Si dividimos el PIB de España entre los 365 días del año, podemos hacer una estimación de las pérdidas económicas del apagón. Hasta 4.500 millones de euros por una jornada sin actividad empresarial, sin paralizada por la falta de electricidad. Sería el impacto más elevado, puesto que el corte de corriente no se produjo a primera hora de la mañana sino a las 12:33 horas del mediodía y que la luz volvió de forma paulatina durante la tarde y noche, por lo que algunas actividades pudieron reanudar el trabajo de forma parcial.
El sector servicios sería el más afectado, ya que representa el 70% del PIB español. Numerosos establecimientos se vieron obligados a cerrar porque no podían atender al público a oscuras o simplemente porque les era imposible cobrar con un datáfono que también está vinculado a la corriente. El dinero en efectivo ya no suele utilizarse como antaño y fue uno de los mayores problemas para parte de la ciudadanía, que no está acostumbrada a sacar billetes del cajero, sino que suele pagar con su tarjeta de crédito a través del móvil.
Según el presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, se pueden cuantificar las pérdidas en torno al 0,1% del PIB, lo que equivale a 1.600 millones de euros. “Alguna de las industrias, sus hornos, son eléctricos. Como paren, esos hornos ya son inservibles”.
La producción quedó paralizada
La Industria es el segundo motor económico en España, con un peso del 16% del PIB. Con el apagón, automáticamente se paralizó la producción, por ejemplo, del sector de la automoción, con plantas repletas de trabajadores que se volvieron a casa perdiendo una jornada entera, hasta que por la noche todo volvió a arrancar. Fue el caso de la planta de Ford Almussafes, que en pleno ERTE, solo estaba funcionando su planta de motores con un tercio de la plantilla. Se fueron todos a casa y reiniciaron la actividad con normalidad al día siguiente. Las tres plantas de producción que tiene Seat, en Martorell, Ebro y el Prat, también se detuvieron. Los trabajadores se fueron a casa de forma escalonada y fue en el turno de noche, con varios empleados esenciales, los que arrancaron la fábrica de nuevo.
Las grandes compañías pueden soportar mejor una eventualidad de estas características, pero no tanto los autónomos, las pequeñas y medianas empresas que representan el 99% de tejido productivo. Según ATA, la Federación Española de Autónomos de España, las pérdidas alcanzaron los 1.300 millones de euros, una media de 650 euros por autónomo, según la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos. Especialmente dramático para la hostelería y el comercio. Una peluquería no puede secar el pelo de sus clientes sin la corriente de electricidad, tampoco se puede poner un café de máquina en la cafetería. Sí que se vieron algunas terrazas repletas aprovechando el buen día y las repentinas horas sin trabajo, con gente bebiendo cervezas no muy frías, pero que supieron a gloria.
También fue difícil para los supermercados, para el sector cárnico, por ejemplo, que debe mantener el producto bien refrigerado porque si no, se pierde. Las pérdidas en este sector, según las asociaciones de comerciantes, ascienden a los 190 millones de euros. Los productos frescos de los establecimientos se tuvieron que retirar, y se fueron reponiendo poco a poco al día siguiente.
Incidencias en los TPV resueltas
Según el ministerio de Economía, aún es pronto para tener una estimación precisa del impacto económico. “Lo primero que cabe señalar es el correcto funcionamiento de los mercados financieros y los sistemas de pago, tanto mayorista como minorista. Las incidencias relacionadas con los terminales de venta (TPV) en los comercios ya han conseguido resolverse en su práctica totalidad, gracias a la rápida vuelta a la normalidad en el suministro”.
La Bolsa de Madrid ni se inmutó. Es una infraestructura crítica y, por lo tanto, pasa una serie de test de estrés para soportar situaciones de estas características. La luz se fue en el edificio de la Plaza de la Lealtad, pero la negociación siguió funcionando gracias a los generadores de energía propios con lo que cuenta la institución.
Los ministerios de Economía, Comercio y Empresa, en coordinación con los Ministerios de Industria y de Agricultura, están en contacto directo con las patronales, la industria y las asociaciones sectoriales, que continúan recabando información sobre los daños potenciales. “En las próximas horas, se tendrá un contacto continuado con las comunidades autónomas para compartir toda la información sobre el estado de situación y el impacto potencial, al igual que estamos haciendo en el ámbito del conflicto arancelario”. Otra situación inédita que le ha tocado vivir a este Gobierno y también a los ciudadanos.