Inversión

El sector Defensa seguirá apuntando alto en 2026

Las carteras de pedidos del sector Defensa alcanzan máximos históricos y la reacción del mercado ha sido inmediata

El gasto en Defensa sigue escalando en Europa. Alemania acaba de aprobar el mayor contrato militar de su historia con el sector privado por 52.000 millones de euros. La partida incluye adquisiciones clave en vehículos blindados, sistemas antiaéreos, misiles y tecnologías de inteligencia artificial (IA). Al mismo tiempo, en Francia, la Asamblea Nacional ha validado un incremento presupuestario de 6.700 millones para 2026, con el respaldo de 411 diputados sobre un total de 577. El apoyo ha llegado incluso desde partidos de oposición, algo poco habitual en un Parlamento tan fragmentado y consolida el giro estratégico del país en materia de Defensa.

Las carteras de pedidos del sector Defensa alcanzan máximos históricos y la reacción del mercado ha sido inmediata. El índice Select STOXX Europe Aerospace & Defense ha subido un 2% en la última semana y acumula una ganancia del 68% en doce meses. Empresas como Rheinmetall, Hensoldt y Leonardo han registrado avances destacados tras los anuncios, mientras que la francesa Thales ha superado niveles de capitalización no vistos desde 2017.

Indra, aunque no está entre las beneficiadas directas de los nuevos contratos, ha recibido el efecto arrastre. Sus acciones han repuntado un 5% en la semana y acumulan una revalorización cercana al 200% en lo que va de año, lo que la sitúa como la mejor compañía del Ibex 35 en 2025.

El nuevo impulso en Bolsa ha llevado a muchas compañías del sector a superar los precios objetivo marcados por el consenso del mercado. Pero lejos de verse como un punto de agotamiento, algunas gestoras anticipan revisiones al alza en las próximas semanas. Muchos valores del sector cotizan aún con múltiplos por debajo de sus homólogos estadounidenses, y cuentan con carteras de pedidos que ofrecen visibilidad operativa más allá de 2026.

Desde Tikehau Capital destacan que Europa cuenta con una de las industrias más robustas del mundo en Defensa, tanto por la calidad de sus grandes contratistas como por su red de proveedores especializados. Según el análisis de la firma, aún hay margen de crecimiento si los gobiernos cumplen con los calendarios de ejecución previstos.

Julius Baer también ve margen para que el sector mantenga tracción. En uno de sus últimos informes, la gestora suiza subraya que el giro fiscal y militar de Alemania ha reforzado la confianza en la capacidad de Europa para revitalizar su tejido industrial. A su juicio, el gasto en Defensa ha pasado a ser una palanca económica estructural, con efectos directos sobre sectores como la industria pesada, la innovación tecnológica y el empleo cualificado.

¿Qué viene ahora?

Los fundamentos del sector refuerzan la idea de que el crecimiento del sector se seguirá intensificando en 2026. Tras cerrar 2024 con una facturación de 183.400 millones de euros y con el empleo directo en 633.000 puestos, la industria encara el próximo año con una cartera de pedidos en máximos y un entorno de inversión todavía expansivo.

Según las estimaciones, el gasto militar de los Estados miembros de la UE ha pasado del 1,3% del PIB en 2023 al 1,5% en 2024. Las proyecciones apuntan a un 1,6% en 2026, lo que supondría una inversión agregada de 381.000 millones de euros solo en el próximo ejercicio.

Mientras tanto, la Comisión Europea ha activado el programa “Preparación 2030”, una hoja de ruta orientada a reforzar la autonomía industrial, acelerar los procesos de compra conjunta y favorecer la relocalización de capacidades estratégicas. El plan prevé movilizar hasta 800.000 millones de euros en la próxima década entre compras públicas, licitaciones cruzadas, subvenciones directas y mecanismos de financiación compartida.

El crecimiento de la demanda ha sido tan rápido que algunas compañías han comenzado a notar tensiones operativas. Rheinmetall, Thales o KNDS han advertido sobre cuellos de botella en la producción y la necesidad de reforzar infraestructuras logísticas, líneas de ensamblaje y formación de personal técnico. El reto de 2026 ya no es generar pedidos, sino atenderlos a tiempo.

Entre los grandes protagonistas del momento, Rheinmetall se ha convertido en el caso más representativo del nuevo ciclo de inversión en defensa. La compañía alemana opera ya en máximos históricos y concentra buena parte del flujo de capital institucional. Su cartera de pedidos ronda los 64.000 millones de euros y sus previsiones internas apuntan a superar los 50.000 millones en ventas anuales antes de 2030.

Firmas como Deutsche Bank y Bankinter sitúan sus precios objetivo entre los 2.100 y 2.102 euros, con recomendaciones de compra y expectativas de crecimiento operativo a doble dígito. El consenso internacional eleva incluso ese potencial y prevé un precio medio superior a los 2.200 euros, lo que implicaría un recorrido adicional de más del 35% desde niveles actuales.

Recomendaciones de compra

En este contexto, Rheinmetall se ha convertido en uno de los ejemplos más visibles del reposicionamiento estratégico europeo. La compañía opera en máximos históricos y concentra una parte significativa del flujo de capital institucional hacia defensa. Sus previsiones de ventas apuntan a superar los 50.000 millones de euros en 2030 y su cartera de pedidos ronda los 64.000 millones.

Otro de los valores en mejor forma y que ha revisado al alza sus objetivos es Saab. La compañía sueca ha elevado su previsión de crecimiento de ventas a una horquilla del 16% al 20% anual, impulsada por el aumento de pedidos en sistemas de defensa aérea y tecnología submarina. Sus acciones se han duplicado desde mediados de 2023 y varios analistas la colocan ya entre los valores defensivos más rentables del continente.

BAE Systems, con fuerte presencia en el Reino Unido y Estados Unidos, ha reforzado su posición con un balance robusto y una evolución estable de ingresos. Leonardo, por su parte, mantiene una estrategia de diversificación que combina defensa, aeroespacial y electrónica avanzada. Thales se consolida como uno de los actores clave en sistemas de IA, ciberseguridad y sensores, con crecimientos sostenidos en ingresos y márgenes.

En España, Indra sigue siendo el grupo con mayor exposición al ciclo de Defensa y el candidato natural a aglutinar el futuro “campeón nacional” que persigue el Gobierno. La compañía, que participa en los grandes programas europeos, cotiza cerca de sus máximos históricos y está a un 4% de su precio objetivo medio situado en 51,17 euros. El consenso de más de una veintena de analistas mantiene una visión mayoritariamente favorable, con recomendación de “comprar/sobreponderar”.

No obstante, en su análisis más reciente, Bankinter ha optado por rebajar la recomendación sobre Indra de “comprar” a “neutral”. El banco explica el cambio por unos resultados algo más débiles de lo previsto en el corto plazo y por la comparación del precio-beneficio esperado (PER) del grupo con otros actores de referencia del sector defensa europeo.

En concreto, Bankinter sitúa el PER estimado para 2026 en 22,4 veces, un nivel similar al de Leonardo, Thales o BAE Systems, lo que, a su juicio, limita el potencial de revalorización inmediata.

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