La Peste Porcina Africana (PPA) ha regresado a España 31 años después del último caso detectado en noviembre de 1994. Este hito reabre un escenario que el sector porcino confiaba haber dejado definitivamente atrás. La enfermedad, que afecta a cerdos domésticos y jabalíes, pero no supone ningún riesgo para la salud humana, es uno de los mayores temores de la industria ganadera. Principalmente por su capacidad de propagación, su elevada mortalidad y las duras restricciones comerciales que conlleva.
Su aparición vuelve a poner en jaque un motor económico clave. España es uno de los principales productores y exportadores de carne de cerdo del mundo, con unas 2,7 millones de toneladas exportadas cada año. Y un volumen de negocio que supera los 8.500 millones de euros únicamente en ventas al exterior, según datos del Ministerio de Agricultura.
Suspensión de las importaciones
En consecuencia a los dos casos confirmados de PPA detectados en la sierra de Collserola (Barcelona) – a la espera de conocer el resultado de otros ocho ejemplares que se están evaluando-, varios países ya han activado suspensiones preventivas de importaciones. Así, algunos como Taiwán, que importó 30.525 toneladas de carne porcina española el último año, fue uno de los primeros en suspender de manera total la entrada de productos frescos, procesados y subproductos. En los últimos días, también México anunció acciones en la misma dirección. Estos países no reconocen la regionalización de la crisis y tratan a España como un único mercado, sin distinguir la zona afectada.
En cambio, otros como Reino Unido, Corea del Sur o China aplican restricciones solo al área amenazada, limitando las importaciones a esa región concreta. En este sentido, Londres, destino de 88.888 toneladas anuales, ha suspendido la importación de carne de cerdo de la zona barcelonesa y mantiene retenidos en la frontera los envíos de productos frescos.
Principio de regionalización
Aunque todos los ojos están puestos en China. El gigante asiático, solo ha vetado las importaciones de las empresas ubicadas en la provincia de Barcelona. El Gobierno de Xi Jinping aplica, por tanto, el principio de regionalización que limita el comercio sin cerrarlo por completo, y que fue firmado hace escasamente tres semanas. Así lo confirmó en la tarde de ayer el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, quien aseveró que las más de 520.000 toneladas -por un valor de 1.100 millones de euros– de carne de cerdo que llegan a “Pekín están a salvo”.
Sin embargo, Planas recordó que de los 104 países a los que se exporta, 24 han aceptado la misma premisa que China, pero todavía hay 20 que la rechazan. Respecto a esta cuestión, el ministro detalló que el Gobierno está trabajando “con cada uno de ellos para dejarlos abiertos” y que ha establecido una comunicación “punto a punto” con Interporc -Organización Interprofesional del Porcino de Capa Blanca- para transmitir la información sobre los casos de PPA.
Despliegue de la UME
En la zona afectada, un parque natural de 8.000 hectáreas considerado el principal pulmón verde que rodea el área metropolitana de Barcelona, el conseller de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Òscar Ordeig, señaló recientemente que “cualquier animal que se encuentre se debe desinfectar“. Las medidas de contención se extienden en un radio de 20 kilómetros. Y abarcan un total de 76 municipios, que en total suman más de dos millones de habitantes. “Nos jugamos un porcentaje alto del PIB catalán“, señaló Ordeig. La región alberga el 24% del censo de ganado porcino total de España.
La preocupación durante el pasado fin de semana fue en aumento. La Generalitat solicitó el domingo la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en la zona. La unidad desplegó ayer 117 efectivos y 25 vehículos en Cataluña para apoyar en las labores de contención del brote de PPA. Entre las divisiones movilizadas destacan el Grupo de Intervención en Emergencias Tecnológicas y Medioambientales (Gietma), con base en Torrejón de Ardoz, y el IV Batallón de Zaragoza. Al área también llegará en el día de hoy un grupo de expertos veterinarios de la Comisión Europea.

Un llamamiento a la “tranquilidad”
Respecto a las labores en terreno, el delegado del Gobierno en Cataluña, Carlos Prieto, subrayó que la UME cuenta con unidades disponibles con las capacidades necesarias para intervenir tanto en trabajos técnicos como en veterinarios. En palabras de las autoridades, la colaboración entre administraciones “está siendo ejemplar para luchar contra este brote con todos los medios disponibles, siendo coordinado y dirigido el operativo por la Generalitat de Cataluña“.
En este contexto, Planas llamó ayer a la “tranquilidad“, aunque señaló que hay “varias muestras que están siendo sometidas a examen en el laboratorio de Algete” y no descarta la posibilidad de que pudiera haber “algún elemento positivo” entre ellos.
España es, de lejos, el país de la Unión Europea que más cerdos sacrifica cada año, con más de 53,5 millones de animales en 2024. La cifra representa el 24% del total comunitario, según datos de Eurostat. Le siguen Alemania, con 44,5 millones de cerdos (20%) y Francia, con casi 22 millones (9,9%). Así, el ministro destacó dos prioridades frente al brote: “Encapsular, reducir y hacer desaparecer el foco para evitar cualquier propagación”. Y, de manera paralela, mitigar los efectos negativos en los mercados exteriores y en los certificados de exportación. La combinación de un elevado censo porcino y la gestión activa del Gobierno subraya la importancia de mantener el control sanitario. Y la estabilidad del sector exportador español.


