Defensa

Javier Escribano (EM&E): “La fusión con Indra no es una operación monetaria, sino con sentido industrial”

El presidente de EM&E asegura que la empresa familiar “no se vende ni se absorbe” y prevé cerrar el acuerdo mediante un canje de acciones antes de fin de año

Javier Escribano, presidente de EM&E en Alcalá de Henares.
Artículo14.

Javier Escribano, presidente de Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), mantiene un perfil público bajo. Hasta hace dos años, tanto él como su hermano, Ángel Escribano, eran prácticamente dos desconocidos fuera de los círculos especializados del sector de defensa. Su entrada en 2023 en el capital de Indra facilitó el acceso de Ángel a la presidencia de la compañía. Por su parte, Javier asumió las riendas de la empresa familiar. Y ahora, si todo sucede como está previsto, ambos volverán a trabajar codo con codo, como lo han hecho durante las tres últimas décadas.

Los hermanos Escribano, que han crecido em la industria de defensa desde abajo, sienten como propia la responsabilidad de crear un campeón nacional. Y así conciben la fusión de EM&E con Indra. Una operación que -como transmitió ayer Javier Escribano durante una visita a las instalaciones fabriles de EM&E en Madrid con los medios- “no es una operación monetaria, sino con sentido industrial”. Por eso, dejó muy claro que Escribano no se vende ni se absorbe. Y aunque dio por prácticamente segura el culminación de la fusión, que se articulará mediante un canje de acciones antes de fin de año, advirtió de que, si finalmente no cierra, seguirán en la compañía.

Sentimiento industrial

“No hay ningún plan B por parte de Escribano ni eso de decir: ‘Si no me fusiono con Indra, vendo la empresa’. Nosotros no vamos ni a vender la empresa ni a irnos. Hemos venido para quedarnos y, si nos fusionamos con Indra, nos quedaremos como accionistas. No nos vamos a ir ni vamos a hacer ninguna barrabasada. Primero, porque no es nuestro objetivo, y segundo, porque sería una deslealtad total a todo lo que hemos creado hasta ahora”, aseguró Javier Escribano.

La operación de fusión, que plantea un conflicto de interés, se justifica por su sentido industrial. Son dos empresas con capacidades complementarias que pueden traccionar al conjunto del sector. En este sentido, Escribano recordó que Indra siempre ha estado interesada en adquirir EM&E y “nosotros nos hemos puesto un poco de perfil”. Sin embargo, el nuevo contexto con las inversiones millonarias en defensa otorga ahora sentido a la operación. “No es crear empresas ‘elefantiásicas’, sino de generar empleo de calidad y cohesión territorial”, afirmó.

Rozando los 500 millones

La fusión con Indra coincide en un momento de pleno crecimiento en EM&E, incluso sin contar las recientes adjudicaciones. De esta forma, para 2025, el sueño de Escribano sería alcanzar los 500 millones de euros de facturación, aunque los objetivos más realistas apuntan a unos ingresos de 480 millones. De cumplirse, supondrá un crecimiento del 35% frente a los 355 millones de 2024 y una revisión significativamente más optimista que los 420 millones apuntados al inicio del ejercicio. A su vez, el Ebitda (resultado bruto de explotación se situará entre los 180 y los 190 millones.

La eventual culminación de la fusión diluirá el impacto de los nuevos programas adjudicados a EM&E para la modernización militar. Con todo, la cartera actual de pedidos, próxima a los 1.400 millones, ya asegura carga de trabajo para los próximos tres años. Y esa capacidad para responder a las exigencias del Gobierno en el reto de cumplir con el 2% de gasto en defensa que exige la OTAN es lo que intentó trasmitir Javier Escribano en su encuentro con los medios. Personalmente mostró las instalaciones de Alcalá de Henares, origen de la empresa familiar, que ahora, como gran jugador, asume el compromiso de impulsar al resto del sector.

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