Safra Catz, la mujer con quien Larry Ellison comparte el éxito de su fortuna

Está ejecutiva de 63 años ha escalado silenciosamente hasta la cima del poder corporativo, convirtiéndose en CEO de Oracle y en una de las más ricas del mundo

En el vertiginoso universo tecnológico de Silicon Valley, donde la innovación se transforma a cada instante, las fortunas fluctúan como las mareas. Ya no es Elon Musk el hombre más rico del mundo, sino Larry Ellison, dueño de Oracle. Tras Ellison encontramos la discreta pero firme autoridad de Safra A. Catz. Nacida en Israel y criada en Massachusetts, está ejecutiva de 63 años ha escalado silenciosamente hasta la cima del poder corporativo, convirtiéndose en CEO de Oracle y en una de las mujeres más ricas del mundo, con una fortuna personal que supera los 3.4 mil millones de dólares.

Su historia, sin embargo, va más allá de las cifras. Su retrato se perfila siempre desde este gigante tecnológico, contribuyendo con determinación al exponencial crecimiento de Oracle que ha cimentado la riqueza de Larry Ellison.

De Brookline al corazón de Wall Street

La biografía de Safra es un camino consecutivo de decisiones estratégicas. Llegó a Estados Unidos a los seis años, cuando su familia emigró de Israel y se instaló en Brookline, Massachusetts. Su padre, físico nuclear en MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), y su madre, terapeuta del lenguaje, le inculcaron desde pequeña el rigor académico y la pasión por el conocimiento.

En la Universidad de Pensilvania se licenció en Finanzas y, más tarde, se doctoró en Derecho. No obstante, su destino no estaba en los tribunales. Contra todo pronóstico, eligió la banca de inversión en Wall Street, donde aprendió a leer balances y a detectar oportunidades en un mundo que exigía rapidez y análisis fríos. En 1999, dejó Wall Street para unirse a Oracle, entonces un gigante en expansión que buscaba consolidarse como líder en software empresarial. Su ascenso fue meteórico y en apenas un año ya estaba en la junta directiva. En 2004 fue nombrada presidenta; y en 2014, tras la salida de Ellison como CEO, asumió el cargo de co-directora ejecutiva. Desde 2019, tras la muerte de Mark Hurd, ejerce como única CEO.

Con una reputación forjada en gran parte en las adquisiciones estratégicas de Oracle. Catz lideró la compra de PeopleSoft por 10.3 mil millones de dólares en 2004 y la de Sun Microsystems en 2009, operaciones que enfrentaron intensas batallas legales de antimonopolio. Con una tenacidad implacable, logró integrar rivales que hoy forman parte del ADN de Oracle. Aunque siempre ha evitado el protagonismo mediático, los números son arrolladores.

Bajo su liderazgo, el valor de las acciones de Oracle ha crecido más de un 800% desde 2014, y en 2024 su patrimonio personal se disparó en cuestión de horas gracias a la espectacular subida en bolsa de la compañía. Ese mismo repunte convirtió a Ellison en el segundo hombre más rico del mundo, con una fortuna que roza los 400 mil millones de dólares.

Catz, que posee menos del 1% de la empresa, ha cimentado su riqueza a través de opciones y acciones, alcanzando un lugar privilegiado entre las 61 mujeres multimillonarias por sí mismas en todo el mundo.

La mano invisible detrás de Larry Ellison

Resulta imposible hablar de Safra sin mencionar a Larry Ellison. Él, excéntrico y carismático, es el rostro público de Oracle. Ella, calculadora y discreta, es la estratega que mantiene la maquinaria en funcionamiento. Si Ellison encarna la visión, Safra representa la ejecución.

La relación entre ambos aparece cargada de contrastes: él, la gran personalidad que ocupa titulares; ella, como un topo de los números, ejecuta las ambiciones de Ellison dando resultados concretos. En este delicado equilibrio, Safra no solo ayuda a multiplicar la fortuna del jefe, sino que también construye su propio relato demostrando que el éxito compartido no implica renunciar a la autonomía.

Safra no ha ocultado nunca su mantra personal. “Siempre ser la mejor”. Una frase que refleja su ética de trabajo. En un sector donde la innovación tecnológica es la premisa del éxito, ella ha insistido en que la disciplina, la rigurosidad y la claridad financiera son las verdaderas bases del crecimiento. Durante una conferencia en Londres, recordó sus primeros años en Oracle, en plena burbuja puntocom. “Lo más difícil no fue innovar en tecnología, sino cambiar la manera de pensar”. Para Catz, la transformación digital es un proceso cultural. Su visión se materializa en el despegue de Oracle como proveedor esencial de infraestructura en la nube para empresas de inteligencia artificial. Gracias a contratos con OpenAI, Meta, Nvidia y AMD, Oracle se ha convertido en un actor central en la revolución tecnológica más importante de nuestra era.

Una mujer en la cumbre

En un mundo corporativo dominado por hombres, Safra Catz es una anomalía. No porque sea mujer, sino porque su estilo de liderazgo desafía los estereotipos. Lejos de buscar cámaras o titulares, prefiere la sobriedad de los números. No concede entrevistas personales, rara vez habla de su vida privada y, según quienes la conocen, mantiene un perfil bajo incluso dentro de la propia Oracle. Sin embargo, esta aparente discreción no debe confundirse con timidez. Exejecutivos de la compañía la describen como afilada, inquisitiva y sin paciencia para la mediocridad. Una líder que no necesita elevar la voz para dejar claro su punto de vista. Aunque evita el protagonismo, Safra ha sabido jugar en la arena política cuando lo ha considerado necesario. En 2016 formó parte del equipo de transición de Donald Trump, y hoy integra el Consejo Asesor de Seguridad Nacional de EE.UU.

En lo personal, es madre de dos hijos, vive en California y ha sido vista en situaciones tan cotidianas como hacer la compra en Costco, recordándonos que, pese a sus miles de millones, su vida también está anclada en la normalidad. Su historia inspira porque demuestra que el liderazgo femenino no necesita replicar modelos masculinos para ser eficaz. Ella no es heredera, ni viene de familia millonaria. Al contrario, su discreción y su determinación la han convertido en una de las figuras más poderosas del sector tecnológico, sin necesidad de renunciar a su identidad ni a sus principios.

Oracle compite con gigantes como Amazon Web Services y Microsoft Azure, y los desafía. Al frente surge la mano de esta mujer que trata de transformar al mundo desde su trinchera. Si hoy Larry Ellison ostenta el título de uno de los hombres más ricos del mundo es porque cuenta con Safra Catz a su lado. Ella representa el poder detrás del poder.

TAGS DE ESTA NOTICIA