El británico Clive Bates, director de Counterfactual Consulting Limited y exdirector de la organización Action on Smoking and Health del Reino Unido defendió durante su intervención en el VIII Congreso de Expertos en Reducción de Daños por Tabaquismo, celebrado la semana pasada en Atenas, la necesidad de revisar el enfoque global frente al tabaco y adaptar el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) a la nueva realidad del consumo de nicotina.
Su intervención llega en un momento relevante. En noviembre se celebrará en Ginebra la COP11 del CMCT, que conmemora el 20º aniversario del tratado y reunirá a los países firmantes para evaluar su eficacia y su papel en las políticas internacionales. Bates subrayó que, pese a los avances logrados en dos décadas, el convenio “no ha generado el cambio estructural que se esperaba”.
Bates lamentó que tanto la OMS como los organismos que supervisan el CMCT “mantengan posiciones de escepticismo frente a las alternativas de menor riesgo”. “La OMS sostiene que no hay pruebas suficientes de que los productos de tabaco calentado sean menos dañinos que los cigarrillos convencionales. También citó el caso de Japón, donde el uso de productos de tabaco calentado “ha reducido de forma rápida el tabaquismo”.
El experto también alertó sobre las consecuencias de las políticas de prohibición aplicadas en algunos países. “A día de hoy, 46 naciones han prohibido los cigarrillos electrónicos o los productos de tabaco calentado sin evaluar las consecuencias: un posible aumento del contrabando, del consumo de tabaco convencional y, en última instancia, de las muertes evitables”, advirtió.
Destacó cinco grandes desviaciones del foco original: Comparativas de riesgo erróneas entre cigarrillos y productos novedosos; foco excesivo en la nicotina y la adicción; atención exclusiva a los jóvenes; preocupación por la industria del tabaco y prohibición de alternativas de menor riesgo. “Tenemos que volver al objetivo”, subrayó. “Hay una y solo una gran idea: transformar el uso de la nicotina de un comportamiento de alto riesgo a otro de bajo riesgo.”
Aumento del número de fumadores
Bates subrayó, el CMCT fue creado para abordar la crisis mundial del tabaquismo reduciendo su impacto sanitario, social, económico y ambiental. Su estructura proporcionó un marco de actuación con medidas concretas: prohibiciones de publicidad, las restricciones al consumo en espacios públicos, incremento de impuestos, restricciones a la venta, advertencias sanitarias gráficas y programas de apoyo a dejar el tabaco. Sin embargo, Bates lo cuestiona: “Podemos colocar imágenes de advertencia o subir los precios, pero eso no cambia el hecho fundamental de que la combustión sigue siendo el principal factor de riesgo”, señaló.
“El foco actual en la nicotina y la adicción ha desviado la atención del objetivo central de reducir los daños relacionados con el tabaquismo”, afirmó. En su análisis, el especialista enumeró varios factores que podrían contribuir a alejarse del foco. Por un lado, las comparaciones erróneas de riesgo entre los cigarrillos tradicionales y los nuevos productos de nicotina. Por otro, la tendencia a equiparar el uso de nicotina con la adicción, sin diferenciar entre consumo y daño. También criticó la atención hacia los jóvenes, lo que, según subrayó, “deja fuera del debate a la población adulta fumadora, que es la que más necesita opciones de menor riesgo”.
Entre los ejemplos más significativos, mencionó el caso de Suecia, que ha logrado reducir la prevalencia del tabaquismo al 5%, la cifra más baja de la Unión Europea. Atribuyó ese resultado al uso extendido del snus y las bolsitas de nicotina, productos orales sin combustión que “han demostrado que la reducción del daño puede ser una vía eficaz para alcanzar los objetivos de salud pública”. También se ha podido observar, según afirmó Bates, en los casos de Japón y Reino Unido donde se ha desplazado el uso de tabaco tradicional por otras alternativas.
Preocupación y desconfianza
Para Bates, la verdadera oportunidad está en las alternativas sin combustión, como los snus, cigarrillos electrónicos, el tabaco calentado o los productos de nicotina oral. En su opinión, el objetivo de las políticas públicas debería ser “transformar el consumo de nicotina de un comportamiento de alto riesgo a uno de bajo riesgo”, y no intentar eliminar la sustancia por completo.
“El problema no es la nicotina, sino la forma en la que se consume”, insistió. “La nicotina es una sustancia psicoactiva que la gente utiliza por placer, mejora cognitiva o relajación. No va a desaparecer. Necesitamos un producto que sea lo más seguro posible”.
Visión de los expertos
El profesor Konstantinos Farsalinos, investigador de salud pública en las universidades de Patras y del Oeste de Ática (Grecia), presidió un panel sobre ‘Desinformación de los consumidores y los profesionales de la salud sobre los daños de la nicotina’, en el que se subrayó la necesidad de combatir los mensajes erróneos que persisten tanto entre la población como en la comunidad médica.
El bioquímico Giovanni Li Volti, catedrático de la Universidad de Catania, explicó que el 80% de los profesionales sanitarios en Europa asocian de forma incorrecta la nicotina con las enfermedades derivadas del tabaco, y que un 60% la vincula con el cáncer de pulmón u otros tumores. A su juicio, esta percepción errónea responde a “fallos en la comunicación científica y en la formación sanitaria”.
Li Volti recordó que los estudios clínicos y epidemiológicos -especialmente los que analizan a los consumidores de snus en Escandinavia- no muestran evidencia de relación entre el consumo de nicotina y enfermedades cardiovasculares, cáncer o aterosclerosis, en contraste con los resultados obtenidos en investigaciones preclínicas con animales.
Por su parte, el endocrinólogo Rohan Andrade Sequeira presentó el caso de India, donde el tabaco de combustión sigue siendo la principal causa de las elevadas tasas de cáncer oral, mientras que Damian Sweeney destacó la necesidad de implicar a los consumidores en la comunicación sobre reducción de daños, animándolos a trasladar sus experiencias a los responsables políticos.