Fútbol Femenino

Conchi, la heroína en las sombras del fútbol femenino

Conchi, pionera del fútbol femenino, dejó un legado internacional que marcó el inicio de la profesionalización del fútbol femenino

Concepción Sánchez Freire (Madrid, 1957), más conocida como Conchi Amancio, es una figura clave en la historia del fútbol femenino en España. Considerada la gran pionera, fue quien abrió las puertas del deporte rey a muchas mujeres que, hasta entonces, no habían tenido la oportunidad de practicarlo. Su trayectoria no solo rompió barreras, sino que también ayudó a sentar las bases sobre las que se construiría el camino de las futuras generaciones de futbolistas.

El nacimiento de una leyenda

Conchi Amancio nació en 1957, en una época en la que el fútbol era un deporte exclusivamente de los hombres. Aun así, desde muy joven mostró una increíble habilidad con el balón.

El 8 de diciembre de 1970, con tan solo 13 años, participó en un acontecimiento histórico, un encuentro entre dos equipos femeninos: el Sizam y el Mercacredit. El enfrentamiento se produjo en el estadio Boetticher de Villaverde, en Madrid. Además de ser uno de los primeros encuentros oficiales entre dos equipos femeninos, fue el primero que se disputó con público.

Conchi defendió los colores del Sizam y dejó claro que había nacido para jugar: anotó los cinco goles que le dieron la victoria a su equipo en un partido que terminó con un marcador final de 5-1. Su actuación deslumbró no solo a los asistentes, sino también a los medios, que rápidamente se hicieron eco de su talento. La joven madrileña llamó la atención por su estilo de juego técnico, creativo y veloz, convirtiéndose en una figura emergente en un terreno que apenas empezaba a abrirse a las mujeres.

Aquel partido no solo marcó el inicio de su trayectoria, sino también un antes y un después en la visibilidad del fútbol femenino en España.

Las primeras adversidades

En la década de 1970, el fútbol femenino en España carecía de reconocimiento oficial por parte de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), lo que lo mantenía en un nivel totalmente amateur. Los equipos jugaban en campos en malas condiciones y sin recursos, entrenadores ni apoyo médico. Las jugadoras debían compaginar el deporte con sus trabajos y responsabilidades. Además, sufrían el rechazo social y el machismo de la época. No fue hasta finales de los 80 y 90 cuando comenzaron a darse los primeros avances hacia su profesionalización.

En este escenario, Conchi fue una pionera que luchó por abrirse paso en un mundo donde las mujeres no tenían cabida. Su determinación y habilidad fueron esenciales para allanar el camino de futuras generaciones de futbolistas.

El origen del apodo “Amancio”

El sobrenombre de “Amancio” tiene su origen en una figura legendaria del fútbol español: Amancio Amaro, icono del Real Madrid. Dado que el fútbol femenino aún carecía de visibilidad, la prensa utilizó la figura del futbolista masculino para ayudar a la audiencia a entender el nivel de talento de Conchi. La comparación, lejos de incomodarla, la llenó de orgullo. Para ella, ser comparada con una estrella como Amancio Amaro era un reconocimiento a su esfuerzo y destreza en el campo.

“A mí no me molestó que me comparasen con Amancio. Y sigue sin molestarme”

La carrera de una pionera

Cuando Conchi era apenas una adolescente, España no contaba ni con una liga oficial ni con una selección nacional de fútbol femenino reconocida. A pesar de este vacío institucional, en 1971, Rafael Ruiz Muga, uno de los mayores defensores del fútbol femenino en el país, dio un paso adelante y creó una selección española femenina que, aunque carecía de apoyo oficial, se hizo un nombre en la historia del deporte. Ese mismo año, Conchi se convirtió en la primera capitana de la selección, un equipo conocido en el ámbito futbolístico como “La Roja clandestina“. Un nombre que simbolizaba no solo la falta de reconocimiento, sino también la valentía y el coraje con que estas mujeres, lideradas por Conchi, desafiaban la situación a la que se enfrentaban.

Este equipo jugó varios partidos amistosos contra Portugal e Italia, y aunque carecían de infraestructura y recursos, aquellos encuentros fueron decisivos para la visibilidad del fútbol femenino en España. Enfrentarse a selecciones extranjeras no solo permitió consolidar la disciplina en el país, sino que también permitió que Conchi comenzara a brillar más allá de las fronteras españolas. Su nombre empezó a sonar en el extranjero, y su talento llamó la atención internacional, lo que sentó las bases para su futuro fuera de España.

Con solo 15 años, Conchi se vio obligada a mudarse a Italia para seguir su pasión. En aquel país, el fútbol femenino estaba más avanzado que en su tierra natal. Fichó por el equipo Gamma 3 de Padua, convirtiéndose en la primera futbolista española en jugar profesionalmente en el extranjero. Su carrera en Italia fue meteórica. Jugó también para el Verona, entre otros equipos, y logró un impresionante palmarés: ocho títulos de liga (Scudettos) y siete Copas de Italia, un legado que no solo la convirtió en una estrella en su país, sino que proyectó su nombre como referente internacional del fútbol femenino.

Un legado que perdura

Tras su retiro del fútbol profesional, Conchi Amancio siguió comprometida con el desarrollo del fútbol femenino. Es una gran defensora de la visibilidad y el reconocimiento de las pioneras del fútbol femenino, participando en charlas y eventos donde ha denunciado la falta de apoyo institucional y social que aún persiste. Aunque el fútbol femenino ha avanzado considerablemente en España, la lucha por la igualdad sigue siendo una tarea pendiente. Además, ha trabajado como consultora y embajadora, promoviendo la mejora de las condiciones laborales y deportivas de las futbolistas.

Conchi no solo cambió la historia del fútbol femenino en España, sino que, con su talento y perseverancia, dejó una huella imborrable en el deporte a nivel internacional. Su lucha contra la adversidad y su éxito en Italia consolidaron su legado, convirtiéndola en una de las primeras grandes figuras del fútbol femenino, cuyo impacto sigue siendo un referente para generaciones de futbolistas en todo el mundo.

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