Dirigentes del PSOE no disimulan ya su malestar con Pilar Alegría por haber comido con Paco Salazar al inicio de noviembre, en el centro de Madrid, cuando habían transcurrido cuatro meses desde que se registraron las denuncias por supuesto acoso sexual.
Ferraz aún dejaría pasar varias semanas, hasta que se conociese su intención de dar carpetazo a las investigaciones, para cambiar de estrategia y contactar por primera vez con las víctimas. El viernes dio por zanjada la investigación interna con el envío del informe a las partes, con un nuevo mea culpa y con el compromiso de actuar “con contundencia” a futuro.
La ministra portavoz, titular de Educación, Formación Profesional y Deporte, almorzó al arranque de noviembre con el exalto cargo de La Moncloa y del partido.Había sido apartado de todos sus cargos en julio, cuando se conocieron las dos denuncias de extrabajadoras del Gobierno contra el veterano político sevillano. Esta comida, documentada por Artículo14, fue inicialmente despachada por Alegría afirmando que se circunscribía al “ámbito estrictamente personal”. No explicó qué asuntos abordaron.
El 3 de diciembre, después de que Eldiario.es publicara el contenido de las denuncias –“Se subía la bragueta en tu cara, escenificaba felaciones y pedía vernos el escote”-, Alegría reconoció que las palabras de Salazar dirigidas a sus subordinadas eran “vomitivas”.
Y ya esta misma semana, la ministra portavoz modificó su diagnóstico y aceptó que se había equivocado comiendo con él cuando eran públicas las denuncias. “Él me llamó y yo acudí, no se tenía que haber producido y fue un error”.
En su partido ya hay voces que reconocen una concatenación de “errores” por parte de la ministra con este asunto, empezando por la decisión de comer con Salazar pese a la gravedad de las acusaciones que pesaban sobre él. “¿A quién se le ocurre?”, cuestiona un dirigente. “Ya ha reconocido que fue un error”, justifican desde el Gobierno.
El Gobierno: “No afectará” a la campaña
Alegría es además la líder socialista en Aragón, y se espera que próximamente abandone el Consejo de Ministros para centrarse en su nueva etapa como candidata a las elecciones que el presidente Jorge Azcón (PP) prevé celebrar el 8 de febrero. Fuentes del Ejecutivo restan hierro a la polémica, y consideran que esta imagen “es muy de nuestro mundo”, en referencia a la burbuja político-periodística. Por eso añaden que “no afectará” a la campaña.
Sin embargo, en el PSOE hay voces que señalan abiertamente que esta fotografía y la actual debilidad del PSOE, en el contexto de descrédito para el partido y para el Gobierno por el constante goteo de denuncias por supuesto acosos sexual, ha tenido peso para que Azcón se decida a pulsar el botón del adelanto electoral. Y dan por hecho que la imagen, que el PP ha utilizado en varias ocasiones en el pleno del Congreso de los Diputados, perseguirá a la candidata durante toda la campaña.
La demostración de la “impunidad” de Salazar
Una exidirigente socialista se expresa en términos más rotundos, y cree que la foto de la ministra portavoz con el exalto cargo de Moncloa demuestra “la impunidad” de la que se beneficiaba Salazar. Que la ministra comiese con él a apenas unos centenares de metros de la sede de su Ministerio, a la vista de cualquiera, evidenciaría que el político sevillano fue “intocable” hasta hace muy poco, sostiene.
La misma fuente critica que la ministra “ha derrochado su capital político” en los últimos años, en los que gozar del altavoz de La Moncloa le ha permitido hacerse más conocida. Para quienes siguen desempeñando cargos en el partido, el “error” con Salazar resulta especialmente doloroso.
Por un lado, el Ejecutivo vende nuevos esfuerzos para animar a denunciar utilizando los mecanismos anónimos dispuestos en la sede de la Presidencia del Gobierno, no sólo los de Ferraz. Por otro, los socialistas se encuentran con que el presunto acosador ha gozado de cierta cercanía con la portavoz, que tiene despacho en Moncloa. El mea culpa de Alegría, sintetizan, llega un mes tarde.
Un relevo inminente
Como adelantó este medio, Azcón planea convocar las elecciones próximamente, para que su celebración tenga lugar el 8 de febrero. El adelanto ha sorprendido a una Alegría que esta semana ofreció sus votos al presidente aragonés para que lograse aprobar la senda de déficit, para así evitar las elecciones anticipadas.
Aquí, el diagnóstico que hacen en el PP coincide con la lectura de algunos dirigentes del PSOE: la ministra-candidata ha dejado ver su “desesperación” por evitar unas elecciones que le cogen antes de lo previsto, y en la que las encuestas no están de su parte.
Hasta ahora, Sánchez había apostado por relevar a los ministros candidatos de forma quirúrgica, y desde hace tiempo se resiste a la crisis de Gobierno que sonaba incluso en Ferraz hace apenas tres meses. Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, se perfilaría como posible relevo en la portavocía.
En el partido no verían desacertada esta maniobra, toda vez que el hombre fuerte del Ejecutivo tiene en su cabeza todos los planes y previsiones del presidente. El problema fundamental es que sería el primer portavoz hombre de Sánchez, en un momento en el que el partido se ve asediado por el goteo de denuncias de supuesto acoso sexual que están minando la moral de sus filas. El de Salazar fue el primer caso documentado, y según distintas voces socialistas Alegría no ha sido capaz de medir el impacto que iba a tener.
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