Ese impulso irrefrenable de comprar por internet más de lo que en un principio estipulamos tiene nombre y no es fortuito. Es una técnica engañosa llamada ‘patrones oscuros’, una serie de métodos de manipulación que emplean algunas empresas del comercio online para presionar a los consumidores a comprar más de lo previsto. No nos damos cuenta, estos patrones pasan desapercibidos cuando estamos en el fragor del consumo, pero existen y están haciendo ganar mucho dinero a plataformas como Shein. La Asociación de Consumidores Europea BEUC junto con 25 organizaciones, entre las que se encuentran las españolas CECU Y Asufin, han denunciado al gigante chino del comercio electrónico ante la Comisión Europea por empujar a sus clientes a hacer compras compulsivas. Lo que aparentemente sucede es que entramos en la web o en la aplicación y como los productos son tan baratos, acabamos comprando un sinfín de cosas innecesarias. Pero la realidad es que hay una serie de estímulos, técnicas manipulativas, que nos empujan casi sin darnos cuenta a ese consumo irracional.
Una de esas fórmulas perversas consiste en exponer a los clientes a constantes mensajes en los que parece que apenas quedan existencias de ese producto en particular. “Solo queda una prenda”, te tienta la página. La reacción entonces es darte mucha prisa en comprarla para evitar quedarte sin ella. Las organizaciones también denuncian los temporizadores de cuenta atrás, como las ventas flash, la presión a través de testimonios de otros usuarios o la posibilidad de optar a promociones que pierdes si sales de la página web o no compras de inmediato. En ese contexto, el consumidor se siente culpable si no acepta ese descuento. También denuncian el uso del llamado ‘scroll infinito’, es decir, te permite desplazarte hacia abajo por la web sin un final y de esta manera no puedes ver las condiciones de compra o la política de cambios y devoluciones.
Por todos estos motivos, las organizaciones solicitan a la Comisión Europea que exija a Shein el cese inmediato de estos procedimientos, considerados desleales según la directiva sobre prácticas comerciales de la UE, y que aporte pruebas, por ejemplo, de que esos mensajes sobre que no quedan existencias son reales. Según Patricia Suárez, presidenta de Asufin, “el uso de patrones oscuros por parte de Shein es una realidad bien documentada, que viene produciéndose desde hace varios años, como revelan las investigaciones de las asociaciones de consumidores. Estas técnicas hacen que los consumidores gasten cada vez más dinero en productos de moda rápida, que son perjudiciales para ellos mismos, para el medio ambiente y para las personas que los producen”.
No es la primera vez que la plataforma es investigada en Europa. La Comisión Europea ha realizado sus propias investigaciones y ya ha denunciado estos patrones oscuros en varias ocasiones. La Comisión acusó oficialmente a Shein de múltiples infracciones de la ley de protección al consumidor, como los descuentos falsos, información engañosa, presión para comprar y falta de transparencia en devoluciones y sostenibilidad y le dio de margen un mes para responder y comprometerse a corregir sus errores.
Para David Sánchez Carpio, director de CECU, “este modelo de moda ultrarrápida se nutre de prácticas manipuladoras que presionan a los consumidores para que compren cada vez más. Shein está diseñado para crear adicción: se rige por potentes algoritmos para maximizar la interacción de los consumidores y el gasto excesivo. Esperamos una respuesta firme y rápida de las autoridades para poner fin a las prácticas engañosas de Shein e iniciar una investigación en todo el sector”.
Los patrones oscuros de estas compañías nos empujan a un consumo desenfrenado y a un sentimiento posterior de desazón e insatisfacción que muchas mujeres han experimentado: esa sensación de haber gastado más de la cuenta para comprar algo que no necesitábamos. Pero no es nuestra culpa, nos están engañando.