Tenis

Virginia Garfia, el apoyo silencioso detrás del éxito de Carlos Alcaraz

El éxito de Carlos Alcaraz no se puede entender sin la presencia de su familia y entre ella, es clave siempre la figura de su madre, un apoyo clave en los buenos y en los malos momentos

Virginia Garfia en el box de Carlos Alcaraz durante un partido de Roland Garros

Carlos Alcaraz no solo ha conquistado las pistas de tenis más emblemáticas del mundo, sino también el corazón de millones con su talento precoz y carisma. Sin embargo, más allá de sus triunfos en Wimbledon, el US Open o Roland Garros, hay una figura discreta pero esencial que ha acompañado cada paso de su ascenso: su madre, Virginia Garfia, una parte fundamental de su éxito.

Y es que Carlitos es una persona muy familia, que siempre se apoya en su clan en los mejores y los peores momentos. Por ejemplo, después de caer en primera ronda en Miami se fue de vacaciones con ellos a México; y ahora, después de ganar Montecarlo y debutar en Barcelona con triunfo, pero antes de jugar la segunda ronda contra Laslo Djere este jueves, reconoció que necesitaba reconectar e iba a hacerlo con su familia, aprovechando que estaban con él esta semana. Y entre todos, su madre es una pieza tremendamente clave para él.

Carlos Alcaraz tras ganar un partido en el Mutua Madrid Open

Aunque su presencia pública ha sido mucho más comedida que la de otros miembros del entorno del tenista —como su padre, Carlos Alcaraz González, o su hermano mayor, Álvaro, que forma parte de su equipo técnico—, Virginia siempre ha estado cerca, especialmente en los momentos clave. En cada gran torneo, no falta en el palco familiar, donde su mirada atenta y su calma se convierten en un refugio emocional para su hijo. En medio de la intensidad del juego, cuando Carlos levanta la vista y encuentra a su madre entre el público, esa conexión familiar parece reconfortarlo y devolverle el equilibrio.

Discreción y compromiso social

Virginia es el alma tranquila del clan Alcaraz, una madre dedicada que no solo apoya al campeón del tenis, sino también cuida de toda la familia. Su papel es más profundo de lo que las cámaras muestran: está pendiente de sus otros hijos, Sergio y Jaime, y acompaña al equipo familiar en cada cita importante, como lo ha hecho año tras año en Wimbledon.

A pesar de la fama que rodea a su hijo, Virginia ha optado por mantenerse fuera del foco mediático. Se sabe que nació en Sevilla y se trasladó a Murcia siendo niña por motivos laborales de su padre. Desde entonces, ha echado raíces en la región, donde ha formado su familia junto a Carlos Alcaraz González y ha criado a sus cuatro hijos, incluido el ahora astro del tenis mundial. Su carácter reservado también se refleja en su vida digital: no tiene redes sociales públicas ni suele aparecer en los perfiles de su hijo. Su apoyo se manifiesta más en los gestos cotidianos que en declaraciones públicas.

En 2024, se ha involucrado activamente en la Fundación Carlos Alcaraz, dedicada a fomentar el bienestar infantil a través del deporte. Como vocal del patronato, colabora estrechamente con su hijo —presidente de la fundación— y su esposo, que ejerce como vicepresidente. Este nuevo rol muestra otra faceta de Virginia: una mujer comprometida con causas sociales y con una visión de futuro más allá de las pistas.

Una presencia firme, aunque alejada de los focos

Virginia Garfia representa ese tipo de apoyo incondicional que no busca reconocimiento, pero que resulta indispensable. Es la figura que acompaña en silencio, que calma en la tormenta y que, en palabras de muchos que conocen a Carlos, ha sido clave para que el tenista siga siendo, pese al éxito meteórico, un joven con los pies en la tierra, como trata de demostrar en el documental de Netflix que sale la semana que viene. En definitiva, Virginia Garfia no solo es la madre del número uno del tenis, sino también una de las bases más sólidas sobre las que se ha construido su éxito. Siempre en la sombra, pero nunca lejos.

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