¿Pueden Shein o Temu burlar a la guardiana digital de Europa?

La vicepresidenta de la Comisión Europea para la Soberanía Tecnológica, Henna Virkkunen, puede aplicar el Reglamento de Servicios Digitales, cuyo régimen sancionador aún no se ha estrenado

Henna Virkkunen - Comisión Europea Temu Shein

La sociedad francesa lleva semanas conmocionada. El nuevo Gobierno de Sébastien Lecornu reaccionó con furia. El regulador galo de Competencia y Consumo detectó a principios de mes que Shein estaba vendiendo “muñecas sexuales con apariencia infantil”. En seguida, el Elíseo movió ficha. Dio una orden muy clara y 48 horas para cumplirla. O Shein retiraba esos productos o se terminaban sus operaciones en Francia.

De forma paralela, el país vecino abrió un litigio con la compañía. Su ministro de Comercio, Serge Papin, se negó a recibir al CEO del gigante chino, Donald Tang. “No tengo nada que negociar con él. Debe cumplir la ley”. Agentes aduaneros empezaron a inspeccionar hasta 200.000 paquetes de Shein recibidos en el aeropuerto de París-Charles de Gaulle. Francia estuvo a punto de hacer realidad su amenaza, paralizando todo el negocio de Shein. La marca logró esquivar el veto tras retirar de su web los productos señalados en tiempo récord. París, por su parte, mantiene la causa abierta y ha anunciado que la extenderá a más plataformas.

Todo este escándalo ha saltado al resto del continente. El Parlamento Europeo votará a finales de mes una declaración sobre la protección de los consumidores en comercios en línea. Casi al mismo tiempo, los ministros de Economía de la Eurozona han alcanzado un acuerdo para acabar con las exenciones arancelarias que aprovechan plataformas como Shein o Temu a partir de 2026.

La polémica se ha desatado en Francia con estas muñecas.
Kiloycuarto

De forma previa, en la sesión plenaria de la Eurocámara que se celebró días atrás, tomó la palabra la vicepresidenta de la Comisión Europea para la Soberanía Tecnológica, Henna Virkkunen. Bruselas respalda las medidas que ha adoptado Francia con este tema, atinó a decir. Pero los parlamentarios le hicieron partícipe de sus frustraciones. Entonces, ¿por qué la Unión Europea no ha hecho nada?

Europa tiene armas…

Lo cierto es que Francia cuenta ya con los suficientes mecanismos legales para bloquear un comercio extranjero en su territorio. De hecho, el Gobierno de Lecornu activó incluso dos este mismo mes. Uno, impulsado por el Ministerio de Economía galo basado en el Código del Consumidor francés. Otro, impulsado por Interior, fundado en una ley de 2004 sobre seguridad en la economía digital. Este último procedimiento hubiera requerido de una intervención judicial. Una suerte de medidas cautelares que finalmente no se han tenido que llegar a ejecutar.

Por su parte, la Comisión Europea tiene sus propios recursos. El artículo 70 del flamante Reglamento de Servicios Digitales ampara a Bruselas a bloquear plataformas por un plazo determinado si se identifica un “peligro serio que podrían sufrir los usuarios del servicio”. En este sentido, los portavoces comunitarios no han descartado su uso, pero tampoco lo han alentado. Han sido más bien “prudentes”, en jerga bruselense. “La Comisión ha enviado solicitudes de información a Shein preguntando específicamente por la venta y distribución de artículos ilegales en su servicio”.

En la misma línea se manifestó Henna Virkkunen el pasado miércoles en el Parlamento Europeo. Enfatizó que un “comercio electrónico seguro” sigue siendo “una prioridad crucial para esta Comisión”, y que el Ejecutivo comunitario está “monitorizando de cerca eventos recientes”, refiriéndose explícitamente al caso de Shein en Francia. “Nuestros funcionarios ya están en contacto con Shein y con todas las autoridades de consumo de los Estados miembros”. En España, por otro lado, la detección de artículos ilícitos no sería competencia del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, sino de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, según ha podido saber Artículo14.

Un montaje con los logos de Temu y Shein, y la bandera de la UE.
Kilo y Cuarto

A pesar de todo, Virkkunen no trasladó propuestas concretas. Solo referencias a una Comunicación sobre comercios electrónicos que lanzó Bruselas en febrero (un texto jurídico no vinculante) y al Reglamento de Servicios Digitales, en vigor desde el año pasado.

… Pero no las utiliza

Virkkunen también hizo referencias al fin de las exenciones arancelarias que disfrutan Shein, Temu y millones de comercios electrónicos y empresas de todo el planeta. Igual que hizo la Administración Trump este verano, el fin del régimen de minimis implica que paquetes de bajo valor tendrán que asumir gravámenes aduaneros salvo excepciones muy concretas. Shein y Temu han cimentado sus modelos de negocio en precisamente hacer envíos de larga distancia hasta la última milla, vendiendo de forma minorista a miles de kilómetros. Paradójicamente, hacer pequeños envíos a clientes particulares les permitía rentabilizar y escalar el negocio, frente a los envíos de stock tradicionales.

Pero el fin de los minimis no es un impedimento a este tipo de plataformas, que ya están abriendo sedes en EEUU y Europa. Sobre todo, no impide que se sigan vendiendo productos ilegales en su plataforma. Sin embargo, Bruselas evita hablar de las medidas cautelares que contempla el Reglamento de Servicios Digitales. Todo ello a pesar de que Shein y Temu fueron las últimas incorporaciones a la norma: en abril y mayo del año pasado pasaron a ser consideradas “plataformas en línea muy grandes”, lo que les atribuye una serie de deberes más estrictos bajo esta regulación tecnológica.

El hecho de que años después de su entrada en aplicación el Reglamento de Servicios Digitales continúe siendo un tabú exaspera a los expertos comunitarios. El problema en la pasada legislatura era que la falta de regulaciones obligaba a Bruselas a invocar constantemente el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea para intervenir en situaciones de dominio de mercados, por ejemplo. La aparición de los Reglamentos de Mercados Digitales y de Reglamentos de Servicios Digitales supondrían nuevos instrumentos para la burocracia comunitaria. Herramientas más sólidas frente a recursos judiciales. Pero mientras no se usen, una duda empieza a pesar sobre la Eurocámara. ¿Van a escapar los gigantes del comercio electrónico que no se atengan a las mismas?

“Es una atrocidad”

La mención no es fortuita y el diagnóstico ya existe. La propia Virkkunen recordaba que los hallazgos preliminares de Bruselas indican que muchas de estas plataformas hacen uso de descuentos falsos, ofrecen artículos ilegales y no combaten las reseñas fraudulentas. Grupos parlamentarios, como el PP, denuncian desde hace meses estas circunstancias. Pero el régimen sancionador del Reglamento de Servicios Digitales sigue por estrenar.

Teresa Ribera, Ursula von der Leyen y Henna Virkkunen
Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva; Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea; y Henna Virkkunen, vicepresidenta ejecutiva para la Soberanía Tecnológica, la Seguridad y la Democracia.
Kiloycuarto.

Que tras el escándalo de Francia Shein pueda ‘escapar’ de Virkkunen, la gran guardiana digital europea, ha llevado al límite a numerosos eurodiputados. Lo hicieron notar también los parlamentarios españoles. “Vender muñecas sexuales con aspecto de niñas no es libertad de mercado, es una atrocidad”, incidió Laura Ballarín, eurodiputada del PSOE. “Esto no se soluciona con un perdón o retirando productos. Pido a la Comisión más contundencia y sanciones ejemplares”. Su compañero de bancada, Juan Fernando López Aguilar incidió en lo mismo. Instó a la comisaria a “imponer el derecho europeo de forma terminante”. “Necesitamos más compromiso por parte de la Comisión”. 

También el popular Pablo Arias se reconoció “indignado”. “¿De qué nos sirve tener una buena baraja normativa si no tomamos cartas en el asunto? Seguimos en los debates estériles”. “¿Qué tiene que pasar para que veamos que lo barato sale caro? Se acerca el Black Friday. ¿Que un bebé se atragante con un juguete sin garantías de seguridad? ¿Que un ciudadano se electrocute con un dispositivo?”. 

Ante todo ello, la vicepresidenta Henna Virkkunen siguió pidiendo tiempo. “Es un asunto serio. Necesitamos afrontar estos potenciales incumplimientos. Tenemos normas muy claras y seguimos reuniendo pruebas”. Será cuestión de tiempo comprobar si las grandes plataformas de comercio electrónica pueden esquivar el Reglamento de Servicios Digitales o si queda todo en manos de cada país de la Unión.