que, décadas más tarde, se construiría el fútbol femenino tal como lo conocemos hoy. Su impacto ha perdurado como uno de los primeros gestos de rebeldía y avance en la historia del deporte femenino en nuestro país.
Nacidas entre prejuicios
La creación del Spanish Girl’s Club fue un desafío al modelo social patriarcal de principios del siglo XX. En aquella época, el deporte se consideraba una actividad exclusivamente masculina. El proyecto fue impulsado por Paco Bru, árbitro, entrenador y exjugador del FC Barcelona y del Espanyol y su objetivo era organizar una gira benéfica para recaudar fondos contra la tuberculosis. De esta forma, se “justificaba” que las mujeres entraran en un terreno hasta entonces prohibido para ellas. Sin embargo, el camino no fue sencillo. Las implicaciones sociales y culturales que rodearon la iniciativa fueron mucho más profundas que el simple fin benéfico. El equipo tuvo que enfrentarse a prejuicios y resistencias que reflejaban las tensiones de una época en plena transformación.
Revolución ante una sociedad dividida
Este club estaba inspirado en el fútbol femenino de Inglaterra, de ahí su nombre en inglés. Pero, lejos de ser un entretenimiento pasajero, el club fue organizado con seriedad y disciplina: las jugadoras entrenaban con regularidad, contaban con instalaciones dedicadas a ello e, incluso, tenían duchas y vestuarios. Esto supuso un problema para las familias de la época, puesto que era impensable que las mujeres mostraran sus cuerpos en público con pantalones cortos o que se ducharan en grupo. Las familias se convirtieron en las primeras en oponerse a este proyecto revolucionario, preocupadas por el “deshonor” y la “inmoralidad” de que sus hijas estuviesen expuestas en público y que, además, se ducharan en vestuarios públicos.
Las reacciones de la sociedad de la época fueron muy variadas: algunos sectores de la sociedad estaban a favor de este proyecto, mientras que otros estaban completamente en contra.
El debut que hizo historia
El 9 de junio de 1914, Barcelona fue testigo de un acontecimiento insólito para la época: el primer partido de fútbol femenino en España. El escenario fue el Velódromo del Parque de Deportes, propiedad del RCD Espanyol. Ante una inesperada afluencia de público y con la presencia del Capitán General de Cataluña, César del Villar, un grupo de mujeres rompió con los siglos de exclusión al convertirse en las protagonistas de un partido de fútbol.
Ante la negativa de enfrentarse a ellas por parte de cualquier equipo masculino, se dividieron en dos conjuntos: Giralda (rojo) y Montserrat (blanco), con victoria de Giralda por 2-1. Aunque el verdadero triunfo fue simbólico: por primera vez, mujeres españolas ocuparon el campo como protagonistas de un partido oficial, con público, reglas y una finalidad benéfica.
La prensa cubrió el evento con un tono machista y condescendiente, ridiculizando su apariencia y calificándolas de “marimachos”. Las estrictas condiciones de Paco Bru sobre la vestimenta y la higiene encendieron aún más la polémica en una sociedad que no concebía a mujeres mostrando sus cuerpos en público.
Tras el partido, el club planeó una gira por varias ciudades españolas y del sur de Francia. Pero el estallido de la Primera Guerra Mundial frenó en seco sus aspiraciones. Aunque España se mantuvo neutral, el miedo, la incertidumbre y la presión social provocaron la desaparición del club apenas semanas después de su debut, en julio de 1914.
El gol contra los prejuicios
El impacto del Spanish Girl’s Club fue, sin duda, histórico para el fútbol español. A pesar de su efímera existencia su legado perdura más de un siglo después y abrieron una grieta en los muros del machismo que dominaba el deporte de principios del siglo XX. Hoy, el fútbol femenino está consolidado, pero ese avance no fue fácil. La lucha por la igualdad comenzó con los primeros pasos dados por el Spanish Girl’s Club, que permitió a generaciones de mujeres soñar, jugar y finalmente ganar el espacio que durante años les estuvo prohibido.