Cuenta atrás para conocer el desenlace arancelario entre Estados Unidos y la Unión Europea. El 1 de agosto es la fecha límite que ha fijado Donald Trump para finalizar las negociaciones y decidir qué clase de acuerdo, si lo hay, se sella con Ursula von der Leyen. Publica Bloomberg que esas reuniones bilaterales no están siendo muy fructíferas lo que sugiere que podría implantarse de forma definitiva un arancel del 30% a las exportaciones procedentes del Viejo Continente. Pese a las múltiples rondas de diálogo, esas conversaciones seguirían estancadas y con un nerviosismo creciente puesto que el inicio del mes se acerca todavía sin un resultado claro.
La Unión Europea estaría dispuesta incluso a aceptar un acuerdo desequilibrado que favoreciera a Estados Unidos si evita un conflicto arancelario mayor. De forma paralela, estaría además intensificando sus represalias ante la posibilidad de que no se llegue a un acuerdo. La Comisión ha elaborado contramedidas arancelarias por valor de 72.000 millones de euros y otras adicionales como controles de exportación y restricciones a contratos públicos. Bruselas estaría muy centrada en proteger bajo su paraguas algunas de las industrias más potentes como el sector de la automoción en Alemania o el farmacéutico.
Según datos publicados por el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, el impacto en total para los países de la Unión ascendería a 380.000 millones de euros, un 70% del total de las exportaciones al mercado estadounidense. En el caso español, la exposición en proporción sería menor que otros socios europeos pero podría alcanzar los 22.700 millones de euros. Los aranceles harían un daño especial al sector agroalimentario español y en particular al aceite de oliva, que exporta anualmente a Estados Unidos por encima de los 1.000 millones de euros, el 20% del total de sus ventas al exterior. El golpe para la economía española sería moderado, con un impacto de una décima del Producto Interior Bruto (PIB).
Estancamiento
En esas negociaciones, Estados Unidos propone un arancel universal de más del 10% y exenciones limitadas a la aviación, algunos dispositivos médicos, medicamentos genéricos y ciertos equipos de fabricación necesarios en el país anglosajón. Por su parte, la Unión Europea intenta conseguir exenciones más amplias y protegerse frente a futuros nuevos aranceles. Nunca se sabe cómo puede reaccionar Donald Trump en los próximos meses o años dada su trayectoria.
Howard Lutnik, secretario de Comercio de Estados Unidos, confía en alcanzar un acuerdo positivo para todos. “Es mejor abrir los mercados que pagar altos aranceles” mientras que Scott Bessent, secretario del Tesoro, ha criticado la lentitud de la UE al inicio de las conversaciones y el gran déficit comercial entre los dos bloques.
El pánico europeo llegó a principios del mes de julio con la carta que envió Trump a la Comisión con esa amenaza ya por escrito de aranceles del 30%. Un mazazo importante para la capacidad exportadora europea y que obliga a abrir nuevos mercados rápidamente como Latinoamérica o Asia. Pero no es fácil ni rápido cambiar un destino por otro y mientras tanto se puede perder una parte del negocio exportador.
En la actualidad, ya se aplican aranceles del 25% al sector de la automoción lo que ha provocado un desajuste en los planes económicos de las compañías automovilísticas, especialmente en Alemania. El fabricante Stellantis NV ha registrado unas pérdidas de 2.300 millones de euros en el primer semestre de este 2025 e incluye un impacto directo por culpa de los aranceles de 300 millones de euros.
El CEO de Siemens, Roland Busch, ha pedido públicamente que se acabe con la incertidumbre para saber a qué se puede enfrentar su empresa y critica los cambios constantes y la falta de claridad en unas negociaciones que apenas trascienden al espacio público.
Y a solo diez días del fin de la tregua, la UE ya estaría admitiendo que, de llegar a un acuerdo, sería asimétrico y favorable a Trump. Von der Leyen estaría evaluando ahora el nivel de sufrimiento para los países miembros y conseguir excepciones para sectores clave.
A 30% tariff on EU exports would hurt businesses, consumers and patients on both sides of the Atlantic.
We will continue working towards an agreement by August 1.
At the same time, we are ready to safeguard EU interests on the basis of proportionate countermeasures.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) July 12, 2025
En España, el ministro Cuerpo recuerda que están preparados para todos los escenarios y que es una oportunidad también para ampliar la red de socios estratégicos, como los países del Mercosur. Un nuevo giro de mercado que está marcando también la volatilidad en las bolsas europeas, que esperan expectantes, al 1 de agosto para pronunciarse.